Andrés de Francisco, profesor en la facultad de Políticas, dentro de un aula de la Complutense.

Andrés de Francisco, profesor en la facultad de Políticas, dentro de un aula de la Complutense. Javier Carbajal

Política

Un disidente en la Complu: "Podemos ha muerto pero ha contagiado a toda la izquierda de polarización"

Desde la izquierda más republicana, Andrés de Francisco desmonta el partido que nació a unos metros de su despacho: habla del dinero, las ideas y los medios de comunicación.

20 enero, 2024 02:16

Dice hoy Pablo Iglesias, diez años después de nacer Podemos, que crecer en el partido morado era entonces una promesa de buen salario, de miel profesional y de éxito sexual en el barrio de Lavapiés. Estamos entrando en un despacho de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense donde se encierra a pensar un profesor que quiso mantenerse al margen. Estamos entrando en Archipiélago Gulag. En la guarida del disidente.

No marcó distancias por ser de derechas. En la puerta del despacho que este hombre abre con su llave hay una imagen de Marx. Alguien ha escrito a mano una frase junto al retrato, como si fuera obra del viejo Karl, que clama contra la superioridad de los blancos sobre los negros. "Joder, algún gracioso", musita.

"Pasad, pasad", nos dice Andrés de Francisco (Madrid, 1963). Nos topamos con unas memorias de Azaña en la mesa. También con un ejemplar de Mirada republicana (Editorial Catarata), el libro de este profesor que un día admiró Iglesias.

Paradójicamente, y quizá suene raro, es el republicanismo –pero el de verdad– el que mantuvo a este hombre lejos de aquel movimiento que germinó en estos pasillos y que acabó asaltando el cielo. La "tradición republicana, socialdemócrata e ilustrada" que preconiza este profesor no tiene que ver con el "neoperonismo" que fundaron Iglesias, Monedero y Errejón.

Este hombre, más que un disidente, es un huérfano. Escribe en una pizarra "Podemos" y lo tacha. Al lado, provocadoramente, anota: "Izquierda Española". De pronto, han aparecido unas siglas "muy de izquierdas", pero que rechazan los acuerdos con quienes quieren fragmentar el Estado. Hemos venido a hablar de esas dos fuerzas motrices.

Una, según las encuestas, está a punto de desaparecer. Y a la otra, según las mismas encuestas, todavía le falta un trecho para terminar de nacer. Pero no se trata de demoscopia, ni de siglas específicas. Esos dos nombres son la excusa para abordar asuntos mucho más complejos e interesantes: ¿por qué la izquierda en España es connivente con los nacionalismos periféricos? ¿De qué ideología bebió Podemos? ¿Por qué crecieron tan rápido? ¿Por qué se estrellaron a la misma velocidad?

De Francisco es el conversador perfecto por dos razones: es un intelectual respetado para analizar teóricamente el devenir de este espacio político... y también lo conoce microscópicamente, en carne viva, ya que Podemos nació a unos metros de su despacho.

Hablaremos de cosas que tienen su miga, que nos van a dejar boquiabiertos: ¿qué tiene que ver Podemos con Carl Schmitt, el gran teórico del nazismo? ¿Qué tiene que ver Iglesias con Maquiavelo? ¿Qué narices significa la ley de hierro de la oligarquía de Michels?

Dice su ficha que Andrés de Francisco nació en Madrid. Aunque no se lo preguntamos, parece gato por los cuatro costados. Tiene un acento madrileño, y eso que a los de Madrid, en general, no se les nota.

Vamos a empezar.

Andrés de Francisco es autor de 'Podemos, izquierda y nueva política' (editorial El Viejo Topo).

Andrés de Francisco es autor de 'Podemos, izquierda y nueva política' (editorial El Viejo Topo). Javier Carbajal

La podemización del PSOE

"Podemos está prácticamente desparecido. No es todavía irrelevante porque puede hacer valer sus cinco escaños gracias a la fragmentación del Congreso. Pero lo más importante no es eso... Lo más importante es que se ha producido una podemización de la izquierda en general", comienza De Francisco.

Es decir: lo que trajo Podemos ya no opera desde el partido que lleva este nombre. O no solo. Es la estrategia asumida por las dos siglas que gobiernan: PSOE y Sumar. Con motivo de la efeméride, Iglesias ha hecho una revelación interesante. Cuando Sánchez ganó las primarias por segunda vez y tumbó al aparato, Eduardo Madina le mandó un mensaje al líder de Podemos: "Habéis ganado vosotros las primarias del PSOE".

Las estrategias comunicativas, la manera tan vertical de dirigir el partido, las alianzas con los nacionalismos periféricos, la dialéctica amigo-enemigo que parte el Congreso en dos grandes bloques... En eso –lleva razón De Francisco– el PSOE de hoy se parece mucho al Podemos que nació hace diez años. Con menos carisma, con menos frescura, pero se parece.

"Tuve y tengo buena relación y buen trato con algunos de los que fundaron Podemos. Es verdad que la facultad fue importante, pero donde verdaderamente nacieron fue en La Tuerka, aquella plataforma televisiva", relata.

De Francisco no ha sido un mero espectador del fenómeno Podemos. Es autor junto a Francisco Herreros de Podemos, izquierda y "nueva política", publicado por El Viejo Topo, una editorial de "extrema izquierda" según la Wikipedia, una de las asociaciones culturales antifranquistas con más solera. El libro ha sido cancelado por la llamada izquierda oficial. Nadie habla de él. Está maldito. Es un libro interesante por lo minucioso y lo contundente.

El principio

–Usted era un doctor en Filosofía, muy de izquierdas, y partidario de una regeneración de la vida pública. ¿Vivió con ilusión la llegada de Podemos?

–No mucho. Los tenía muy cerca. Les vi desde el principio unas señas de identidad muy distintas a las de la izquierda republicana y europeísta que me gusta. Desconfiaba de su vínculo con Latinoamérica. Veían en el peronismo y en el llamado "socialismo bolivariano" un modelo a seguir. No me parecía una buena estrategia.

Con trazo grueso, quienes se oponen a Podemos desde la derecha, los llaman "comunistas", "marxistas" y cosas por el estilo. Pero, según este profesor, el partido de Iglesias no tiene nada que ver con eso.

De Francisco les intuyó ya hace diez años un "componente posmoderno muy marcado": "No les importaba tanto la sustancia como la comunicación. Dieron un giro escenográfico a la política. Dejaron caer el concepto de clase marxista ya al inicio, pero por una cuestión electoral".

Un momento, un momento... Pero, ¿Podemos no hablaba en aquel tiempo de los de arriba contra los de abajo? ¿De la casta y las élites extractivas?

–Profesor, ¿eso no es lucha de clases?

–No. La "casta" era una élite económico-política, pero enfrente estaba un pueblo indiferenciado, homogéneo. El marxismo no se entiende sin el materialismo histórico, y éste interpreta la sociedad desde la estructura de clases. No es "la gente", como si toda ella fuera un solo hombre, frente a la casta.

Eso –nos explica De Francisco– no es del viejo Karl, sino de Ernesto Laclau, un filósofo posmarxista argentino. Pero a nosotros, como a la mayoría, "Laclau" no nos dice nada. Abrimos la libreta, apuntamos: "Significantes vacíos".

–¿Qué son?

–Todos esos eslóganes que utilizaban en Podemos. Influían mucho en la sociedad, pero estaban vacíos de contenido. Podemos decía querer una transformación social, pero lo que verdaderamente diseñaron fue una estrategia de consecución del poder.

–Asaltar los cielos.

–Lo que podía restar un voto se dejaba apartado. Presentaron un proyecto político vacío, que se iba rellenando sobre la marcha conforme convenía.

Pone De Francisco sobre la mesa una confesión que le hizo Manolo Monereo, otro politólogo que fue diputado de Podemos en el Congreso: "Me dijo que no tenían programa pensado para las cosas concretas, que llegaba un asunto de debate y le tenían que pedir corriendo un papel a un economista. Luego eso se guardaba en el cajón".

Otro ejemplo más: en el programa de 2016 titulado "Un país para la gente" se dedica "un solo renglón" a las políticas de conciliación y a la vida laboral de la mujer. Se dice sin más: "Se impulsarán medidas a favor de la racionalización de los horarios de trabajo".

Añade De Francisco en la página 56 de su libro: "Sin embargo, el día de la Constitución del Congreso, tras las generales, Podemos absorbe toda la atención con un golpe de efecto. Carolina Bescansa lleva a su bebé al escaño y le da el pecho a la vista de todo el mundo, justificándolo como acto simbólico para expresar la problemática sobre la conciliación. Tal vez las mujeres que verdaderamente tienen problemas de conciliación –que no tienen niñera– le agradezcan el gesto a Bescansa –que sí tenía niñera–, pero seguro que esperaban de Podemos políticas más contundentes, soluciones además de gestos".

De Francisco, entrando a su despacho en la facultad de Políticas de la Complutense.

De Francisco, entrando a su despacho en la facultad de Políticas de la Complutense. Javier Carbajal

Antisistema integrados

Volvamos a esos días en que este profesor empieza a ver cómo algunos de esos alumnos de la facultad empezaban a convertirse en grandes líderes mediáticos.

–¿Qué percepción tenía de ellos?

–Siempre han sido antisistema integrados. Eso me molesta mucho. Tienen una gran facilidad para poner un pie en el poder y otro en el contrapoder. Eran capaces de montar una asociación radical revolucionaria y a la vez estar ramoneando por el decanato. Se decían disidentes y algunos eran funcionarios. Me molesta por respeto a la verdadera tradición revolucionaria. ¿Sigo?

–Lo que usted quiera.

–¿Quién les persigue? ¿Quién les veta? ¿Disidentes de qué? Pero si han tenido a muchísimos medios bailándoles el agua, a grandes televisiones proporcionándoles la audiencia que necesitaban. ¿Sabe cuál era la clave?

–Cuál.

–Querían entrar en el ciclo de reproducción de la élite para pertenecer a ella. La prueba es que, una vez han llegado, jamás han renunciado a los resortes del poder.

En el libro, De Francisco es todavía más concreto: menciona "el dinero de dentro de España y el dinero de fuera", el apoyo de "El País, LaSexta, ElDiario y Público".

Como a cualquier ser humano, a Andrés de Francisco le traiciona el recuerdo. Días después de producirse esta entrevista, le mencionamos un artículo suyo de 2014 donde deseaba "mucha suerte" a la nueva marca, la describía como auspiciada por "gente muy apreciable" y pedía para el proyecto "una rápida consolidación". Es verdad que esa ilusión se desvaneció en apenas unos meses y así lo atestigua otro artículo.

"Es cierto. Al principio, aunque con dudas, les di un voto de confianza y les deseaba la mejor de las suertes", admite.

Con Podemos se inauguró una dinámica según la cual, para aprender a comunicar con influencia, es mejor estudiar Políticas que Periodismo. "¡Porque no querían construir una utopía, ni siquiera transformar la sociedad! Era la consecución del poder. Estaban vacíos. La prueba es que, cuando llegaron al Consejo de Ministros, no sabían qué hacer con él", apostilla.

Hubo una ocasión en que Iglesias encargó un gran programa económico a Juan Torres y a Vicenç Navarro, dos profesionales de nivel. "¿Sabe qué hicieron? Después de presentarlo a los medios, lo metieron en un cajón. Nunca más se supo".

De Francisco, recostado en su silla, con esos ventanales de marco naranja tan típicos de esta facultad, ilustra su tesis con un ejemplo más reciente: "Podemos era supuestamente un partido de izquierdas que buscaba la transformación social. Jamás incluyeron en sus propuestas el ecologismo. Hasta que Errejón se escindió y creó algo más parecido a Los Verdes europeos. Entonces sí empezaron a hablar de eso".

Provocamos un poco a De Francisco. Porque, para ser un partido carente de todo contenido, sacó 71 diputados. Cosechó decenas de alcaldías importantes y copó de parlamentarios las cámaras autonómicas.

–Oiga, les funcionaba muy bien.

–Era un discurso retórico muy bien armado en torno a unas dicotomías. Construían su identidad sobre el antagonismo. Podemos, aun hoy, no es nadie sin enemigo. Eso rompió cualquier posibilidad de practicar la democracia deliberativa y de llegar a acuerdos transversales. Ante cualquier situación, optaban por polarizar. Ese es el gran legado de Podemos. Y está teniendo costes muy altos: España se está fragmentando de manera muy peligrosa. Estamos viendo cosas que jamás imaginamos. A ellos les trajo muchos beneficios electorales a corto plazo.

De Francisco comparte facultad con Monedero e Iglesias.

De Francisco comparte facultad con Monedero e Iglesias. Javier Carbajal

La "utilización del 15-M"

A este doctor en Filosofía, de verbo ágil y contundente, culto en el vocabulario pero castizo en la gestualidad, le dolió especialmente lo que llama la "utilización del 15-M". Según De Francisco, los líderes de Podemos estaban por entonces en Latinoamérica "con sus negocios". De repente, "vieron una oportunidad en la crisis de representación política que había estallado en España".

Simona Levi, que creó la plataforma "15MpaRato", acusó a Iglesias y compañía de haberse apropiado del trabajo de los activistas. Una conclusión que secunda nuestro entrevistado: "Iglesias lo hizo en los platós de televisión. Se apropiaron de aquel movimiento espontáneo, ingenuo y desorganizado. Una vez lo rentabilizaron, lo desactivaron".

El 15-M proponía un cambio radical en la política. Una regeneración consistente en cambiar la dirección de las decisiones: el de "abajo arriba" para sustituir el de "arriba abajo". Pero Podemos –eso lo sabe De Francisco y cualquiera que tenga ojos– ha sido y es una estructura de las más jerarquizadas, muy vertical.

"Articulan la sociedad civil desde arriba. En concreto, desde los platós. Iglesias hablaba de los platós como parlamentos. Esa tradición del liderazgo cesarista la importaron de Latinoamérica. Concebían y conciben la representación de una manera que no es plural ni típica de las democracias liberales", apunta.

Schmitt y el nazismo

Volvemos a sacar la libreta porque De Francisco dice que Podemos es "neo-schmittiano".

–¿De Carl Schmitt?

–Por supuesto.

–¿Pero ese no fue un nazi?

–Exacto. Yo, igual que Iglesias, supongo, comparto con Schmitt la gran crítica que hizo del orden liberal. Describió muy bien sus imperfecciones.

Pero, por lo que vemos en internet de un vistazo, en Schmitt fue peor el remedio que la enfermedad. Se convirtió en uno de los grandes teóricos del nacionalsocialismo de Adolf Hitler.

–¿Qué tiene que ver eso con Podemos?

–Lo que le decía: la dialéctica amigo-enemigo. La idea de la política como política de poder. El afán destituyente, su idea de la soberanía... Y que entienden la representación como la relación de un pueblo homogeneizado con un líder carismático. En el libro dedicamos todo un capítulo a explicar los fundamentos schmittianos de Podemos.

–Ya que estamos hablando de cosas raras. Le he pedido a Juan Carlos Monedero que me dé una pregunta para usted. Dice: "Pregúntale por la ley de hierro de la oligarquía de Michels" [nosotros lo pronunciamos "Michels", como suena, pero se dice "Mijels", que queda mucho mejor].

–Recuerdo que Juan Carlos decía que Podemos escaparía a esa ley. Pero lo cierto es que ni él ni nadie en Podemos puso en marcha ninguno de los mecanismos que podrían haber evitado la oligarquización del partido: por ejemplo, la rotación o la brevedad de mandatos. Al contrario, Monedero no fue ajeno a la transformación de Iglesias en un líder cesarista.

–En el libro, también hay un capítulo muy interesante donde se analiza el votante de Podemos. Pese a ese discurso de los humildes frente a la casta, su diagnóstico niega la mayor. Dicen que quienes apoyaban a Podemos eran más bien jóvenes, más hombres que mujeres y con un nivel educativo relativamente alto. Conclusión: no había una semejanza real con aquellos a los que se decía representar, ¿no?

–Podemos era un movimiento urbano, de clases medias ilustradas, con un sesgo de edad muy claro. Eso a lo que usted se refiere lo llamamos "representación especular". Quieren parecerse a "la gente", pero ellos, en su mayoría, pertenecen a la clase media ilustrada. La nube se disipó en cuanto tuvieron que gobernar. Había que decidir qué intereses se defendían y todo era muy complejo: hombres y mujeres, clases sociales, ricos y pobres. No tenían un análisis de clase.

Un momento de la entrevista.

Un momento de la entrevista. Javier Carbajal

Iglesias y Maquiavelo

Pasamos ahora a hablar de Pablo Iglesias en concreto. Porque no puede entenderse Podemos sin un análisis de su líder carismático. De Francisco lo vio crecer de cerca. Algún día fue a La Tuerka. Para este profesor, Iglesias bebe mucho de Maquiavelo.

"Iglesias es muy viril, como muy machote. Maquiavelo funcionaba con una contraposición fundamental entre virtud y fortuna. Pensaba que a la fortuna había que dominarla porque, en última instancia, era una mujer. Y había que dominarla con virilidad", explica este profesor que ve en el mesías de Podemos una "masculinidad trasnochada".

"Maquiavelo creía que un requisito indispensable para alcanzar la virtud era la audacia", dice De Francisco. Y aquí sí le reconoce mérito a Iglesias. "Fue un joven audaz, con mucha determinación. Dio unos cuantos golpes de efecto. Pero llevó esa cualidad hasta la caricatura y acabó convertido en un oportunista", concluye.

Iglesias es ahora compañero suyo de facultad. Trabaja como profesor asociado. Podríamos cruzarnos por el pasillo al salir de aquí, quién sabe. De Francisco no tiene una mala opinión personal de él. De hecho, refleja como "injusticia" que no le dieran la primera plaza de profesor que solicitó. Y le parece bien que le hayan concedido esta segunda. Pero lo considera culpable de la deriva política de España.

"Maquiavelo tenía una grandeza de la que ha carecido Iglesias. Maquiavelo quería la gloria para Italia. Una Italia unificada y a salvo de la dominación de las potencias extranjeras. Fue capaz de hacer grandes sacrificios. Cuando cayó en desgracia y regresaron los Medici, era más pobre que antes de pasar por el poder", dice.

–Y lo dice usted en contraposición.

–No digo que Iglesias y los demás sean corruptos. Pero no han dado puntada sin hilo. Han tenido muy controlado el tema del dinero. No han salido más pobres de la política. Al contrario.

–Algo de talento tuvo que tener para lograr lo que logró.

–Desde luego. Lo reconozco. El Iglesias de La Tuerka era muy interesante. Sacaba cuestiones importantes en los debates y era relativamente plural. Daba un sesgo personal e ideológico interesante a sus intervenciones.

–¿Qué pasó?

–Para triunfar electoralmente, tuvo que construir un personaje mediático. Se convirtió en agresivo y antipático por la presión. Le pasó factura.

–¿Qué hay de Yolanda Díaz? ¿Tiene un programa más sustantivo? ¿Tiene un proyecto de país?

–No anda sobrada de ideas. Venía de IU, luego pactó con Podemos. Ahora los ha dejado y ha montado Sumar... Tiene un brazo más sindical. Pero continúa instaurada en el bibloquismo y en esa estrategia de comunicación basada en clichés.

Explicado el legado "negativo" de Podemos, Andrés de Francisco también ubica un "legado positivo". El de la regeneración y la concienciación sobre los casos de corrupción. Se acabó la impunidad. "Aunque la regeneración moral del poder político es algo que sigue pendiente, hoy como ayer".

Las puñaladas

De Maquiavelo nos vamos a Shakespeare. El final de Podemos fruto de las conspiraciones palaciegas es, según nuestro entrevistado, una gran caricatura de las obras del gran William Shakespeare.

Podemos no se puede explicar como un partido cualquiera. Muchos de sus dirigentes habían estado liados entre sí. Había amistades muy fuertes, que aparejaron fuertes rupturas. Era un grupo de amigos que, de repente, se encontró en el poder.

De Francisco habla de una "alta tensión emocional": "Frente a la polarización externa que necesitaban, preconizaban hacia dentro los abrazos y los besos. Todo era una explosión de emociones fraternales. Resultaba ridículo. Ese teatro de los abrazos se vino abajo y dio paso a puñaladas y purgas de una enorme brutalidad. ¡Parecían los Claudios de la antigua Roma!".

–Usted sostiene que Errejón fue un gran traidor y que Iglesias pudo haber traicionado a los votantes, pero no a los suyos.

–Iglesias fue quien construyó todo. Mucha gente, ¡muchísima!, se subió a ese barco. Le debían un montón. Luego le premiaron con un reguero de traiciones tremendo. Iglesias tiene muchos defectos políticos, pero estos que vinieron después... No todos, por supuesto, pero algunos eran como alimañas.

–¿Él no tuvo parte de la culpa por su manera de ejercer el liderazgo?

–Todo el mundo sabe que Iglesias tuvo que volver de Europa porque Errejón le estaba cortando la hierba de debajo los pies. Errejón es muy ambicioso, aspiraba a todo. Cuando vio la oportunidad con Carmena, dio la espalda a Podemos. Ya ninguno habla de casta. ¿Cómo lo van a hacer? ¿No serían ellos hoy la casta?

Izquierda Española

Para acabar, conviene mirar hacia adelante. Para este profesor de la facultad de Políticas de la Complutense, el futuro tendría que pasar por Izquierda Española. De Francisco lleva años suplicando un partido que se tome la tradición republicana en serio y se deje de "banalidades identitarias".

No va en ninguna lista, no forma parte del nuevo partido, pero lo apoya moralmente. Cree que el espacio para Izquierda Española existe. Lo define como refugio para esa izquierda que jamás ha creído en los acuerdos con el nacionalismo, pero también para esos votantes que se han ido cayendo del guindo al ver en qué ha ido "degenerando" el Gobierno.

"Tienen la oportunidad de lanzar una izquierda que entronque con la socialdemocracia europea, y no con el peronismo. Que entronque con la Ilustración, y no con las superficialidades posmodernas", dice.

–A los de Izquierda Española los llaman "rojipardos". La izquierda oficial los cree una especie de nacionalistas españoles encubiertos.

–Izquierda Española no quiere que nuestro país se rompa y se fragmente en un conjunto de territorios, algunos de ellos con privilegios. El concierto vasco, la foralidad, las cesiones a Cataluña... ¡Pero si eso es puro tradicionalismo medieval! Ojalá prospere esa izquierda que quiere ciudadanos en igualdad de derechos, que desea desterrar esas herencias medievales. ¿Sabe lo que significa "privilegio"?

–¿Viene del latín?

–Sí. "Ley privada". Eso es lo que está haciendo la izquierda oficial en connivencia con los nacionalistas: leyes privadas para algunos territorios. Yo quiero una ley pública, igual para todos. Para eso se necesita el Estado.

–¿Adónde estamos yendo?

–A un confederalismo asimétrico y a la carta. La izquierda era federal; es decir: buscaba una manera de integrar la pluralidad territorial y cultural de España manteniendo un Estado fuerte capaz de garantizar la igualdad y la cohesión del conjunto. Pero han renunciado a ese proyecto federal. El confederalismo en que han caído es justo lo contrario. Así, consienten la existencia de privilegios de algunos territorios. La asimetría entre Comunidades se está agrandando de una manera que debería preocupar a la izquierda.

–La clave es: ¿por qué la nueva izquierda en España siempre va de la mano de los nacionalismos y no al revés?

–Por una herencia malentendida del franquismo, que se apropió de la idea de España. Antes de la guerra no era así. La izquierda republicana creía que el nacionalismo periférico era un problema. Basta con leer a Azaña o a Negrín. Por una cuestión electoral, la nueva izquierda ha degenerado en confederal. Han visto ahí el camino para alcanzar el poder y perpetuarse en él. La derecha también lo hizo cuando lo consideró necesario, pero no llegó tan lejos.

–Más País no se atrevió a ser Más España.

–Más Madrid, sí; pero Más España, no. Siguen participando de esa incomprensible vergüenza respecto a su propio país.

–¿Recuerda cuando Podemos pudo ser Izquierda Española? Aquel mitin de Iglesias en Barcelona, año 2014, cuando definió la dicotomía como los de arriba contra los de abajo, y no como España contra Cataluña.

–Lo recuerdo perfectamente. Quería ganarse el voto obrero. Pero cambiaron de la noche a la mañana. Hicieron sus cálculos electorales y vieron necesaria la convergencia con los partidos nacionalistas para obtener buenos resultados. Una pena.

De Francisco nos despide en el pasillo de la segunda planta. Aquí, en la facultad, llaman a los pasillos "martillos". Pum, pum, pum. Se levanta la sesión.