Juan Carlos en su viaje a Sanxenxo el pasado mes de mayo.

Juan Carlos en su viaje a Sanxenxo el pasado mes de mayo. Efe

Política CASA REAL

Sánchez mantiene cerrada la puerta a Juan Carlos I ante Felipe VI dos años después de irse el Emérito

El presidente evita abrir una vía para facilitar la "vuelta definitiva" del Emérito a España, tras el revuelo que causó su visita a Sanxenxo en mayo.

3 agosto, 2022 10:05

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó este martes abrir la puerta al posible regreso "definitivo" del Rey Juan Carlos I, justo cuando se cumplen, este miércoles, dos años desde que el Emérito abandonó España.

Juan Carlos I salió del país discretamente un 3 de agosto de 2020, perseguido por los escándalos financieros que han quedado ahora definitivamente archivados por la Fiscalía Anticorrupción.

En la rueda de prensa posterior a su despacho con el Rey Felipe VI, a las puertas del palacio de la Almudaina (Palma de Mallorca), Pedro Sánchez eludió ayer pronunciarse sobre la posibilidad de facilitar la "vuelta definitiva" del Emérito, aun cuando su avanzada edad podría aconsejar su residencia en España.

Encuentro entre Felipe VI y Pedro Sánchez

"No corresponde al Gobierno de España responder a esta cuestión", se ha limitado a indicar el presidente Pedro Sánchez, eludiendo la pregunta planteada por una periodista.

Mientras el Emérito volaba hacia su exilio "voluntario" en Abu Dabi hace hoy dos años, la Casa Real difundió la carta que había dirigido a su hijo para comunicarle la decisión de apartarse de España, "ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada".

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Catarata de escándalos

Moncloa (con la entonces vicepresidenta Carmen Calvo actuando como enlace) y la Casa de Felipe VI trabajaron estrechamente en el verano de 2020 para dar con una solución que frenara la hemorragia de escándalos protagonizados en aquel momento por el Emérito.

La ruptura definitiva entre el padre y el hijo se había producido en marzo de 2020, cuando un medio británico desveló que Juan Carlos I había designado a Felipe VI y sus hermanas como "beneficiarios" de la Fundación Lucum, la misma que había utilizado para "regalar" 65 millones de euros a Corinna Sayn Wittgenstein.

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La Casa del Rey se vio obligada a desvelar entonces que Felipe VI había dejado constancia, ante notario, de que renunciaba a cualquier herencia procedente de fondos offshore de su padre, al que despojó de la asignación publica que venía percibiendo del Estado.

Mientras millones de españoles permanecían confinados a causa de la pandemia, Podemos utilizó este escándalo para poner en marcha una campaña contra la Monarquía, desde el propio Gobierno (Pablo Iglesias era en aquel momento vicepresidente de Derechos Sociales).

En paz con Hacienda

Así que, tras varios meses de tira y afloja, la Moncloa consideró una solución muy aceptable que Juan Carlos I abandonara España de la forma más discreta posible, para retirarse del foco informativo hasta que amainara la tormenta.

Dos años después, la Fiscalía Anticorrupción ha archivado definitivamente las diligencias que abrió por la fortuna oculta del Emérito en varios paraísos fiscales, después de que Juan Carlos I pagara dos declaraciones complementarias de 4.395.901,96678.393,72 euros, para regularizar su situación con Hacienda.

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Juan Carlos I tiene pendiente todavía un pleito en Londres, después de que su examante Corinna Sayn Wittgenstein le denunciara por supuesto acoso. No obstante, la Casa del Rey considera que este proceso judicial queda en el ámbito de la esfera privada del Emérito.

En vista de todo ello, el padre de Felipe VI ha anunciado reiteradamente, desde Abu Dabi, su deseo de regresar a España. Y su entorno más cercano no oculta el temor a que, dada su edad (el pasado mes de enero cumplió 84 años) y su delicado estado de salud, pueda fallecer "en el exilio".

Pero el primer intento de Juan Carlos I de regresar de visita a España, el pasado mes de mayo, causó una enorme incomodidad al Gobierno de Pedro Sánchez. El Emérito aterrizó el pasado 19 de marzo, a bordo de un avión privado, en el aeropuerto vigués de Peinador, donde fue recibido la infanta Elena.

El monarca se alojó en casa del empresario Pedro Campos, al que le une una estrecha amistad, asistió a las regatas del Real Club Náutico de Sanxenxo y realizó una escapada a Pontevedra para dar un abrazo a su nieto Pablo Urdangarin, que disputaba un partido de balonmano.

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Pero las modestas muestras de cariño popular que despertó esta visita provocaron ácidas críticas de varios miembros del Gobierno. "El Rey emérito debería dar explicaciones a nuestro país. Cada minuto que pasa sin dar explicaciones ensancha la desconfianza en las instituciones", se lamentó la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz.

El portavoz socialista Felipe Sicilia consideró que Juan Carlos I debe a los españoles "no sólo una explicación, sino también una disculpa". Y la exvicepresidenta Carmen Calvo calificó de "gran bochorno" la presencia del Emérito en Sanxenxo.

Felipe VI se encargó de transmitir este malestar a su padre, en el encuentro "privado" que ambos mantuvieron en el palacio de La Zarzuela, pocas horas antes de que el Emérito abandonara España.

Desde entonces, Juan Carlos I ha desistido de pisar de nuevo nuestro país. Como ha informado EL ESPAÑOL, tenía previsto regresar a España el pasado mes de junio, para participar de nuevo en las regatas de Sanxenxo. 

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Sin embargo, su entorno más cercano transmitió que se había visto obligado a anular este viaje: "Ni Zarzuela ni Moncloa le han dejado venir". Ambas instituciones consideran que la presencia del Emérito en España, y las espontáneas muestras de cariño popular que recibe a su pasa, dañan irreparablemente la imagen de la monarquía.

De este modo, en la rueda de prensa posterior a su despacho con Felipe VI, el presidente Pedro Sánchez ha evitado abrir la puerta al regreso "definitivo" del Emérito y ha intentado zanjar la cuestión con un escueto comentario: "No corresponde al Gobierno de España responder a esta cuestión".