La cita con Zelenski ayuda a resucitar el relato épico del Sánchez que cae y se alza contra los poderosos

El presidente del Gobierno mantuvo por la tarde un encuentro de unos veinte minutos con el presidente de Ucrania durante su visita a la cumbre de la II Comunidad Política Europea.

A esa reunión, a la que no se dio publicidad previa por razones de seguridad, Moncloa dedicó una especial atención gráfica, con fotos y vídeos que vienen a alimentar la narrativa de Sánchez como líder que se rebela contra los poderosos y hace frente a la injusticia, allá donde se produzca.

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Tal y como adelantó ayer EL ESPAÑOL, el PSOE pretende explotar en las próximas semanas la estampa del político que cae y se levanta para seguir combatiendo. La narrativa que se quiere trasladar, tal y como señalan fuentes del partido, es la de la hazaña del derrotado que combate hasta sobreponerse a la adversidad.

Los equipos de Sánchez han alimentado esa leyenda desde que, en octubre de 2016, fue defenestrado como secretario general del PSOE en el Comité Federal y comenzó a recorrer España en coche para recuperar el trono perdido.

Sánchez ha cultivado esa imagen de líder audaz en comparecencias públicas perfectamente calculadas con motivo de la pandemia, la erupción del volcán de La Palma, los graves incendios forestales o la propia Guerra en Ucrania.

Fuentes de su equipo explican que la decisión de anticipar elecciones tras la derrota del 28-M se enmarca también en esa épica del político vencido que vuelve a ponerse de pie cuando parecía desahuciado.

Operación Rocky

Para el propósito de reforzar esa imagen tan cinematográfica son muy adecuadas las fotografías de Sánchez con Zelenski, un presidente que, contra pronóstico, ha plantado cara a la poderosa Rusia de Vladímir Putin poniendo en pie a su país.

En las imágenes de ambos distribuidas por Moncloa este jueves se les ve dialogando, cara a cara, abrazados en el saludo y también con gesto serio al hablar de la marcha de la guerra.

El periodista y asesor de comunicación José Miguel Contreras, que ayudó a Felipe González a ganar en 1993 el segundo debate televisado con José María Aznar, tiene una estrecha relación con Sánchez.

Contreras defiende la idea de que los líderes que son capaces de rehacerse tras un revés generan una corriente de simpatía. Es el fenómeno de la épica del derrotado que el periodista denomina "operación Rocky", en alusión a la mítica película de Sylvester Stallone. 

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Sánchez ha decidido apostar por esa narrativa en la campaña del 23-J. En el discurso que dirigió el miércoles en el Congreso a los diputados y senadores socialistas ya empezó a cultivar el relato. Así, denunció que sus rivales disponen de "resortes poderosos" y una "posición de dominio" en "grandes empresas y medios de comunicación" de los que él carece.

"Tenemos una tarea descomunal, tan grande que necesitamos a toda la gente que quiera construir la mejor España", dijo ante los parlamentarios de su partido.

Curiosamente, Pedro Sánchez se negó ayer en Moldavia a comparecer en rueda de prensa junto al primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, en contra de lo que estaba previsto y lo que es costumbre en estas citas internacionales.

Fuentes de Moncloa alegaron que Moldavia no es el lugar adecuado para que el presidente hable de las elecciones en España -por las que los periodistas tenían intención de preguntar-, ya que de hacerlo podría restar relevancia a los temas de la cumbre.

La realidad es que, desde que el lunes pasado Sánchez anunció el adelanto electoral en una declaración institucional a las puertas de la Moncloa, aún no se ha sometido a las preguntas de los medios de comunicación. Entonces dijo que el objetivo que perseguía al precipitar las elecciones y no agotar la legislatura era aclarar la situación tras los resultados del 28-M.