El catedrático y exdiputado socialista Ramón Vargas-Machuca posa para EL ESPAÑOL en el salón de su casa en Cádiz.

El catedrático y exdiputado socialista Ramón Vargas-Machuca posa para EL ESPAÑOL en el salón de su casa en Cádiz. Nacho Frade

Política ENTREVISTA

Vargas-Machuca: "Es monstruoso anteponer el sueldo de diputado a cumplir con tu conciencia"

"Dar la amnistía es una apoteosis del cinismo y un incentivo para que se vuelvan a repetir las intentonas golpistas" / "PSOE y PP podrían arreglarlo en 10 minutos con altura de miras y sin cortoplacismo" / "El PSOE actual está conformado por personas que sólo dicen amén" / "Llega un momento en política en que hay que decir ¡basta! Lo hicieron los demócratas en el País Vasco. Ahora es el momento en toda España". 

25 septiembre, 2023 02:31
Sevilla

El catedrático de Filosofía Moral y Política Ramón Vargas-Machuca (Medina Sidonia, 1948) se afilió al PSOE en 1974, en la clandestinidad. Tres años más tarde ocupó un escaño en el Congreso desde 1977 hasta 1993 y fue miembro del Comité Federal del PSOE entre 1976 y 1997.

Tras ese periplo decidió dedicarse a su verdadera vocación, la docencia y la investigación, y lo ha hecho por universidades de Estados Unidos, Chile e Italia, hasta obtener su plaza de catedrático de Filosofía de la Universidad de Cádiz, donde vive frente al mar.

Así, viendo el ir y venir de las olas desde su despacho, se pregunta cómo el PSOE ha podido llegar a esta situación, "a poner en riesgo la socialdemocracia", dice, cuando fue refundado precisamente para lo contrario. 

Vargas-Machuca, que se doctoró con una tesis sobre el Antonio Gramsci, ha publicado varios libros -su casa está repleta- y fue Premio Espasa en 1989 con La utopía racional. Recibe a El ESPAÑOL y razona no sólo para diagnosticar problemas, sino para apuntar soluciones, y una es que PP y PSOE lleguen a acuerdos. Eso sí, sin cortoplacismo y con altura de miras, la que da el conocimiento.

Usted de afilió al PSOE en 1974, en la clandestinidad. ¿Sigue teniendo el carné del PSOE?

Pues el carné no lo encuentro [ríe]. Antes me apropiaba de la frase del veterano socialista y gran maestro de la Filosofía del Derecho Elías Díaz, "uno sigue siendo cotizante pero no militante". Pero me estoy pensando no pagar la próxima cuota si el partido sigue por la misma pendiente de tal travestismo que ni se le reconoce. Desde la campaña de José Borrell en las primarias en la que tanto me impliqué, no he vuelto a pisar la sede del partido.

¿Qué diferencias encuentra entre aquel PSOE que acabó estructurándose en torno al pacto entre socialistas andaluces y vascos, con el 'Pacto del Betis', y el actual?

El PSOE ha sufrido una mutación trascendental debido a sus bandazos y alianzas. Decía Andrés Trapiello que el PSOE de ahora se ha hecho podemita, le ha comprado el discurso a Pablo Iglesias. Por el contrario, el de Felipe viró desde los 70 hacia la moderación, asemejándose a la socialdemocracia alemana. El actual se alía con radicales, con nacionalistas e independentistas, los más frikis y peligrosos que no creen en la democracia constitucional.  

"En mi época, quien quería ejercer la propia opinión podía hacerlo. Fui uno de los promotores para sacar a Felipe como candidato y a nadie se le ocurría amenazarnos"

Permítame recordar un poco de historia. Tras la Segunda Guerra Mundial, la socialdemocracia europea se convenció de que los males del siglo XX provenían del triunfo de los extremismos. Por tanto, entendió que la revolución en Occidente no sólo era inviable, sino también indeseable. Se identificaron con un reformismo consecuente y prefirieron la moderación. Pero estos socialistas devotos de Sánchez quieren jugar un izquierdismo trasnochado, no por ideología sino por puro interés: el poder a cualquier precio.

Precisamente el hijo de un histórico de aquella época, Nicolás Redondo, acaba de ser expulsado por "menosprecio" a las siglas. ¿Los partidos se han convertido en organizaciones en las que no hay sitio para el discrepante?

Lamentablemente eso está ocurriendo en casi todos los partidos. El problema es que se ha dejado de pensar y de tener un criterio propio que se defiende con razones bien argumentadas. El PSOE actual, excepto una buena parte de veteranos, está conformado por personas que sólo dicen amén. Lamentablemente este reclutamiento inverso viene de atrás.

Tras las mayorías absolutas de los primeros gobiernos de Felipe, el PSOE se convirtió para algunos en un panal de rica miel, lo que atrajo a arribistas de todo pelaje. De ahí que en el partido lamentablemente no entraban lo mejor de cada casa sino una legión de oportunistas, que más pronto o más tarde llegaría al precio de ser dóciles.

En mi época, quien quería ejercer la propia opinión podía hacerlo sin trabas. Fui uno de los promotores del Manifiesto de los 19 que pedíamos que Felipe diera un paso atrás y no se presentase a la reelección. A nadie se le ocurría amenazarnos ni reñirnos. Y menos a Felipe González. He seguido escribiendo y a mí nunca me han dicho nada.

Es más, cuando me fui del Congreso para marcharme a EEUU a seguir investigando, me despedí de Felipe en su escaño y me dijo cariñosamente: "¡Qué suerte tienes!". Siempre me sentí cómodo. Había una enorme libertad de crítica.

Tras pasar unos años distanciados, parece que ahora Felipe y Guerra están más unidos que nunca ¿cree que sus reflexiones acerca de la amnistía y la petición de evitar el chantaje de Puigdemont causarán efecto?

La reconciliación personal y política de estos dos dirigentes es una gran noticia, sobre todo en un momento lleno de riesgos, obstáculos casi insalvables y problemas casi insolubles que presagian un futuro incierto para nuestra democracia y sus instituciones.

Su acción unida fue ya determinante hace 50 años para el resurgir del PSOE, uno de los partidos socialistas más veteranos de Europa, pilar de la estabilidad política en nuestro país en todos estos años y determinante para la defensa de la democracia constitucional.  

Y es que la supervivencia de España está en peligro, y con ello el bien político más preciado que hemos compartido los españoles en todos estos años: una concordia cívica básica.

Me pregunta por la reconciliación visible de Felipe y Alfonso Guera. La autoridad político-moral de Felipe y Guerra que proyectan sus palabras no merma con la edad, porque es fruto de una sabiduría y prudencia que aumenta con la experiencia.

De ahí que sus palabras, sus buenas razones, ayuden a no camuflar los errores cometidos ni las omisiones que han hecho daño a las instituciones; y también, a reconocer las cicatrices que han quedado en el cuerpo social como lecciones para no olvidar. Lo dejó dicho el gran filósofo político italiano Norberto Bobbio, en su libro De senectute. Por cierto, gran amigo de los socialistas españoles en los primeros años ochenta.

Guerra también dijo que si los dos grandes partidos no llegaban a acuerdos, en unos 50 años nos preguntaremos ¿cómo no supimos defendernos? Realmente usted se lo pregunta ya a diario…

Efectivamente. Recurre a los términos que se empleaban ya en las primeras legislaturas de la Democracia tras la dictadura. El bipartidismo imperfecto era expresivo de la sociología política de la España que resulta desde las primeras elecciones de 1977.

El acuerdo entre los dos partidos hegemónicos (PSOE y PP) sobre los asuntos cruciales del diseño institucional que se substancia en la Constitución es crucial para su reproducción saludable y perdurable. El criterio sigue siendo necesario, si bien los hechos cambian, como diría el gran historiador británico Tony Judt. De ahí que haya que prodigar talento, prudencia y disposición de acuerdo por ambas partes para afrontar los nuevos retos.

El catedrático de Filosofía y exdiputado del PSOE Ramón Vargas-Machuca posa para EL ESPAÑOL en su casa.

El catedrático de Filosofía y exdiputado del PSOE Ramón Vargas-Machuca posa para EL ESPAÑOL en su casa. Nacho Frade

La deriva actual de Pedro Sánchez consiste en sustituir el bipartidismo por el bibloquismo, un frentismo fundamentalista de buenos y malos que arruina la convivencia y concordia entre la mayoría de los españoles. Justamente, este disparate es el que determina que muchos, empezando por González y Guerra, terminemos plantándonos en un nuevo ¡Basta ya!

No obstante, yo creo que esto se neutralizaba eficazmente en diez minutos, si llegaran a un acuerdo ambos partidos. Y además, tienen votantes suficientes para conseguirlo. No lo hacen porque están en el cortoplacismo y no ven, ni piensan a medio plazo. Para ver algo más hay que tener altura de miras.

Guerra acaba de denunciar que hay "una tendencia antidemocrática y cesarista" en el PSOE. ¿Lo comparte?

Lo del cesarismo lo he explicado muchas veces. Unos deciden y los demás repiten como papagayos las consignas, ahora relatos. En mis tiempos oponerse a Felipe te llevaba a que los más pelotas te dijeran cosas que no te gustaban, pero no te sentías incómodo. En general te respetaban, empezando por ellos mismos.

Y eso que usted fue uno de los máximos defensores de las elecciones primarias...

Cierto, y me arrepiento porque fue un error. No me canso de decirlo una y otra vez. Pensé que dando la palabra a los militantes se iba a romper con ese clientelismo, sin embargo, se incrementó el poder del que ganaba las elecciones primarias. Ya lo vi con Zapatero. Uno pensaba que las primarias iban a desactivar el caciquismo de los jefes regionales y lo que ocurrió fue algo peor: entronizó el cesarismo. Manda uno y punto. 

"El principal problema de la política y de España es que hay una crisis epistémica, abunda la sinrazón y esa crisis cognitiva precede a la crisis moral"

¿Hubiera imaginado en la Transición que un líder del PSOE podría llegar a ser elegido presidente con los votos del brazo político de ETA y los partidos independentistas?

Jamás. Me parece algo siniestro y asombroso que Sánchez tenga que mendigar votos a Carles Puigdemont, un prófugo de la Justicia condenado por golpista. Me parece escandaloso que se plantee, ya se dice sin rubor, una posible amnistía a esta persona porque la elección y continuación como presidente de Sánchez depende de él. No hay protesta cívica en la calle ni un diputado del PSOE parece tener remordimiento alguno por tener que tragar con este sapo.

Por eso no puedo dejar de preguntarme ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Es monstruoso pensar que alguien prefiera el sueldo de diputado a cumplir con su conciencia. Porque estoy seguro de que algunos pensarán que eso es el comienzo de la ruina para España y el camino hacia los infiernos del socialismo liberal.

En el Congreso de Suresnes se fusionó el antiguo PSOE y el nuevo. Ahí ya se sabía que no había otro modelo para implementar el socialismo que la democracia representativa y liberal en lo económico, en la división de poderes y en el imperio de la ley, una ley justa que garantiza este diseño institucional.

Por tanto, es una barbaridad consentir hoy sin ruborizarse ni inmutarse cómo se pisotea sin rubor el Estado de derecho y se comparte aliados que reiteradamente expresan bien alto que su misión es desmembrar, destruir la comunidad política, el modelo de democracia constitucional. A esa mutación es a la que me refiero.

En la izquierda en general, y también en el PSOE, se habla ya del "régimen del 78" de modo despectivo, después de que durante años haya sido estudiado como un modelo de éxito fuera de nuestro país. ¿Qué opina?

Es que éramos el modelo de transición política más admirado, y después de nosotros, el que protagonizó Nelson Mandela en Sudáfrica

Como filósofo, ¿cuál es el principal problema que detecta en la política y en la sociedad actuales?

El mal del PSOE amenaza a los demás partidos porque el cesarismo y la demagogia se han impuesto. El PP también tiene un cacao importante. La gestión de los pactos con Vox en la formación de los gobiernos en las comunidades se hizo torpemente al llevarlos a cabo de manera vergonzante. Podría haber esperado a que pasaran las elecciones del 23 de julio.

A uno, antifascista desde que tiene uso de razón, me da hoy más miedo, me parecen más peligrosos para la democracia EH Bildu y Puigdemont que Vox. Los primeros mataron tras la instauración de la democracia y el segundo dio un golpe de Estado que quiere que quede impune. Los de Vox me parecen carcas, antiguos, tridentinos, si quiere, pero no pretenden dar un golpe de Estado para implantar ese cúmulo de ideas trasnochadas o disparatadas que profesan. Los otros quieren ir a por el rey Felipe VI y a por la democracia liberal. 

En Sumar veo poca sustancia. Su portavoz Yolanda Díaz acapara todo el escenario de su múltiple grupo, imposta la voz pero de su boca salen sobre todo truismos. Deja una sensación de vendehúmos y cierta frivolidad. 

Y también como filósofo ¿cuál diría que es el principal problema de España?

Desde la caída del muro de Berlín el mundo ha cambiado mucho. La globalización ha cambiado la geopolítica y los partidos políticos están para cosas más caseras. Se han producido muchas transformaciones en el mundo y parece que la política no se entera o responde tarde. No va acompasada con los cambios.

El catedrático de Filosofía y exdiputado socialista Ramón Vargas-Machuca posa para El ESPAÑOL en su despacho.

El catedrático de Filosofía y exdiputado socialista Ramón Vargas-Machuca posa para El ESPAÑOL en su despacho. Nacho Frade

Y estos son de tal calado que reclaman mucha inteligencia, formación, conocimiento y capacidad de ponderación. Desgraciadamente, la política carece de estas virtudes epistémicas, y es que padece una crisis de conocimiento. Hay una crisis epistémica, abunda la sinrazón y esa crisis cognitiva precede a la crisis moral que es a la postre, la que escandaliza. Obviamente esta circunstancia alimenta a los populismos de distinto pelaje. Ese es, también en España, el principal problema político-social que devalúa sobremanera la conversación pública y la hace ruda, simple y cargada eslóganes.

Ahora vamos, seguramente, camino de dos intentos de investidura. ¿Cree que hace bien Feijóo al presentarse aunque no tenga opciones de sumar?

Hace bien porque su partido es el más votado y por eso lo ha propuesto el Rey. Que diga el PSOE que no tiene sentido es otro disparate más y síntoma de la pendiente de degradación institucional por la que discurre un partido que alardea de sumar votos con quienes tiene como objetivo dividir a los españoles, cargarse el orden institucional y desmembrar la nación.

En la situación actual, y dado que ningún partido nacional fue a las elecciones con la amnistía en su programa, ¿cree que habría que ir a nuevas elecciones?

Serían el mal menor, aunque también es una tragedia porque recurrir, otra vez más, a una repetición de las elecciones es un fracaso de la democracia como régimen y un síntoma de la disparatada falta de concordia en que se ha instalado la clase política española, contagiando además a la ciudadanía.

¿Votaría usted en ese caso al PSOE de Sánchez?

Nunca digo mi voto. En lo que escribo expreso mis argumentos, mis razones y posición. Pero mi voto es secreto.

¿A qué atribuye que tras la rotunda victoria del PP en las elecciones municipales y autonómicas, sólo un mes después Sánchez lograra detener la sangría y resistir?

Creo que el PP tuvo un exceso de confianza. Evidenció desconcierto sin saber qué hacer con Vox en campaña y trasluciendo cierta actitud vergonzante respecto a los pactos que inevitablemente iba a llevar a cabo con Vox. El síntoma más claro fue lo ocurrido con la candidata entonces y ahora la actual presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola. Pecó de impericia. También en España hay una cierta inclinación a perdonar más a la izquierda.

Desde la izquierda se dice que la amnistía y otras cesiones al separatismo sirven para avanzar en la España plural y para desinflamar la situación en Cataluña. Desde la derecha aseguran que se pone en riesgo la unidad del país. ¿Cuál es su posición?

Es otro cuento que no se lo cree ni el que lo narra en los medios. Otra apoteosis del cinismo. Y por supuesto es un incentivo para que se vuelvan a repetir las intentonas golpistas e incremente la fragilidad de España como comunidad política.

"El uso de pinganillos en el Congreso, el lugar de la argumentación racional y del diálogo, es patético, crea confusión y es el medio para manipular"

No se puede decir de manera más gráfica que con la metáfora del salchichón que utilizó Alfonso Guerra para definir el procedimiento empleado por Sánchez para demoler la Transición: una rodajita los indultos; otra, la sedición; después, la rebaja de la malversación; ahora la amnistía, seguida de la rodajita de la autodeterminación con su referéndum, y así hasta que se lo hayan zampado entero. Son insaciables.

Lo hicieron con la República y también lo hacen ahora. Lo relevante es que no lo ocultan. Y el gobierno de Sánchez y su partido, impasibles. Y esto no ha hecho más que empezar.

¿Cuál cree que es el camino para intentar solucionar ese conflicto con Cataluña y País Vasco y para que verdaderamente haya igualdad para todos los españoles independientemente de donde vivan?

La lección la aprendieron los dirigentes de la República, Azaña el primero, pero ya en el exilio… Los separatistas atacan cuando la institucionalidad española está más débil y repiten la misma cantinela siempre. Lo hicieron y lo volverán hacer. El ibuprofeno como calmante no resulta. La única respuesta válida para frenar los delirios separatistas es la aplicación de lo que establecen las leyes y el entramado institucional de la Democracia constitucional, si ello va acompañado de la unión y firmeza de los dos grandes partidos, PSOE y PP.

Lo demás son cuentos, cada día más viejos y menos creíbles, a los que se recurre desde una gran hipocresía, para encubrir intereses espurios. En suma, el tratamiento de esa patología política sólo funciona si hay unidad, firmeza y lealtad entre los dos grandes partidos.

El principal argumento del Gobierno para ceder a las pretensiones de ERC, Junts y Bildu es que hay que lograr un "Ejecutivo progresista", y que eso justifica buscar votos "hasta debajo de las piedras", en palabras del propio Sánchez. ¿Está de acuerdo? ¿Puede haber un gobierno progresista con Junts, y el PNV, los partidos históricamente de la burguesía catalana y vasca?

Eso es grotesco e incierto. No puede hacerse un gobierno progresista con estos partidos porque son de derecha clásica. El PNV es de derecha, antigua y confesional, acogida a sus fueros. Desprecian al español y lo han hecho siempre.

Esta semana hemos visto la primera sesión del Congreso con intérpretes y pinganillos. ¿Cómo ve esa nueva situación?

Veo horrible el uso de pinganillos tanto como ver a todo un ministro de Asuntos Exteriores haciendo el ridículo a la Unión Europea para pedir el uso de unas cuantas lenguas cooficiales más en las instituciones europeas.

El catedrático de Filosofía y exdiputado del PSOE Ramón Vargas-Machuca durante la entrevista a EL ESPAÑOL.

El catedrático de Filosofía y exdiputado del PSOE Ramón Vargas-Machuca durante la entrevista a EL ESPAÑOL. Nacho Frade

Es ridículo que en el Parlamento, el lugar de la argumentación racional y del diálogo, el delirio lo esté llevando a convertirse en otra Torre de Babel. Es decir, la casa del debate y del entendimiento se convierte en un sitio para estar hablando de cuestiones que no van a entender ni ellos entenderse. Es patético, crea confusión y es el medio para manipular.

Si Sánchez y todos los demás fueran conscientes de la gravedad de lo que están haciendo se lo pensarían dos veces. Son ruinosos para el proyecto político que dicen defender. Traslucen ignorancia o cinismo. No hay otra manera de entender lo que hacen. 

A Sánchez hay que reconocerle su capacidad de resistencia. Usted que ha dedicado buena parte de su estudio al campo de la ética, ¿cómo lo calificaría?

Prefiero no calificarlo éticamente porque no me gusta moralizar. La ética es el fundamento de mis posiciones. A veces la política española tiene momentos que se entienden mejor desde la psicología social o, quizás, desde el campo de la psiquiatría. No tengo palabras.

He leído algún artículo de opinión suyo sobre la degeneración de la política y la frase "en política, tragar víboras es lo habitual, pero también tragar víboras tiene un límite". ¿Podría desarrollar esa idea?

Llega un momento en que en política hay que decir ¡basta! Lo hicieron los demócratas en el País Vasco. Ahora es el momento en toda España. Siempre me recuerdan estas circunstancias al gesto de Lutero clavando sus tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg y exclamando "hasta aquí hemos llegado". Ahí comenzó la reforma protestante.

"Juanma Moreno me parece una persona razonable, no es Winston Churchill, pero es razonable. Espero que el poder no lo corrompa"

Hace unos días, el coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi, anunció una manifestación en noviembre en Bilbao a favor de abrir el debate territorial tanto en España como en Francia, e Iñigo Urkullu también lanzó su propuesta para la reforma del modelo territorial ¿qué opina al respecto?

Me parece que más claros no pueden ser, los que son oscuros son los del PSOE actual. Lo están diciendo con claridad: quieren romper España.

La polarización ha ido ganando terreno en la sociedad española, ¿cree que el crecimiento de los extremos, como Podemos o Vox, son causa o efecto de esa situación?

Los extremos han encontrado más cancha porque se les ha dado. La falta de firmeza de los partidos constitucionales les ha hecho venirse arriba. Lo paradójico y trágico es que estando en declive electoral tengan más poder.

Hablemos por último de Andalucía, su tierra. Tras 37 años de gobiernos socialistas gobierna el PP de Juanma Moreno, ahora con mayoría absoluta. ¿Cree que ha habido un cambio sociológico, como predica la derecha andaluza, o más bien se debe al voto prestado?

Tengo la sensación de que se debe a lo segundo, al voto prestado, porque el comportamiento de los andaluces en las autonómicas y en las generales ha sido distinto. También ha influido la decadencia del PSOE andaluz con el escándalo de los ERE y aquella corrupción...

A mí, Juanma Moreno no me parece Winston Churchill, pero sí es razonable. Muestra cierto sentido común y valora lo que se ha hecho bien en el pasado. Me parece un hombre moderado, pero es aún novato y esperemos que el poder no lo corrompa.