Carles Puigdemont preside una reunión de la cúpula de Junts, el pasado 2 de noviembre, en Bruselas (Bélgica).

Carles Puigdemont preside una reunión de la cúpula de Junts, el pasado 2 de noviembre, en Bruselas (Bélgica). Junts E.E.

España LA AMNISTÍA QUE VIENE

Órdago de Junts a Sánchez: "Hay cuestiones de fondo que el PSOE no cumple. Si pacta, bien; si no, también"

"Seguiremos nuestro camino con investidura o sin ella", afirman a EL ESPAÑOL fuentes próximas a Puigdemont. 

6 noviembre, 2023 02:25

Los últimos compases de la negociación entre el PSOE y Junts han convertido la investidura de Pedro Sánchez en un hito político que, de producirse, estará lleno de concesiones al independentismo. Una vez cerrado el pacto con ERC y sumados sus siete diputados, el perímetro de la ley de amnistía, hasta dónde abarcará la medida de gracia, se ha convertido en el principal escollo de un acuerdo que se cocina entre España y Bélgica.

Sin embargo, insisten desde el entorno del expresident Carles Puigdemont, no es él único. "Hay cuestiones de fondo que el PSOE no está cumpliendo", asegura a EL ESPAÑOL una fuente de Junts implicada en la negociación. "Hay asuntos que todavía no han salido, pero que ya saldrán", desliza sobre los entresijos aún desconocidos del acuerdo.

El secretismo ha sido la nota predominante en los últimos tres meses. Los grandes avances han sido revelados por los propios agentes implicados. La foto de la reunión en Bruselas entre Puigdemont y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, reflejo de la sintonía fraguada, parecía abocar la negociación a un final inmediato.

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Pero Junts convertirá ese sprint último en una carrera de obstáculos para el PSOE. Ambos lados de la mesa son conscientes de que el acuerdo está teleológicamente destinado a consumarse. Las posturas son cercanas. No obstante, la imprevisibilidad del expresident fugado es motivo de inquietud para los socialistas. También su desafecto por la gobernabilidad de España.

Sabedor de que tiene la sartén por el mango, Puigdemont avanza a base de órdagos. "Nosotros siempre hemos tenido claro que si se pacta, bien; y si no, también", reiteran desde Waterloo a este periódico. "Seguiremos nuestro camino con investidura o sin ella", añaden. Los posconvergentes exigen toda clase de garantías técnicas sobre la amnistía. Puigdemont quiere una ley con el máximo alcance posible, que comprenda a algunos de sus colaboradores más cercanos.

Las fuentes consultadas no especifican dicho radio "por responsabilidad" con sus interlocutores. Sin embargo, a través de un tuit más sugerente que enigmático, Puigdemont aludió este mismo domingo a la lawfare (guerra jurídica) que habrían sufrido ciertas personas "a través del poder judicial".

El mensaje conecta con la tesis mantenida por Junts, esa según la cual dirigentes del partido y personas del entorno más próximo a su líder habrían padecido, de una u otra manera, toda suerte de montajes judiciales para ser perjudicados con asuntos ajenos al procés. Es el caso de la expresidenta del Parlament, Laura Borràs, el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, o el jefe de su oficina, Josep Lluís Alay

Además, y al margen del texto que remate el acuerdo, la sensación en las filas independentistas es que, tras el apretón de manos entre Félix Bolaños y Oriol Junqueras, en el PSOE reina la impaciencia por cerrar el acuerdo. Por ello, las quejas sibilinas que lanzan desde el flanco independentista de la mesa. "Que hablen ellos", emplazan a socialistas y republicanos, a quienes advierten especialmente activos con la prensa.

Santos Cerdán,  secretario de Organización del PSOE, y Carles Puigdemont,  ex presidente catalán y líder de Junts, el pasado 30 de octubre en Bruselas (Bélgica).

Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, y Carles Puigdemont, ex presidente catalán y líder de Junts, el pasado 30 de octubre en Bruselas (Bélgica). E.E.

Desde la publicación del acuerdo con ERC, la presión sobre el PSOE y sus sedes, llenas de manifestantes por toda España, es máxima. La negociación ha llegado a su punto álgido, pero jamás hubo más presión sobre ella. El 87% de la militancia socialista ha refrendado este fin de semana la amnistía y ha dado carta blanca a Sánchez para pactar con Puigdemont.

Aunque falta el 'sí' del expresident. El 'sí' más difícil. Ese que Puigdemont negó el pasado jueves pese a que estaba preparado el atril para anunciarlo. Sin embargo, tras reunirse con la cúpula del partido en Bruselas, decidieron aplazarlo. La fumata blanca se solapaba con otras dos comparecencias, la del PSOE y la de ERC, para anunciar su propio pacto, y el éxito quedaba difuminado.

Y es que la obsesión de Junts es escenificar lo que considera de justicia: que las grandes conquistas el independentismo han sido fruto de su capacidad negociadora, de su empecinamiento, y no de ERC. Que Marta Rovira, 'número dos' de la formación republicana, se mostrara proclive a un acuerdo con Sánchez la misma noche electoral es un hecho continuamente recordado por Junts. 

A estas alturas, cercano como lo está un acuerdo trascendental para los intereses de todos los implicados, Puigdemont no está dispuesto a perder la batalla por el relato. Un elemento que significa todo para el independentismo.