Pere Aragonès  y Carles Puigdemont, en mayo de 2022, en Bruselas.

Pere Aragonès y Carles Puigdemont, en mayo de 2022, en Bruselas. EP

Política ELECCIONES CATALANAS

Junts cree que la sintonía de ERC con Sánchez hace impredecible saber dónde irá el voto independentista

Los de Puigdemont cuestionan la eficacia de la estrategia de Pere Aragonès de lanzar ahora el referéndum tras haber estado pactando todo con el PSOE.

7 abril, 2024 03:03

Pere Aragonès ha presentado su propuesta para un referéndum de independencia pactado con Pedro Sánchez cuando queda poco más de un mes para que se celebren las elecciones en Cataluña. De ahora en adelante, todo lo que ocurra debe analizarse con un prisma electoral. Esa tensión empuja a los partidos a actuar de una manera efervescente, casi siempre distinta a la que les ha caracterizado durante la legislatura.

El paso al frente del actual presidente de la Generalitat es una muestra más del divorcio de las dos formaciones independentistas. Cabría pensar: si se trata de votar por la independencia, ¿por qué Puigdemont no da su apoyo al plan de Aragonès? Y al revés: si se trata de independencia, ¿por qué Aragonès no apoya la negociación del PSOE con Puigdemont en Ginebra?

Hay un par de claves para explicar los caminos hacia la secesión propuestos por unos y otros. Esquerra ha establecido como preferente una fórmula de gobierno con el PSC y los Comunes. Sin embargo, no descarta volver a aliarse con Puigdemont si no le queda más remedio.

En la orilla contraria, la situación es radicalmente distinta. Puigdemont sólo tiene una manera de alcanzar la presidencia: añadiendo a los suyos los votos de Esquerra Republicana. De ahí que la reacción de Junts a la propuesta de Aragonès sea contraria, pero no demasiado severa. Es más, ha habido que ir a buscarla llamando a Waterloo. No ha habido comparecencias oficiales al respecto.

En Junts no ha sorprendido el paso de Aragonès. Su estrategia –conciben en el equipo de Puigdemont, tal y como informan un par de sus portavoces a este diario– está relacionada con una posible "pérdida de votos en el electorado más independentista".

Esquerra –dicen estas fuentes– se sumó al procés de manera beligerante. Incluso arrimó a Puigdemont al precipicio de la declaración unilateral, pero luego fue reculando. Hasta el punto de convertirse en socio preferente de Sánchez. Esa conversión en "partido pactista", "reintegrado al orden constitucional", es una bomba de relojería. Nadie sabe cómo va a afectar al voto.

En Junts creen que, si se ha conducido al votante al independentismo, darle lo contrario después supone la mencionada fuga de votos. En Esquerra no lo tienen claro. Por eso alternan las acometidas separatistas con las negociaciones presupuestarias y los acuerdos en materia social.

Puigdemont –tal y como relatan en su equipo a EL ESPAÑOL– cree que "progreso nacional y progreso social" van de la mano. Dos temas indisolubles. Esquerra se diferenció de Junts apostando por el camino contrario. Arrancó la legislatura hablando de "los problemas de la gente" y no de independencia.

Ahora –ironizan en Junts– han salido con la propuesta del referéndum pactado para recuperar el brío independentista que les requieren las urnas. "Han gobernado cuatro años y no han hecho nada en ese sentido. Es imposible que escondan el tinte electoralista de su decisión", resumen estas fuentes.

Los de Puigdemont ponen como ejemplo deseable lo que hizo Artur Mas con su consulta de 2017: "Tenía el respaldo de distintas asociaciones, partidos y organizaciones. Aragonès está solo con esto".

"No hacemos publicidad"

Pero miremos este debate, esta guerra entre independentistas, con el prisma contrario: también un marcado electoralismo impregna la estrategia de Junts. Puigdemont no ha querido opinar sobre el fondo de la cuestión, sobre la propuesta de Aragonès. ¿Le convence? ¿Cree que con el artículo 92 de la Constitución se puede articular la votación?

No responden por mucho que se les insista. Se limitan a contestar que ellos ya están negociando con Sánchez por su cuenta y en Ginebra. Cuando se les pide detalles acerca de cómo piensan estructurar la votación por la independencia, declinan ofrecer detalles.

"Tenemos nuestra propia estrategia. El PSOE se comprometió por escrito a negociar en ese sentido. No hacemos publicidad porque ya estamos negociando y es serio", exhiben en Junts... en detrimento de la propuesta de Esquerra.

En estas elecciones, pese al juego de las mayorías de perdedores que caracteriza hoy las votaciones en España, será fundamental el partido más votado. En eso sí coinciden Esquerra y Junts.

Porque si gana Esquerra, aunque pacte un tripartito con el PSC y los Comunes, el gobierno naciente tendrá vocación independentista. Si gana el PSC, aunque pacte con Esquerra y los Comunes, el gobierno naciente no caminará hacia la independencia.

Pero, ¿y si ganara Junts? Ahí Esquerra tendría el aliciente de pactar con Puigdemont para seguir en el gobierno... y Cataluña volvería a encaminarse abruptamente hacia la independencia.