Pablo Casado y el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, este lunes en Valladolid.

Pablo Casado y el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, este lunes en Valladolid. David Mudarra

Política TERREMOTO NACIONAL

Los fracasos del PSOE en Castilla y León y en Murcia consolidan el poder regional del PP

Casado exhibe su poderío en dos históricas plazas que los socialistas han querido arrebatarle. La siguiente contienda será el 4 de mayo en Madrid.

23 marzo, 2021 02:18

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El fiasco de la 'operación moción' cocinada entre los fogones de Moncloa y Ferraz ha conseguido un efecto demoledor para el PSOE: consolidar el poder regional del Partido Popular en dos plazas históricas como son Murcia y Castilla y León.

Pablo Casado ha ganado los dos primeros 'cara a cara' que se ha disputado con Pedro Sánchez y respira, de momento, aliviado, por no haber perdido ningún gobierno. El presidente del Partido Popular ha querido compartir el triunfo de sus barones Fernando López Miras y Alfonso Fernández Mañueco acompañándoles en directo el día que se votaba la fracasada moción y disfrutar de su éxito: "Hoy el PP está más fuerte y el PSOE más débil", subrayó este lunes desde Valladolid.

Si el PP consiguió retener Murcia gracias al respaldo de tres diputados de Ciudadanos que habían firmado la moción contra su propio Gobierno, en Castilla y León los socialistas solo consiguieron convencer a los dos diputados de Unidas Podemos para que respaldara su propuesta de echar al PP del Ejecutivo. "Hoy gana Castilla y León y pierde Pedro Sánchez", se recreó Casado. 

La réplica de Murcia en Castilla y León sin la firma de los diputados de Ciudadanos ha sido un auténtico fiasco que solo ha servido para fortalecer el pacto de Gobierno que ya existía entre Mañueco y su vicepresidente Francisco Igea. La propia Inés Arrimadas aplaudió el naufragio de la operación socialista en Castilla y León y les acusó de que esa moción estaba "fuera de lugar". 

Desde que el terremoto murciano movió los cimientos del panorama nacional, tanto Mañueco como Igea han blindado su compromiso para mantener a salvo del tsunami al Gobierno de Castilla y León, donde Arrimadas se comprometió desde el primer momento a no derribarlo junto con los socialistas, que decidieron ir por libre y replicando el modelo del PP en Murcia y convencer a diputados de Ciudadanos para que se sumaran a la moción. Pero la jugada no les salió.

Ciudadanos

El propio Pablo Casado ha abonado este lunes el terreno y ha comparado lo que se vivió en Murcia, donde Cs autocensuró su propio Gobierno, y lo vivido en Castilla y León días después. "Se han visto dos tipos de Ciudadanos: los que cumplen sus pactos de Gobierno y los que lo intentan cambiar a costa de la estabilidad de los gobiernos. Igea ha cumplido y lo pongo de relieve".

La psicosis también cruzó Despeñaperros y todas las miradas se posaron en Andalucía, donde Juanma Moreno gobierna con Juan Marín. Presidente y vicepresidente cerraron muy pronto el paso a las especulaciones y se retrataron juntos para trasladar la imagen de que comparten un Gobierno sólido frente a otros lugares donde quedaron al trasluz las mayores deslealtades. El PSOE de Susana Díaz ni amagó con intentar derribarlos.

Madrid

El matrimonio entre PP y Ciudadanos que convivía con mayor dificultad era el de la Comunidad de Madrid. La operación en Murcia sirvió a Isabel Díaz Ayuso de excusa para adelantar elecciones en Madrid y, de paso, laminar a los miembros de su Gobierno que pertenecían a Ciudadanos. 

La decisión precipitada de Ayuso dejó sin margen de maniobra a Ciudadanos, que tachó a Ayuso en público de mentir y de ser una irresponsable por convocar elecciones en mitad de una pandemia alegando que había otra moción de censura en marcha contra su Gobierno. 

Mientras tanto, la agravante crisis interna en Ciudadanos ha provocado, de momento, que Ignacio Aguado no sean candidato y el portavoz nacional, Edmundo Bal, se mida en las urnas con el objetivo de arañar el 5% de los votos y no desaparecer de la Asamblea madrileña.

La jugada de Ayuso, junto con unas encuestas alentadoras para el Partido Popular, provocaron otro movimiento de gran envergadura en el tablero nacional: Pablo Iglesias será el candidato de Unidas Podemos para disputar el liderazgo a Isabel Díaz Ayuso. 

La moción registrada en Murcia el 10 de marzo alentó a los conservadores para romper definitivamente con Ciudadanos y salir a absorber su espacio ideológico sin esconderse. El fichaje de Fran Hervías, el que fuera secretario de Organización de Albert Rivera, ha sido el último jaque mate a Inés Arrimadas que en Génova quieren que se traduzca en que el voto del centroderecha se concentre en la papeleta del Partido Popular. El primer ensayo de esta arriesgada apuesta será el 4 de mayo en Madrid.