La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y Patxi López.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y Patxi López. Europa Press

Política VIVIENDA

Un "error de cálculo" del Gobierno desemboca en la retirada de la Ley de Suelo: enfado en el propio PSOE

El Ejecutivo confió en el PP y la presión de los empresarios, pero no midió la dificultad de lograr apoyos en vísperas de la campaña europea.

24 mayo, 2024 02:48
Fernando Garea Luis Casal

Alfredo Pérez Rubalcaba solía decir, cuando era portavoz parlamentario con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en minoría, que prefería perder las votaciones de los martes, cuando se tratan propuestas de los grupos, antes que las de los jueves, cuando se someten a la Cámara los proyectos de ley procedentes del Consejo de Ministros.

Decía también Rubalcaba que, en el inicio de la legislatura, las votaciones era mejor perderlas cuanto antes. Básicamente, porque así se quitaba el precinto del escándalo y "la debilidad del Gobierno" dejaba de ser una noticia y un objeto de análisis.

Ahora, tras seis meses de legislatura, el Gobierno de Pedro Sánchez ya ha perdido una votación de convalidación de un decreto el pasado mes de enero y, esta semana, la de una proposición de ley del PSOE (contra el proxenetismo). Además, ha tenido que retirar un proyecto de ley (sobre vivienda) que venía directamente del Ejecutivo, al constatar que carecía de apoyos.

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En los dos últimos casos se produjo la extraña situación de un cisma entre los socios del Gobierno de coalición, PSOE y Sumar, que votaron distinto. Concretamente el segundo caso es el más extraño, porque la parte minoritaria del Gobierno directamente se opuso al texto que salió del mismo Consejo de Ministros.

Fuentes del Grupo Socialista explican que el Gobierno se podía haber ahorrado perfectamente los dos episodios de esta semana que sirven para dar imagen de debilidad, justo en vísperas de una campaña electoral, y que da munición a la oposición.

Esas fuentes atribuyen el episodio a un "grave error de cálculo" del Gobierno que acaba con uno de los mantras habituales de los socialistas, cuando alardean de no perder votaciones, pese a estar en minoría. También una de las ideas fuerza con las que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se presentaron a las generales del verano pasado: que la relación entre los socios sería mejor que nunca. 

Sin embargo, los reproches no han tardado en llegar, también en privado. El pasado miércoles, un miembro del gabinete socialista incluso afeó a un alto cargo de Sumar que "ni con Podemos pasaba esto", en referencia a la escenificación de las últimas horas. 

Sánchez lo sabía

Sobre la Ley del Suelo, fuentes del Gobierno aseguran que sabían desde el principio que Sumar no apoyaría el proyecto de ley. Porque desde el mismo momento de la aprobación en el Consejo de Ministros (y antes incluso, en sus alegaciones de la Comisión Virtual) el partido de Yolanda Díaz expresó su rechazo.

Sin embargo, entendieron que el PP estaría dispuesto a facilitar su aprobación. Lo basaban en las conversaciones con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), regida ahora por los populares, y en "el espíritu" del texto, con poco carácter ideológico.

La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, este jueves.

La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, este jueves. Europa Press

Añaden que, además, tenía aval de alcaldes del PP y además, de promotores y constructores. De hecho, el Ministerio de Vivienda, que dirige Isabel Rodríguez, confió hasta el último momento en que el sector de la construcción tuviera éxito en su presión al partido de Alberto Núñez Feijóo.

Además, el PP no presentó enmienda de totalidad y, por eso, Moncloa creía posible que este partido facilitara la aprobación. Aseguran que el PP cambió de posición al ver el martes la derrota a la proposición de ley sobre el proxenetismo y detectar la posibilidad de "derrotar" dos veces al Gobierno en una semana. El periodo preelectoral hizo el resto.

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Fuentes del Grupo Socialista entienden que sobró confianza para no asegurar un acuerdo previo y faltó soltura parlamentaria para afianzar la mayoría necesaria. Y, sobre todo, entienden que no hubo la coordinación necesaria para buscar un momento más apropiado para presentar iniciativas que incomodan a sus socios, más aún teniendo en cuenta que Sumar necesita diferenciarse del PSOE en vísperas de unas elecciones en las que compite con Podemos.

Malestar con Sumar

Hay también malestar con Sumar por su desmarque y también por la forma en la que Díaz gestionó la situación de Podemos. Porque la salida del partido de Ione Belarra del Gobierno aumenta el margen de maniobra de los morados y obliga a Sumar a un "marcaje" permanente difícil de sostener mientras se mantiene en el Gobierno.

Por ejemplo, esa situación fue clara cuando Podemos se movilizó contra la llegada de un barco con armamento a Cartagena y Sumar siguió esta estela, olvidando que se sienta en el Consejo de Ministros y actuando como los morados, que lo hacen en el Grupo Mixto del Congreso.

Explican que hubieran podido cambiar los plazos de tramitación de la ley del suelo y no gastar su cupo con la proposición de ley que persigue la prostitución. Sobre este último caso, fuentes parlamentarias aseguran que "es un empeño personal del presidente del Gobierno" y añaden que desde Moncloa no se vio con malos ojos la posibilidad de quedar solos en este asunto, una vez constatada la falta de apoyos.

Los socios de la investidura (ERC, Junts, PNV y Bildu) han aprovechado para reprochar a Moncloa no contar con la mayoría de la investidura. Por su parte, fuentes del Gobierno explican que "toman nota" para intentar evitar que pase otra vez y que no volverán a confiar en el PP.

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La versión oficial del Gobierno, explicada por un destacado ministro, es que "es un error considerar una correlación inamovible entre el Ejecutivo y el Legislativo, lo que implica la imposibilidad de que en el Parlamento se puedan producir acuerdos transversales o distintos a los de la mayoría que apoya al Gobierno".

Eso, continúa, "convierte al Parlamento en una mera correa de transmisión del Gobierno. El PP es tan responsable como Sumar de que la Ley no salga adelante, y su falta de apoyo es más grave. Sumar no apoya la norma porque no está de acuerdo con ella. Es coherente. El PP no la apoya aunque sí está de acuerdo con ella y la considera positiva".

También añade que "el Gobierno no está más débil por ello" y que "esta no es una cuestión que vaya a afectar a la salud de la coalición. Es más, si fuesen inteligentes, concluirían que debilita más la coalición que apoyen la ley a que la rechacen". Según esta versión, el rechazo a la reforma de la Ley del Suelo ha provocado malestar en alcaldes y en empresarios.