El interior de la galería de tiro, oculta bajo tierra.
Cae una banda de traficantes de armas en Granada que tenía una galería de tiro subterránea, la primera localizada en España
La galería era utilizada por esta organización internacional para probar las armas que luego venderían a clanes del narcotráfico.
Más información: Armas de guerra de Ucrania y el Sahel llegan a manos de los narcos: "Han perdido el miedo y las usan ya de forma habitual"
Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han desarticulado en Granada una organización criminal presuntamente dedicada al tráfico de armas de guerra a la que han descubierto una galería subterránea de tiro, la primera localizada a una organización criminal en España.
Durante el operativo policial se han realizado 11 entradas y registros en las localidades de Loja, Moraleda de Zafayona y Granada. Además, se ha detenido a tres personas por la comisión de presuntos delitos de tenencia ilícita de armas, depósito de armas de guerra y pertenencia a organización criminal.
En el registro de una vivienda realizado en Granada los investigadores descubrieron una galería de tiro clandestina a la que se accedía tras descender hasta tres niveles bajo tierra, realizada a mano y de forma rudimentaria utilizando herramientas básicas con el fin de no alertar de ningún tipo de obra subterránea.
La Policía y la Guardia Civil desarticulan una organización criminal dedicada al tráfico de armas
Este espacio era utilizado para la prueba de las armas adquiridas y posterior venta a otras organizaciones criminales y grupos delictivos.
Los investigadores descubrieron que la galería estaba a gran profundidad y ubicación perfecta para evitar que el sonido de las detonaciones alertase a vecinos y fuerzas de seguridad.
Durante el registro de la estancia, los agentes encontraron varias balas incrustadas en la pared de tierra, así como numerosos indicios de un uso actual y habitual de la galería.
Los investigadores han intervenido 3 fusiles de asalto, 1 subfusil, 6 armas cortas, 1 escopeta semiautomática, 1 chaleco antibalas, 1 kit de conversión pistola a subfusil, 2 pistolas simuladas, 1 cañón de pistola, 1 granada simulada, 1 carabina de aire comprimido, diversos cargadores de fusiles de asalto, subfusil y pistola de alta capacidad, así como abundante cartuchería metálica y no metálica.
Además se han intervenido más de 60.000 euros en metálico y se han desmantelado dos plantaciones en interior de marihuana.
Armas ocultas y enterradas
La mayoría de las armas fueron encontradas ocultas y enterradas en una parcela con construcción chabolista en el polígono de Almanjayar, junto con una gran cantidad de munición de distintos calibres.
El lugar ya estaba en el punto de mira de los investigadores debido a la existencia de fuertes indicios de que allí se estarían probando armas de fuego.
Tras numerosas actividades de los agentes en diferentes puntos de la geografía andaluza, se consiguió ubicar los domicilios de los investigados y el escondite de las armas en Granada capital, Loja y una urbanización de chalets del municipio de Moraleda de Zafayona.
En ese momento quedó patente que la organización se dedicaba a la compraventa y distribución de todo tipo de armas (especialmente de guerra) a organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, que pagaban cuantiosas sumas de dinero por este tipo de material. En concreto, una pistola rondaba los 6.000-7.000 euros y un fusil de asalto los 10.000-11.000 euros.
Mensajería encriptada
Con respecto a la forma en la que las armas se comercializaban, eran ofertadas a través de aplicaciones de mensajería móvil seguras. Mediante estas aplicaciones, la organización ofrecía armas de guerra (fusiles de asalto, subfusiles, pistolas automáticas), pero también escopetas policiales, municiones, cargadores, chalecos antibalas y otro tipo de material táctico.
Una vez se hacía el primer contacto con el potencial cliente y los investigados se cercioraban del interés sobre sus productos, los miembros de la organización grababan vídeos probando las armas para demostrar su buen funcionamiento. Incluso, en alguna ocasión, citaban a los posibles compradores para que ellos comprobaran personalmente la efectividad de su mercancía.
Conforme se iba desarrollando la investigación, una de las mayores dificultades que afrontaron los agentes fue que, para la realización de las actividades delictivas, los investigados extremaban las medidas de seguridad, haciendo uso de medios técnicos y personales que dificultaban la labor policial de seguimiento y vigilancia.
Con esta operación, se han logrado retirar de la vía pública unas armas que, por su peligrosidad, habrían podido ser usadas para cometer delitos de extrema gravedad contra la seguridad de las personas.