Tomás Serrano

Tomás Serrano

Política COALICIONES

Cs liderará la coalición con el PP en Cataluña y asumirá un rol secundario en País Vasco y Galicia

Arrimadas asegura que su partido encabezará la lista en Cataluña. Será más difícil en Galicia, donde Feijóo no ve con buenos ojos la coalición.

1 febrero, 2020 02:33
D. Ramírez D. Basteiro C. Campos

Inés Arrimadas acaba de desvelar la propuesta capital de su proyecto, que comenzará en marzo tras ser nombrada presidenta de Ciudadanos. En una comparecencia ante los medios, no sólo recogió el guante del PP para diseñar una lista conjunta en Cataluña, País Vasco y Galicia, sino que desveló el nombre que más le gustaría: "Mejor Unidos".

Si la coalición fructifica -de momento, sólo Núñez Feijóo muestra reticencias-, los naranjas desdibujarán su marca en las tres primeras citas electorales que afrontará Arrimadas como sucesora de Albert Rivera.

Según las fuentes consultadas por este diario, el plan previsto por la política jerezana es éste: liderar la lista en Cataluña y asumir un rol secundario en País Vasco y Galicia. Se trataría, en definitiva, de un "acuerdo proporcional". Ni ellos ni el PP quieren a Vox.

En el entorno de Arrimadas no creen que los de Casado vayan a cuestionar que el candidato para las catalanas pertenezca a la órbita de Ciudadanos: "Ganamos las elecciones y el PP casi desaparece". Los conservadores rebaten que van al alza, "al contrario que ellos".

A uno y otro lado de la balanza, también indican que el nombre "no será un impedimento para que la lista salga adelante". Navarra Suma fue idea de Ciudadanos, pero el PP tomó la delantera registrando las marcas homólogas -incluida España Suma- en toda la península y los archipiélagos.

"Es un año decisivo para nosotros y creemos que ésta es la mejor forma de abordarlo. Sabemos que es una apuesta arriesgada, pero estamos decididos", trasladan a este diario desde la candidatura de Arrimadas.

El PP, es cierto, también renunciará a sus siglas, pero afrontará un riesgo menor debido a la gran diferencia que les separa en el Congreso. Casado tiene 89 escaños; y Arrimadas, 10.

El objetivo de Ciudadanos -que el PP no ve con malos ojos- es extender esa lista a personalidades de la sociedad civil e incluso socialistas decepcionados con las políticas de Pedro Sánchez.

El caso de Cataluña

Está por ver, entonces, quién será el candidato del nuevo proyecto. Arrimadas intentará que sea Lorena Roldán, nombrada sucesora por el aparato, portavoz en el Senado y también de la Ejecutiva nacional. Un camino muy similar al recorrido por la jerezana.

Rivera creyó que el éxito pasaba por replicar el modelo que les había granjeado la victoria en las autonómicas. No obstante, el papel de Roldán no genera un apoyo mayoritario en el propio partido. Según las fuentes consultadas, su nombre será puesto sobre la mesa por Arrimadas, pero nadie confirma que vaya a ser el punto de llegada.

Aunque todavía no han empezado las negociaciones, distintos miembros del PP catalán, en charla con este periódico, discurren este modelo de reparto: "Quizá lo justo a la hora de determinar el peso de cada partido sea hacer un balance entre el resultado de las últimas generales y el de los sondeos. Podríamos hacer sondeos conjuntos".

¿Qué pasa en País Vasco?

Es la plaza más complicada de las tres. Ciudadanos jamás ha tenido representación en la Cámara vasca, ni siquiera en sus tiempos de mayor auge. El PP conseguía mantener su pequeña cuota, pero su papel mediático se ha visto resentido tras la gresca interna y la dimisión de Borja Sémper, su portavoz y líder en San Sebastián.

Antes de las pasadas elecciones, dirigentes vascos de Ciudadanos buscaron afianzar la coalición con el PP a espaldas de Rivera. Fueron descubiertos y purgados. Pero ese dato muestra la voluntad de las bases en ambas organizaciones.

Feijóo se opone a Galicia Suma

En Galicia, el presidente de la Xunta gobierna con mayoría absoluta, pero se arriesga a perderla. Aunque la fortaleza del PP es en esta Comunidad muy superior a la del partido en Euskadi y Cataluña, los sondeos apuntan a que la batalla puede estar muy reñida. Una encuesta de Sondaxe para La Voz de Galicia otorgó el domingo pasado 38 escaños al PP, justo la mayoría absoluta.

Fuentes del PP explican que Feijóo es contrario a una fórmula como Galicia Suma. Cree, por una parte, que la marca del PP es lo suficientemente fuerte en la Comunidad (la única, de las cuatro en las que gobierna, por mayoría absoluta), especialmente si se mezcla con la figura del propio candidato.

En el PP gallego creen, además, que una alianza con otros partidos, más que sumar, puede restar. Ciudadanos apenas tiene estructura allí y sus campañas, hasta ahora, han sido un desastre. Para el recuerdo quedará la última autonómica en la que la candidatura utilizó una bandera con la franja al revés y la aspirante a la Xunta fue vapuleada en el debate electoral.

Para más inri, sus posiciones sobre el gallego o el centralismo casan mal con el autonomismo galleguista que quiere exhibir Feijóo. Lo mismo se aplica, con muchas más cautelas, a cualquier pacto con Vox, que la Xunta ve con recelo. En las últimas elecciones municipales, la formación de Santiago Abascal no sacó ni un solo concejal en los 313 concellos de la Comunidad.

Todo se ve distinto desde Génova, donde hay voces que creen que Feijóo debería aceptar esa alianza con Ciudadanos, especialmente ante el riesgo de que una división del voto entre PP, Cs y Vox arriesgue la mayoría absoluta. Fuentes del PPdeG citadas por La Voz de Galicia aseguran que el partido está abierto a incorporaciones concretas, pero no a coalición alguna.