La exsecretaria de Estado de Educación en el Gobierno de Rajoy, Montserrat Gomendio, este lunes en su domicilio.

La exsecretaria de Estado de Educación en el Gobierno de Rajoy, Montserrat Gomendio, este lunes en su domicilio. José Verdugo

Política ENTREVISTA

"Con el 'que nadie se quede atrás' del PSOE, se han quedado todos atrás", dice la ex nº2 de Educación

Montserrat Gomendio, exsecretaria de Estado de Educación, asegura que el modelo educativo actual está vigente "desde 1990, es el del PSOE y ha sido un fracaso".

23 enero, 2024 02:49

Montserrat Gomendio fue secretaria de Estado de Educación entre 2012 y 2015 (en el Gobierno de Mariano Rajoy) y también ha sido directora adjunta de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El último anuncio de Pedro Sánchez de que reforzará la enseñanza en Matemáticas y Lengua es, a la luz de los malos resultados que ha otorgado a España el último informe PISA, el reconocimiento de un fracaso. Así lo entiende Gomendio, para quien la rebaja en el nivel de exigencia a los alumnos ha conducido a esa situación.

En una entrevista concedida a EL ESPAÑOL, analiza las causas del fracaso de España en el último informe PISA y aboga por un gran pacto de Estado por la educación entre los dos grandes partidos, que deje a un lado los aspectos más ideológicos.

Recuerda además que las dos comunidades autónomas que tienen unos resultados peores en los últimos informes de evaluación educativa son Cataluña y el País Vasco.

Con el anuncio del plan de refuerzo para las asignaturas de Matemáticas y Lengua, ¿Pedro Sánchez está reconociendo el fracaso de su Gobierno, que se equivocaron con la 'ley Celaá'?

Sí, entiendo que sí, porque los resultados tanto de PISA como de las otras comparativas internacionales que se han publicado después del Covid han puesto de manifiesto una caída importante en el nivel de rendimiento de los alumnos españoles. Y esto, teniendo en cuenta que ya en las pruebas anteriores teníamos un nivel de rendimiento que, en la mayor parte de los ciclos, estaba por debajo de la media de la OCDE, con lo cual se trata de un empeoramiento muy significativo.

Ahora tenemos el peor resultado de la historia en Matemáticas, y estamos a la cola en comprensión lectora y en Ciencias. Si no llega a ser por este demoledor resultado del informe PISA, ¿cree que el Ejecutivo hubiera anunciado este plan de recuperación?

No creo, sobre todo porque no tenemos otra fuente de información. Ése es el problema, España es un país único entre los países de nuestro entorno y entre los países que participan en PISA, porque no tenemos evaluaciones nacionales.

Las comparativas internacionales como PISA nos dicen que nuestros estudiantes tienen un rendimiento particularmente malo en Matemáticas, pero también por debajo de la media, tanto en comprensión lectora como en Ciencias.

Pero no hay ninguna métrica nacional que permita comparar a los alumnos entre colegios o entre comunidades autónomas, para poder saber si a lo largo del tiempo las políticas que se implementan tiene un impacto negativo o positivo. Simplemente no se mide.

Supongo que se apuesta porque en un sistema ciego, cualquier impacto negativo de esas políticas va a pasar desapercibido. Pero en el momento en que las comparativas internacionales ponen de manifiesto estas caídas tan pronunciadas, es difícil ignorarlas.

¿Por qué cree que no hay un sistema métrico que evalúe a los alumnos a nivel nacional?

La verdad es que no tengo una respuesta clara. Me lo he preguntado muchas veces, y creo que hay varios factores. El principal, sobre todo desde el punto de vista de un Gobierno socialista, porque así lo han manifestado tanto el presidente como varios de sus ministros, es que hay una creencia, desde mi punto de vista totalmente equivocada, de que las evaluaciones nacionales, las métricas que utilizan los mismos estándares para todos los alumnos, son en sí mismas discriminatorias por el hecho de que los alumnos de entornos desfavorecidos tienden a sacar peores notas. Entonces, eso significa que la métrica en sí, o sea el instrumento, es discriminatorio y por lo tanto hay que evitarlo.

"El PSOE considera que las evaluaciones nacionales, las métricas que utilizan los mismos estándares para todos los alumnos, son en sí mismas discriminatorias"

Yo no lo interpreto así, yo creo que estas métricas, ya sean evaluaciones nacionales o comparativas internacionales, cualquiera que utiliza la misma métrica para medir a los mismos alumnos en el mismo momento de su desarrollo educativo, son como un termómetro que identifica si hay un paciente que tiene fiebre o no la tiene.

Y si la tiene, no es un problema de que el termómetro esté discriminando a ese perfil de personas. Lo que está identificando es una patología. Hay que entender qué la está provocando y poner todos los medios para intentar que el entorno socioeconómico de los alumnos no tenga un impacto importante sobre su rendimiento.

Todos los países que han implementado sus propias métricas nacionales han podido demostrar que los estudiantes que más se han beneficiado de esas métricas, de exigir los mismos estándares a todos, son sobre todo los estudiantes de ambientes desfavorecidos.

¿Cree que la educación se ha politizado excesivamente en España?

Sí, la educación ha estado siempre excesivamente politizada en España. Pero no en el sentido en que la gente lo interpreta habitualmente. Una de las leyendas que se mantiene sobre cuál es el problema del sistema educativo español es que cada vez que un gobierno de distinto signo político ha llegado al poder, ha implementado una reforma educativa totalmente ideológica. Y cuando ha venido un gobierno de otro signo político ha hecho lo propio y eso ha generado mucha incertidumbre y mucha inestabilidad en el sistema. Esa es una de las razones que mucha gente argumenta para explicar las principales debilidades del sistema educativo. Pero si uno mira los datos, eso no se sostiene.

El sistema educativo español ha sido fundamentalmente un modelo socialista desde que se aprobó la LOGSE en 1990. No ha habido una implementación de ninguna ley de un gobierno del PP, con la excepción de la LOMCE que pudimos aprobar cuando estábamos en el gobierno e iniciar su implementación. Pero se implementó por unos pocos años, porque el siguiente gobierno aprobó la LOMCE, que ha llevado el modelo socialista que ya dibujaba la LOGSE a su máximo desarrollo ideológico y ha resultado un verdadero desastre para la educación española.

Entonces, ¿es un problema del Partido Socialista?

Es un problema del Partido Socialista, porque el modelo que se ha implementado desde 1990 ha sido el modelo socialista. Y eso no ha funcionado, ese modelo es el que ha fallado. Y no tenemos otro modelo con el que poder comparar.

Pero por ejemplo, la LOMCE, consiguió un descenso en abandono educativo temprano muy marcado, que claramente se relaciona con el atractivo que tuvo la nueva Formación Profesional para los alumnos y el hecho de que muchos optaron por esta fórmula en lugar de abandonar los estudios.

Pero aparte de este paréntesis de la LOMCE, no lo podemos comparar con ningún otro sistema porque el modelo socialista ha sido el único que hemos tenido. ¿Por qué creo que el origen del error es un tema ideológico? Porque ese modelo argumenta que es una apuesta por la equidad, es decir, por dar apoyo a los alumnos de ambientes más desfavorecidos para conseguir que el impacto del entorno socioeconómico se minimice.

Pero lo que ha hecho para conseguir ese objetivo, que es muy loable y con el que yo estoy muy de acuerdo, ha sido completamente equivocado: es disminuir el nivel de exigencia de todos los alumnos, para conseguir que todos los alumnos tengan un nivel de rendimiento bajo y, por lo tanto, no haya grandes diferencias entre ellos.

Eso no es un objetivo loable. Cuando los países se plantean mejorar la calidad de la actividad del sistema educativo, lo que consiguen es mejorar los estándares para todos los alumnos, incluidos los entornos socioeconómicos desfavorecidos, que sabemos que tienen un punto de partida mucho más difícil. Pero en ningún caso bajar los estándares para todos, que es lo que se ha hecho aquí.

Con el 'que nadie se quede atrás', ¿el resultado ha sido este fracaso?

Bueno, es que se han quedado atrás todos. Eso es lo que hemos visto, que todos los alumnos españoles están rezagados respecto a países de su entorno. Desde que lo medimos a través de las comparativas internacionales, el rendimiento de los alumnos españoles ha estado por debajo de la media de la OCDE y ahora ha tenido una caída importante.

"Hay dos comunidades que tienen resultados mucho peores que en ciclos anteriores: Cataluña y el País Vasco. Eso es lo que arrastra la media hacia abajo"

Pero también es verdad que los resultados del último ciclo de PISA del 2020-22 no suponen una caída uniforme o generalizada en todas las comunidades autónomas, sino que hay dos comunidades autónomas que tienen unos resultados mucho peores que en los ciclos anteriores, que son Cataluña y el País Vasco. Y eso es lo que arrastra la media hacia abajo.

Por tanto, hay que tener en cuenta: primero, cuáles son las reglas de nuestro sistema educativo y si están funcionando bien. Yo creo que no. Podemos hablar en más detalle de si el refuerzo es suficiente para superar los problemas de este modelo educativo, yo creo que no. Y por otra parte, qué comunidades autónomas han experimentado un declive más importante, que es el que ha llevado la media del país a disminuir tan drásticamente.

Y las caídas de Cataluña y País Vasco no son comparables a las otras comunidades autónomas. Cerca de la mitad de las comunidades que participan no han caído respecto a los resultados de ciclos anteriores.

A pesar del clima de polarización que atraviesa el país, PP y PSOE se han puesto de acuerdo en reformar el artículo 49 de la Constitución para eliminar el término "disminuidos". ¿Es partidaria de un pacto de Estado por la Educación entre los dos partidos?

Sí, totalmente partidaria. Pero también soy muy consciente, porque lo intenté, de las dificultades que tiene. En mi caso, cuando me incorporé al Gobierno en la Secretaría de Estado, en las conversaciones que tuve con los representantes del Partido Socialista nunca se centraron en qué aspectos queríamos cambiar nosotros del modelo educativo, en por qué y cuáles son las medidas que queríamos implementar. Sólo se centraban en un argumento muy básico, muy primario: afirmaban que el modelo educativo era un modelo socialista y que, por lo tanto, iban a estar en contra de cualquier cambio que se hiciese.

Y así fue. Nunca entramos a discutir cuáles eran los problemas, ni si nos poníamos de acuerdo en ese diagnóstico, ni cuáles eran las posibles soluciones o si nos podíamos poner de acuerdo en esas políticas. Siempre nos quedamos en ese punto de partida de que no se iba a aceptar el cambio de un modelo socialista.

La consecuencia es que llevamos años arrastrando ese problema. ¿No hay ni siquiera un punto en común sobre el que construir este gran pacto de Estado?

Yo no lo veo tan complicado. Desde el momento en que PP y PSOE, u otros partidos que se quisieran sumar, se pusiesen de acuerdo en que lo importante es mejorar el rendimiento de los alumnos en dos dimensiones, en calidad y en equidad, entonces creo que la mayor parte de las barreras o muros a los que nos hemos enfrentado quienes hemos intentado antes esas negociaciones se vendrían abajo inmediatamente.

Y los temas que son más ideológicos, como puedan ser el tratamiento de la religión o la educación diferenciada, se deberían de quedar al margen. Y el sistema educativo no sufriría si cada vez que hay un cambio de gobierno a un partido de un signo político diferente, esas cuestiones ideológicas se cambiasen. Pero sólo esas, y que aquellas que tienen que ver con el rendimiento de los alumnos se respetasen y hubiese continuidad en ellas. Y no solo que hubiese continuidad, sino que hubiese una evaluación a fondo de cuál es el impacto de las políticas que se implementan en cada momento.

Y un acuerdo para que, si la evidencia pone de manifiesto que hay una mejora en el rendimiento de los alumnos, estas políticas se van a mantener. Y si la evidencia pone de manifiesto que hay un empeoramiento en el rendimiento de los alumnos, se van a cambiar por otras, pero siempre basadas en evidencia y no en argumentos ideológicos. Creo que si se llegase a ese acuerdo, la Educación en nuestro país saldría enormemente favorecida.

Ahora que está de moda lo del verificador, ¿usted sería partidaria de un verificador o una comisión independiente para lograr ese pacto de Estado por la Educación?

Lo podemos llamar como queramos. Para mí la clave es que sean políticas basadas en la evidencia. Y hay muchísima evidencia, las comparativas internacionales han generado muchos datos que explican con claridad cuáles son las políticas que funcionan en determinados contextos y no en otros. Lo podemos llamar comisión independiente, lo podemos llamar como lo llamemos.

Pero lo fundamental es que las decisiones que se tomen se basen en la evidencia disponible que hay, con esa evidencia es más que suficiente para saber lo que hay que hacer. Las soluciones están ahí, basta ver el ejemplo de los países que viven en contextos parecidos al que vive España en este momento, y que han demostrado que cuando se han implementado esas políticas han mejorado el aprendizaje de los alumnos.

Lo importante es que haya un acuerdo de que se va a dejar la ideología a un lado, excepto para estos temas que son ideológicos por naturaleza y que el resto se va a basar en la evidencia. Para esto se pueden tener las discusiones que sean necesarias, será una discusión muy enriquecedora.