La diputada Cayetana Álvarez de Toledo llega a la Junta Directiva Nacional del PP.

La diputada Cayetana Álvarez de Toledo llega a la Junta Directiva Nacional del PP. Efe

Política CRISIS DEL PP

El PP le hace el vacío a Cayetana tras despedir a Pablo Casado: "Si tiene sitio, sólo será con Ayuso"

La diputada del PP, en su intervención ante la Junta Directiva, acusó a Casado de haber sumido al partido en una "desorientación ideológica".

2 marzo, 2022 02:59

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Apenas se oyó un murmullo al terminar. "Aplaudieron tres", coinciden dos dirigentes del partido que, salvo sorpresa, integrarán la nueva dirección. El discurso de Cayetana Álvarez de Toledo ante la Junta Directiva del PP –máximo órgano entre congresos que acoge más de quinientos miembros– fue recibido con gelidez.

La exportavoz en el Congreso, que rompió con Casado mucho antes de que estallara la guerra entre Génova y la Puerta del Sol, acusó al todavía presidente de la organización de haber sumido al partido en una "desorientación ideológica".

Al poco de tomar la palabra, manifestó su "afecto, apoyo y solidaridad" a Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid, en ese mismo foro, propuso "expulsar" del PP a quienes le endosaron presuntos delitos como la prevaricación o el tráfico de influencias.

No es nueva la sintonía entre Álvarez de Toledo y Ayuso. La primera considera a la segunda la artífice de una "batalla cultural" contra la izquierda que se libra en Madrid de manera "desacomplejada" –y con éxito electoral–.

La diputada por Barcelona, además, concibe que ese modelo es exportable al resto del país. "Me gustaría que Ayuso se presentara al Congreso. Es la líder más querida por las bases, desde luego. Me parecería una gran presidenta del Gobierno", dijo hace pocos días.

Sin embargo, quienes aplaudieron a Ayuso no aplaudieron a Álvarez de Toledo. El grupo engrosado por los que tumbaron a Casado no es el grupo de Cayetana, pese a que ella también pidió la dimisión del líder del PP.

Como en la canción de Tangana, muchos definen a la diputada como "ingobernable". Con ese adjetivo solventan el interrogante de su futuro los miembros de la Junta Directiva preguntados por este periódico: "No hay manera de trabajar en equipo con ella. Feijóo no se va a arriesgar". "Ni una escalera para poder alcanzarte, ni una pistola para poder gobernarte", reza ese estribillo.

Ese mismo argumento emplea, por ejemplo, un miembro del ya fenecido Comité de Dirección que se declara "admirador" del "discurso cultural" de Álvarez de Toledo: "Coincido en muchas de las cosas que dice. Tuvo razón en casi todo, pero le puede su individualismo. Siempre acaba en conflicto con los compañeros".

La exportavoz en el Congreso, precisamente durante esa etapa, chocó con Alberto Núñez Feijóo en varias ocasiones. Pero se ha referido a él recientemente como "el adulto en la habitación" que debe pilotar la "transición" en el liderazgo del PP.

"No hace falta siquiera explicarlo. Cayetana no estará en ninguna estructura que venga. Sólo tiene hueco con Ayuso. Creo que su futuro irá por ahí, o quizá en alguna especie de Consejo Asesor", relata un dirigente del PP que conoce bien tanto a Feijóo como a Álvarez de Toledo.

"Es que no se le quiere en el partido. Le quedan muy pocos fieles. Poquísimos. Y eso se vio cuando acabó su discurso", arguye esta fuente que considera "una pena" que Álvarez de Toledo "no sea capaz de integrarse".

En su libro Políticamente indeseable, Cayetana destapó el funcionamiento de lo que ella llama "teodocracia", las prácticas de García Egea como secretario general del PP. Y en su discurso vinculó a la "sala de guerra" –así se conocía en el aparato– con la "persecución" de Ayuso.

"Ha sufrido lo que tantos de nuestros compañeros sufrieron antes a manos de la peor izquierda: filtraciones, calumnias, juicios paralelos. La negación radical y populista de su presunción de inocencia", aseguró Álvarez de Toledo en la Junta Directiva.

Pablo Casado sí recibió una ovación. Proferida por muchos de los que acababan de enterrarle. A Ayuso se la aplaudió menos. Uno de sus partidarios refiere que "probablemente fue por la dureza de su discurso".

Álvarez de Toledo dio la batalla cultural que tanto menciona. La misma a la que, según reveló en su libro, Casado quitó toda importancia. "Hasta ahora no hemos ahormado un proyecto político capaz de movilizar un apoyo suficiente de españoles frente al peor Gobierno desde 1978", aseveró.

Y añadió: "Unos dicen que la batalla cultural no importa. Otros la consideran conflictiva, incómoda. Lo es, desde luego. Pero eso no la hace menos importante ni menos necesaria. Lo estamos viendo hoy mismo en la defensa de Ucrania, es decir de Occidente, frente a la agresión rusa".