Juan Carlos I junto a su hijo, Felipe VI, en un acto oficial.

Juan Carlos I junto a su hijo, Felipe VI, en un acto oficial.

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Felipe VI, satisfecho con el anuncio de su padre: pide perdón, aplaza su vuelta y no pisará Zarzuela

Fuentes cercanas al Rey dicen que la carta de Juan Carlos I a su hijo incluye todos los requisitos que la Casa Real y el Gobierno le exigían. 

8 marzo, 2022 03:45

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"El Rey está contento con el desenlace. Juan Carlos puede venir a España, no necesita permiso de nadie porque está todo archivado, y además no volverá a Zarzuela". Así se expresan fuentes del entorno de Felipe VI tras hacer pública la Casa Real la carta en la que el Emérito anuncia que se siente libre para volver "con frecuencia" a España.

En su escrito, Juan Carlos I explica que su intención es "continuar residiendo en Abu Dabi" pero que visitará España en el futuro, sin especificar cuándo.

La carta cumple los tres requisitos que le exigían tanto la Casa Real como el Gobierno. Lo primero, pide disculpas. "Lamento sinceramente", manifiesta el Emérito, lo que califica de "acontecimientos pasados de mi vida privada".

En segundo lugar, aclara que cuando vuelva no será a la Zarzuela, residencia de la Familia Real y sede de la Casa del Rey. Y tampoco se instalará en ningún edificio público. "Es mi propósito organizar mi vida personal y mi lugar de residencia en ámbitos de carácter privado", explica. 

Y, por último, Juan Carlos I ha esperado a que todas las investigaciones abiertas contra él hubieran sido archivadas. "Conocidos los Decretos de la Fiscalía General del Estado, por los que se archivan las investigaciones de las que he sido objeto, me parece oportuno considerar mi regreso a España, aunque no de forma inmediata", dice al principio de la carta.

Dos hipótesis

Su decisión de retrasar su retorno ha generado suspicacias. Juan Carlos no especifica los motivos y se expresa de forma un tanto críptica: "Prefiero, en este momento, por razones que pertenecen a mi ámbito privado y que solo a mí me afectan, continuar residiendo de forma permanente y estable en Abu Dabi".

En el entorno de Zarzuela se dan dos explicaciones a esta decisión. La primera tendría que ver con las fechas. Precisamente es estos días cuando se cumplen dos años de la determinación de Felipe VI de renunciar a la herencia de su padre, que incluye "cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada".

Y es que fue a mediados de marzo de 2020 cuando la prensa bitánica publicó que el Rey era el segundo beneficiario de la fundación en la que su padre había ingresado la donación de 65 millones de euros procedente de Arabia Saudí. La coincidencia de fechas, por tanto, aconsejaría aplazar el retorno del Emérito.

La segunda explicación que justificaría que se aplazase el regreso de Juan Carlos tendría que ver, según las fuentes consultadas, con la posibilidad de que Corinna zu Sayn-Wittgenstein estuviera preparando nuevas acciones legales contra él. La examante de Jefe del Estado demandó el año pasado por acoso a Juan Carlos I en el Reino Unido y pidió una orden de alejamiento contra él.

Un rey orgulloso

La carta que Juan Carlos I remite a Felipe VI está escrita en tono afectuoso. La encabeza con un "Majestad, querido hijo", y la concluye de esta forma: "Con mi lealtad, cariño y el orgullo inmenso que siento por ti. Tu padre".

Ahora bien, el Emérito deja constancia de que ha actuado en todo momento a iniciativa propia y siguiendo únicamente su voluntad: "Guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a España y a todos los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comuniqué mi decisión de trasladarme fuera de España, para facilitar el ejercicio de tus funciones".

En otro momento, señala en la misma línea: "Como bien sabes, en 2019 te comuniqué mi voluntad de retirarme de la vida pública, y así lo seguiré haciendo".

Por último, el Emérito dice que se siente orgulloso de su contribución al progreso de España. "Siento un legítimo orgullo por mi contribución a la convivencia democrática y a las libertades en España, fruto del esfuerzo y sacrificio colectivo de todos los españoles", manifiesta.