Teresa Ribera, candidata del PSOE, y Dolors Montserrat, número uno del PP para las elecciones europeas.

Teresa Ribera, candidata del PSOE, y Dolors Montserrat, número uno del PP para las elecciones europeas. E.E.

Política ELECCIONES EUROPEAS

Ribera acusa al PP de copiar a Vox y Montserrat ataca con Puigdemont y 'la mala gestión' de fondos UE

Las dos candidatas de PSOE y Partido Popular se enfrentan en un debate cara a cara 24 horas antes del inicio de la campaña de las europeas.

23 mayo, 2024 01:41

Se notaba que las dos contendientes querían colocar determinados mensajes europeos y europeístas. Pero a ambas candidatas, Teresa Ribera (PSOE) y Dolors Montserrat (PP) les pudo la querencia al monotema. Cada una, al suyo. O más correctamente, al que enarbola su respectivo partido.

La aún vicepresidenta tercera del Gobierno coló en cada ocasión que encajaba (y cuando no) que el PP "copia a Vox" o "claudica ante Vox"; mientras que la vicepresidenta de los populares europeos repitió "prófugo Puigdemont" hasta para hablar de la geopolítica de la UE en el mundo.

Habría bastado engancharse a la tele en el último bloque del cara a cara que ambas políticas celebraron en la Sexta la noche antes del inicio de la campaña electoral para concluir esto.

Porque en los 15 minutos de cierre, tras el único corte publicitario, Ribera y Montserrat resumieron todo.

Primero, se afearon todas estas cosas, interrumpiéndose, elevando el tono y reprochándose agravios como si fuesen los mismísimos Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo:

Ribera: "Ustedes toman el pelo hasta a la Comisión", "el señor Feijóo copió el discurso xenófobo de Vox en la campaña catalana que usted dirigió", "el PP estaba deseando que ganara Puigdemont y ahora no saben qué decir", "llevan tres mandatos bloqueando el CGPJ"...

Montserrat: "No es convivencia, es sumisión", "usted y su Gobierno son unos triunfalistas, pero los fondos europeos no llegan a la economía y la gente no llega a fin de mes", "la mejor manera de defender el Estado de derecho es una carta de despido a Sánchez el 9-J", "a mí me pusieron un cóctel molotov en casa de mi madre ésos que hoy pactan con ustedes"...

El minuto ensayado

Y después, sin embargo, todo cambió en el minuto de oro final de cada candidata. 

Como en todo debate antes de unos comicios (aunque éste se celebraba fuera de campaña para evitar que la Junta Electoral vetara el formato cara a cara), de repente la cara crispada se tornó en sonrisa relajada, la posición de la glotis y del diafragma les bajó a las dos contendientes y regresaron a sus respectivas bocas los asuntos que, probablemente, ellas querrían haber tratado más, los de su programa.

Por sorteo, le tocó la primera en el cierre a la número uno del PP. Y la exministra de Sanidad presumió de esta condición, trató de erigir a su partido en el mayor defensor de los trabajadores del campo y, saliéndose de mantras prefabricados, demostró sus años de experiencia liderando a su grupo y presidiendo la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo: 

"Me quiero dirigir a los agricultores, a los ganaderos y a los pescadores: el PP seguirá siendo vuestra mayor defensa en Europa. Contra la competencia desleal, y contra la excesiva burocracia. A los jóvenes, os proponemos una exención de impuestos en los primeros cuatro años de contrato laboral para que podáis emanciparos. A los autónomos, menos asfixia fiscal. A las familias, os digo que después de conseguir el plan europeo contra el cáncer, ahora nos comprometemos a lograr uno para la salud mental".

Algunos de estos temas, probablemente, le sonarían a chino a los espectadores. Porque no se habían ni nombrado en la hora y cuarto previa de intercambio de ideas y réplicas. Así que, en ese sentido, se podría decir que la candidata del PP se dejó balas de plata sin usar mientras trataba de acabar con el 'frankenstein' a base de conjurar al "prófugo" y a las "llaves de la Moncloa" que le ha entregado Sánchez "en Suiza". 

Y concluyó Montserrat: "Y a todos los españoles: seguiré defendiendo, protegiendo y preservando el Estado de derecho y la igualdad de todos los españoles en Europa. Y lo haré con vehemencia y firmeza. Porque el 9 de junio, el PP es la respuesta".

No pidió el voto, que aún está prohibido, pero poco le faltó.

De Ribera se había dicho que no quería ser candidata, se la ha acusado de pretender ir al Parlamento Europeo sólo de paso, porque su verdadero destino es ser comisaria (o incluso vicepresidenta) de Medio Ambiente. Y que rehuía los mítines y le costaba preparar este primer debate. Sin embargo, cuando no se refugiaba en acusar al PP de "esparcir bulos", demostraba su solvencia, como en ese minuto final:

"La Unión Europea es lo mejor que nos ha pasado a los españoles y por eso somos tan europeístas. Por eso los socialistas imaginamos una Europa mejor, como las de los fondos de recuperación, la de la defensa de los agricultores, la de los ERTE y la compra conjunta de vacunas, la de la transición energética y la que lucha por la biodiversidad. Una Europa fuerte, pero también social y unida en la defensa de los derechos humanos".

Sin embargo, es conocido que esos discursos de cierre suelen ser lo más ensayado con los asesores. Y que, por tanto, son proclives a que en ellos también entre alguna idea menos en positivo. Sobre todo, cuando eres la líder del partido que debe remontar en las encuestas, es fácil caer en el ataque al favorito.

Por eso, en contraste con lo anterior, la vicepresidenta tercera finiquitó apelando al miedo: "Pero esa Europa está en peligro; y puede reventar si la ultraderecha y la derecha se alían para reducir derechos. Nosotros queremos unos mayores protegidos y unos jóvenes con futuro. Una UE que cuente en el mundo, y siga siendo faro de la democracia, los derechos y las libertades".

De la geopolítica de la UE...

En la hora larga que precedió a este último bloque, la moderadora, Ana Pastor, había ido introduciendo temas a un ritmo endiablado. Como si ella misma fuese, también, otra persona... por ejemplo, su jefe Antonio García Ferreras en una tertulia de Al Rojo

Así, se habló sin parar, aunque con bastante orden -las candidatas se interrumpieron poco, a pesar de la tensión-, de Rusia, China, Israel, Argentina y la posición que la UE debe adoptar geopolíticamente ante cada uno de estos desafíos.

En el caso de la invasión rusa en Ucrania, la distancia era poca entre Ribera y Montserrat. Así que ambas se zafaron del acuerdo buscando temas laterales.

La socialista preguntó a la popular que "por qué defienden los derechos humanos en Ucrania y no en Gaza". Y recibió como respuesta que "la política exterior se hace por consenso en el Parlamento y con los Veintisiete... no como ustedes que han roto la unidad por electoralismo con el reconocimiento de Palestina". 

Sobre China, sorprendió que la aún vicepresidenta del Gobierno defendiera que Europa "debe evitar las dependencias" para su autonomía estratégica y, al mismo tiempo, que entre "los terceros países" con los que debe dialogar la UE "en busca de las materias primas clave" para esta autonomía "debe estar China también, por supuesto".

La exministra tiró de experiencia: citó la pandemia y su trabajo por fortalecer la industria farmacéutica en la Eurocámara. Así evitó siquiera mentar al rival comercial de Occidente, porque defendió que "Europa debe ser capaz de proveerse de los materiales necesarios para elaborar sus propios productos, sólo así seremos un actor principal geopolíticamente, y no secundario"... como ahora, le faltó añadir.

En cuanto a las crisis con Israel y Argentina, el debate fue confuso. Y mezclado con la refriega nacional, entre la "corrupción" y el "fango".

En este punto, la candidata popular tenía todas las de ganar, más allá de que su partido tenga o no más razón que el PSOE. Porque quien ocupa un puesto en el Gobierno que ha abierto estos dos conflictos diplomáticos es Ribera. Y Montserrat supo insistir en que tanto el enfrentamiento con el Estado judío como la bronca con Javier Milei son "cortinas de humo electorales para tapar la corrupción en el entorno del presidente y la amnistía de Sánchez a Puigdemont".

En un par de momentos, además, la líder del PP introdujo un matiz interesante: si "el nacionalismo es el mayor mal de Europa" y el PSOE pacta con nacionalistas, "ustedes están haciendo algo radicalmente contrario" a la UE.

Es más, si "Rusia es el mayor enemigo de Europa" y su guerra híbrida pone en riesgo la Unión, ¿qué hace el PSOE "aliándose con Puigdemont, de quien el Parlamento Europeo ha demostrado sus contactos con el Kremlin?".

...a qué hacer con TikTok

Pero donde no hubo manera de colocar ni a Puigdemont por parte de Montserrat, ni a Vox por parte de Ribera fue con la pregunta más inesperada de la noche. Pastor les inquirió por un asunto muy concreto, tratando de bajar las grandilocuencias políticas y los mensajes electorales a las cosas del día a día: "Oigan, qué opinan ustedes y sus partidos sobre prohibir o no la red social TikTok".

Los ojos como platos y la sonrisa nerviosa se apoderaron de las dos contendientes, que parecieron pactar unas tablas por incomparecencia en silencio antes de abrir la boca. Ambas se quedaron en blanco, dudaron, e improvisaron.

"Mire, en el Parlamento Europeo no podemos usarlo dentro de las instalaciones, porque se considera peligroso por la injerencia china", acertó a decir Montserrat mientras pensaba algo más elaborado.

"Lo importante es que tenemos que estar en redes de forma segura, en libertad, y luchar contra la desinformación", continuó... hasta que halló un mensaje acorde con los principios de su partido: "No es la prohibición, sino construir espacios para la seguridad".

Ribera debió de pensar que la introducción de la candidata del PP le valía para repetirla mientras ella misma repasaba conceptos entre los ensayados, hasta encontrar uno aplicable.

"Yo también creo que el enfoque es ése, la seguridad de las redes", comenzó. "Evitar caer en esos espacios vulnerables", repitió, con otras palabras... y finalmente ensayó con "más Europa" como idea y "autonomía" como concepto para componer un intento de propuesta consistente en que la UE sepa "digerir y proponer sus propios servicios".