El candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados.

El candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados. EP

Política XV LEGISLATURA

Génova acalla las críticas internas por hablar con Junts: no se negociará, "sólo se marcarán límites"

Quienes temen que el PP "legitime el 'sanchismo' si se sienta con Puigdemont" yerran, según el equipo de Feijóo, que apuesta a largo plazo.

26 agosto, 2023 03:16

Parece imposible que haya un entendimiento entre el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo y el Junts de Carles Puigdemont. Y sin embargo, el candidato popular está dispuesto a "hablar con todos" en la ronda de contactos que abrirá el lunes para buscar apoyos que le hagan presiente. Con todos, "menos con Bildu", se apresura a aclarar una portavoz del político gallego. Pero esa salvedad no calma la división interna en el seno del partido: "¿Qué hacemos legitimando a esta gente? Sentarnos con ellos es hacer sanchismo, y además los indepes lo usarán en nuestra contra".

Ésa es -palabra arriba, palabra abajo- la opinión expresada por varios líderes del PP, en conversación con este diario. Otros, como los dirigentes de la formación en Madrid fueron más explícitos.

Tanto Isabel Díaz Ayuso como José Luis Martínez Almeida lo dejaron claro hace apenas 10 días: "El PP tiene líneas rojas. No queremos negociaciones secretas con los que quieren romper España", dijo el alcalde. "No se puede seguir pagando la fiesta independentista", terció la presidenta regional. "No es sólo una cuestión de dinero, es una cuestión de que las nuevas generaciones hereden un país unido".

Pero Génova ha logrado acallar las críticas. Precisamente apelando a esas "líneas rojas" que citaba Almeida: "Sólo se marcarán límites". A pesar de que un portavoz de Feijóo reconoce que "quizás no nos hemos comunicado bien", la clave estriba en que "hay una diferencia entre unos y otros".

Para el PP, el golpe institucional impulsado por los partidos responsables del procés independentista en Cataluña "es gravísimo". Pero "mucho peor es matar", expresan, "y por eso vetamos y no hablaremos siquiera con un partido que nombra candidatos a asesinos".

Es decir, que en democracia se puede discrepar, incluso no tener nada en común, "pero hay que hablar con todos los partidos democráticos". Es más, añaden desde el entorno del líder popular, "si lográramos la investidura, ¿qué se espera del presidente Feijóo, que no se relacione, por ejemplo, con Pere Aragonès, con el president de Cataluña?". Eso, concluyen, sería no sólo contraproducente, sino "contrario a nuestro modelo para España, que es de concordia".

Los límites

Nadie se hace "falsas expectativas" en el PP. Los altos dirigentes consultados por este periódico coinciden de manera unánime: "La investidura de Feijóo es, de momento, inviable". Primero, porque a los 172 diputados que ya han comprometido el (los 137 del PP; los 33 de Vox y los dos de UPN y CC) se enfrentan, hasta ahora, los 178 que votaron por Francina Armengol, como presidenta del Congreso, el pasado 17 de agosto.

Los bloques, así, parecen claros. Y todos esos 178 votarían 'no' al líder del PP. Sin embargo, el plan de la formación conservadora pasa por dos vías: la primera de ellas, que "queda un mes", y que eso en política es un mundo. "Cuando Sánchez presentó la infausta moción de censura contra Mariano Rajoy, no tenía los votos... y al final, salió". Es decir, lo seguirán "intentando hasta el final" pero, eso sí, "sin cruzar ninguna línea roja constitucional".

Y ahí viene la segunda vía: los populares quieren aprovechar para que se visualicen esos límites.

Lo consideran una triple ganancia: si Feijóo consiguiera la investidura, sería, "de verdad", el presidente del Gobierno centrista y transversal" que lleva vendiendo desde la campaña. Si no la consigue, éste "sería el precio por tener principios, que pagaríamos tristes aunque muy gustosos".

...pero si después de eso, Sánchez sí logra ser presidente, "sería la prueba fehaciente de que le ha dado a Junts lo que no se puede dar"... es decir, un camino "más allá de la Constitución".

Ésa es la clave que, si bien no termina de convencer a alguno de los críticos con la estrategia, sí ha calmado ánimos en el seno del PP. "La apuesta es arriesgada", admiten las fuentes consultadas, "porque Puigdemont no es Miquel Roca o Duran Lleida".

Además, añaden que los compañeros catalanes del PP ya están haciendo remontar al partido. "En las generales, hemos sacado más votos que ERC y que Junts, y eso nos pasa cuando somos beligerantes y claros; nunca cuando somos veletas y tratamos de aplicar la llamada conllevanza". 

'No' a la cara

Según estos críticos, los que se baten el cobre en el Parlament, sufriendo acosos, insultos y la deslegitimación diaria, han avisado a Génova de que "el independentismo es insaciable, sólo quiere la ruptura, la España ingobernable" para debilitar el Estado, que "es la única vía por la que quizás, algún día, podrían acercarse a sus objetivos".

Pero para Génova, "hablar y poner límites" es lo mismo que "decirles 'no' a la cara". No a los independentistas y no a las exigencias que presenten. No a aquellos a los que Sánchez ya ha prometido grupo parlamentario -es decir, dinero de los españoles-, comisiones de investigación que debiliten al Estado y la oficialidad del catalán "en toda España e, incluso, en Europa". 

Y jugar esa carta, opina el entorno de Feijóo, es jugar un triunfo... aunque sea mucho menor que el de haber salido del 23-J con más diputados que la suma de las izquierdas "para poder gobernar en solitario". Ahora, si se llegara a la Moncloa sería, también y en todo caso, en solitario. Pero de una manera mucho más precaria.

Y así se podría dar, calculan en Génova, una paradoja política: que al final Sánchez sí sea presidente, en segunda votación, "pero con menos 'síes' que los que haya alcanzado Feijóo en su intento de investidura". 

O incluso, un bloqueo final del expresident fugado en Waterloo, deseoso de capitalizar una ruptura de última hora. En ese escenario, el de la repetición electoral el 14 de enero, el PP estaría en ventaja, opina el equipo directivo popular.

"Ya hemos conseguido que el votante de Vox entienda que el único voto útil para echar a Sánchez es al PP", y eso cuenta ante unas eventuales elecciones repetidas. "Y ya hemos logrado que el PNV no tenga la coartada de que Abascal se sentaría en el Consejo de Ministros".

Lo que, unido a las presiones internas entre los nacionalistas vascos, que insisten a Andoni Ortuzar para que "no sólo hable, sino que negocie" el apoyo al PP, permite a Feijóo, al menos, legitimarse. Porque con el PNV sí, con el PNV habrá negociación. Al menos, si los afines a Iñigo Urkullu logran que la idea se abra paso en Sabin Etxea. Y en eso no hay división alguna en el PP.