De izquierda a derecha, Pérez Llorca, Mazón y Miguel Barrachina (los negociadores del PP), frente a Vicente Barrera, Carlos Flores y Gil Lázaro, este martes en un despacho de las Cortes Valencianas.

De izquierda a derecha, Pérez Llorca, Mazón y Miguel Barrachina (los negociadores del PP), frente a Vicente Barrera, Carlos Flores y Gil Lázaro, este martes en un despacho de las Cortes Valencianas. Europa Press

Política ACUERDO PP-VOX

Feijóo respalda el pacto de Mazón con Vox como parte de la 'geometría variable' del PP en las autonomías

Bendodo acordó con la dirección de Vox que su candidato condenado por maltrato no formaría parte del Gobierno valenciano.

14 junio, 2023 02:22
Pepe Luis Vázquez Dani Valero

El acuerdo alcanzado este martes entre el Partido Popular y Vox para gobernar la Comunidad Valenciana en coalición cuenta con el respaldo de Alberto Núñez Feijóo. Según fuentes de su entorno, el líder popular responsabiliza a la izquierda de desencadenar este final al impedir que gobierne la lista más votada, como exigía desde hace meses.

Además, los populares encajan lo acontecido en este territorio dentro de la geometría variable a la que tienen que hacer frente sus barones en los parlamentos autonómicos para amarrar sus investiduras. Con la salvedad de la Comunidad de Madrid y La Rioja, donde el PP ganó holgadamente, hay distintas fórmulas de pacto en función del resultado del 28-M.

En aquellos parlamentos donde los barones populares pueden apoyarse en partidos regionalistas, como sucede en Aragón, Cantabria y las islas Canarias, la consigna sigue siendo eludir a Vox. El órdago cobra todavía más sentido en Murcia y Baleares, donde el PP suma más escaños que toda la izquierda junta y sólo depende de un puñado de abstenciones. 

Las dos únicas regiones donde Vox resulta imprescindible para que el PP pueda gobernar son Extremadura y la Comunidad Valenciana, donde Carlos Mazón quedó primero pero se quedó a diez escaños de la mayoría absoluta. Es decir, que para hacerse con la Generalitat necesita sí o sí los votos favorables del partido de Santiago Abascal.

En un intento fallido para evitar la presencia de Vox en la Generalitat, Mazón estudió una vía citando a PSOE y Compromís, en busca de sus hipotéticos apoyos. Ximo Puig le dio plantó y envió a una delegación de socialistas que descartó cualquier posibilidad de trato. Los nacionalistas, descartaron una oferta con hasta 30 puntos programáticos y la entrada en la Mesa del Parlamento autonómico.

Recibida la negativa de los dos partidos de izquierda para dejar gobernar a la lista más votada, Mazón se vio en la disyuntiva de elegir entre dos salidas: repetir las elecciones o pactar con Vox. En este contexto, optó por lo segundo y decidió emprender una negociación, con condiciones, que ha dado lugar a la segunda coalición PP-Vox en un gobierno autonómico. 

El plan incial de la dirección del PP para la Comunidad Valenciana pasaba por dilatar la alianza con Vox hasta después del 23 de julio, con el objetivo de que este asunto interfiriera lo mínimo posible en la campaña electoral de Feijóo para las generales. En Génova deslizan a este periódico que la decisión de Vox de sacrificar a su candidato, ha terminado precipitándolo todo.

Negociación a dos bandas

A diferencia lo que sucedió en el año 2019, los populares han establecido esta vez una negociación a dos bandas. Por un lado, Mazón ha mantenido contactos frecuentes con los principales dirigentes de Vox en la Comunidad Valenciana. Y, por otro, el número tres del PP, Elías Bendodo, ha hecho lo propio con el entorno de Santiago Abascal. 

En todo momento, el principal escollo para lograr un entendimiento ha sido la entrada del candidato de Vox, Carlos Flores Juberías, en el gobierno valenciano como vicepresidente. Una "línea roja" que el PP no estaba dispuesto a aceptar, ya que Flores fue condenado por maltrato a su exmujer hace décadas y, en opinión de los populares, queda inhabilitado para un puesto de semejante relevancia.

Toda vez que, a nivel nacional, el entorno de Abascal cedió ante la petición de Bendodo y acordó que el candidato de Vox quedaba fuera de la ecuación, Génova autorizó la coalición y dio vía libre para que se anunciara. En el entorno de Feijóo entienden que la retirada de Flores tiene más trascendencia que el propio acuerdo en sí. 

El principal análisis que realiza la dirección del PP es que en Valencia se ha conseguido ratificar "un buen acuerdo", porque el dirigente condenado ni formará parte del Ejecutivo autonómico ni, siquiera, tendrá presencia en las Cortes. "Además, hemos dejado fuera a Compromís", apostillan desde el partido. 

En la dirección popular también enfatizan que, de haber aceptado el PSOE la propuesta global de Feijóo para que gobierne quien gana las elecciones, la coalición valenciana no se hubiese sellado. Tal y como avanzó EL ESPAÑOL, Feijóo se refirió recientemente a unas palabras de Pilar Alegría para dar por muerta su iniciativa y autorizar a los suyos a que entablaran contactos con Vox.  

Pacto precoz en martes y 13

Con todo, el pacto de Gobierno ha sorprendido por precoz. Ninguna quiniela auguraba el alumbramiento tras la primera cita, que se produjo 15 días después de las elecciones, tras dos largas semanas en las que Carlos Mazón ni mencionó a Vox en sus intervenciones. Además, el PP relegó a esta formación a la última ronda de contactos.

Por la mañana, el foco estaba puesto en el veto anunciado la jornada previa por Borja Sémper, quien reveló que el escollo radicaba en la presencia del candidato condenado en un hipotético gobierno. La incógnita era si Mazón asumía el veto o se desmarcaba de la dirección nacional.

Pero todo respondía a un plan acordado previamente entre bambalinas. Sin duda, los contactos con Vox en la Comunidad Valenciana no comenzaron este martes 13 de junio, fecha no apta para supersticiosos. Los representantes del PP fueron los mismos que con PSOE y Compromís: Junto a Mazón, Juan Francisco Pérez Llorca y Miguel Barrachina, artífices de la exitosa campaña electoral de las autonómicas.

La sorpresa, en realidad, vino por parte de Vox, en cuya delegación se encontraba el torero y abogado Vicente Barrera, que fue candidato del partido al Ayuntamiento de Valencia. Iba de número 7 y solo entraron 4. Se trata de una persona de escaso peso en la formación.

Junto a Barrera y el propio Flores, acudió el diputado nacional Ignacio Gil Lázaro, hombre fuerte de Santiago Abascal. Este histórico exdiputado del PP tuvo especial protagonismo como azote de Alfredo Pérez Rubalcaba durante la investigación del caso Faisán, por el famoso chivatazo a ETA durante el Gobierno de Zapatero.

El acuerdo alcanzado brinda al PP la cabeza política de Flores, que da un paso al lado para concurrir como número 1 de Vox en la lista para el Congreso del 23-J. Y a Vox, la paradoja de desempeñar el mayor cargo en el Parlamento valenciano, el mismo que sueña con suprimir para lograr una España sin autonomías.

La entrada de Vox en el Gobierno valenciano está por ver cómo se articula. Se especula con la posibilidad de que desempeñe competencias como Agricultura, Servicios Sociales y hasta Educación. Pero Mazón aspira a un Gobierno con un máximo de nueve consellerias. Si se tiene en cuenta que el PP tiene 40 diputados y Vox 13, parece poco probable que entregue al hermano pequeño más de dos.

Por lo que respecta al calendario, como informó este periódico, Carlos Mazón relevará a Ximo Puig como presidente valenciano en plena campaña electoral de las elecciones generales del 23 de julio.  

Según trasladaron este martes fuentes del PP, en el mejor de los casos la celebración del pleno de investidura se producirá el 7 de julio, San Fermín, justo el día en el que empezará formalmente la campaña. La fecha más tardía sería el viernes 21 de julio, el último día de la campaña.