Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior.

Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. Interior

España

Marlaska da marcha atrás en el protocolo para detenidos trans: ahora primará el "sexo registral" al género que manifieste el reo

Interior elimina dos frases que rechazaban expresamente que los agentes usaran como guía el género marcado en el DNI de la persona arrestada.

Más información: Marlaska, obligado a divulgar el atestado de una actuación policial contra el 'chemsex', las orgías gays con uso de drogas

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Las diferencias son mínimas y casi imperceptibles, pero reveladoras. Tras sólo un año en vigor, el Ministerio del Interior, encabezado por Fernando Grande-Marlaska, ha actualizado el protocolo que marca cómo debe actuar la Policía Nacional con los detenidos.

Y la nueva versión del texto, en vigor desde septiembre de 2025, suprime una frase muy concreta que sí recogía el reglamento fechado en 2024.

¿Cuál? En la nueva versión ya no aparece lo siguiente: "Todo ello, con independencia del sexo registral que figure en sus documentos administrativos".

Protocolo 1/2024.

Protocolo 1/2024.

Es decir, la versión del protocolo de 2024 optaba, de forma tajante, por primar una atención a los detenidos en base al género con el que éstos se identificaban y despreciaba expresamente lo indicado en el DNI.

La versión de septiembre de 2025 elimina tal indicación. No obstante, su apartado dedicado al colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero sí mantiene —aunque de forma más genérica— que los agentes deben actuar "con el debido respeto a la identidad y/o expresión de género de toda persona bajo su custodia".

"Se respetarán, en todo caso, las manifestaciones de la persona relativas a su identidad de género o características sexuales, con especial respeto a las personas trans, cuando exista discordancia entre éstas y los datos obrantes en su documentación", expresa el protocolo de 2025.

Ahora bien, aquí también existe otra sutil diferencia. La instrucción de 2024 incluía este mismo párrafo, pero algo más largo. Insistía en ese mismo "respeto a las manifestaciones de la persona" pero iba más allá. Sí plasmaba el mismo matiz: "Independientemente del sexo que figure en su documentación de identidad, en caso de poseerla". Ya no aparece.

La actualización de este protocolo policial ha sorprendido por dos motivos. El primero, porque el anterior llevaba únicamente poco más de un año en vigor. El segundo, por los escasos cambios que introduce la nueva versión.

Principalmente, las dos frases suprimidas y la eliminación —en algunos casos, por resultar erróneas— de alusiones a la "orientación sexual", cuando se refería, en realidad, a la "identidad de género" (la percepción del individuo sobre su propio género: si una persona se siente hombre, mujer o rechaza estas categorías).

Mismo párrafo en el protocolo de 2025. La frase ha sido eliminada.

Mismo párrafo en el protocolo de 2025. La frase ha sido eliminada.

El protocolo que entró en vigor en 2025 explica que fueron el Defensor del Pueblo y varias organizaciones, que no enumera, las que instaron a estos cambios. También, debido a la "experiencia acumulada durante el tiempo de vigencia de la Instrucción 1/2024". Es decir, poco más de un año.

EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el gabinete del Defensor del Pueblo para aclarar qué recomendaciones realizó a Interior. Por el momento, no ha obtenido respuesta.

Los mínimos cambios entre un protocolo y otro también han tenido efectos políticos. Los diputados del PP Ana Vázquez y Carlos Alberto Sánchez han registrado una pregunta parlamentaria al respecto.

Pretenden que el Gobierno aclare "las modificaciones concretas que se han introducido en la Instrucción 10/2025" y su "impacto directo" en el modo de actuar de los agentes.

Los agentes actúan igual

¿Ha afectado este cambio a la rutina de las comisarías? Fuentes policiales consultadas en las unidades de Seguridad Ciudadana de todo el territorio explican cómo los efectivos, casi a diario sobre todo, en las comisarías de grandes ciudades, se enfrentan a casos de alta sensibilidad que ponen a prueba la mencionada instrucción y su labor.

Se refieren a aquellos en los que existe "una contradicción entre las manifestaciones relativas a la identidad sexual o expresión de género y la fisiología sexual externa, con respecto a la documentación de identidad de la persona trans detenida".

Según el nuevo protocolo, para garantizar la seguridad jurídica del personal que realiza los cacheos y para proteger la de la persona sometida al mismo, en estos casos, "se dejará constancia por escrito del consentimiento de la persona afectada a que se lleve a cabo el registro por funcionarios policiales de un sexo u otro, quedando reflejadas todas las circunstancias y vicisitudes que ocurran".

En ocasiones recientes, los policías consultados han presenciado situaciones comprometidas en los calabozos de distintas comisarías.

Aunque se sigue teniendo en cuenta lo que manifieste un detenido sobre su propio género, en numerosos casos, son los agentes varones quienes siguen cacheando a personas que aseguran ser mujeres, pero cuya fisiología sexual externa, a simple vista, llevaría a pensar lo contrario.

En la Policía, ven la supresión de las mencionadas frases como un gesto hacia los agentes por parte del Ministerio, ante las situaciones delicadas que se están encontrando en los últimos meses.

Las citadas fuentes entienden que el texto eliminado que venía a indicar que lo que figura en el DNI no tiene validez alguna era ir demasiado lejos.

El investigador y activista Pablo García ha solicitado a través del Portal de Transparencia explicaciones sobre cómo se ha efectuado la actualización del protocolo. Ha solicitado los borradores, el análisis comparativo y la jurisprudencia y recomendaciones que justifican el cambio, pero Interior lo ha denegado.

"Esa modificación es contraria a lo que recomiendan la ONU, el Consejo de Europa o la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE, que coinciden en la importancia de atender tanto a la orientación sexual como a la identidad de género en los protocolos policiales", valora García en conversación con EL ESPAÑOL.

"En la actualidad, cuando se han documentado detenciones y registros desproporcionados de hombres gais y personas LGTBIQ+ (como sucede en contextos de chemsex), retirar esa referencia y retroceder hacia una mirada biologicista, basada en el sexo registral y la apariencia física, debilita las herramientas de los afectados que sufren esos abusos y sitúa a España un paso por detrás de los estándares en materia de igualdad y no discriminación", expresa el investigador, miembro de la asociación Aleph.