El escultor y voz crítica de Podemos, Fernando Barredo, enseña la demanda que ha interpuesto contra el proceso de Vistalegre III.

El escultor y voz crítica de Podemos, Fernando Barredo, enseña la demanda que ha interpuesto contra el proceso de Vistalegre III. Jorge Barreno

España

Barredo, el escultor de Podemos, lleva a Iglesias al juez: “Es un mal endémico, no hay democracia”

Voz crítica y víctima de una paliza en 2017, pide anular Vistalegre III. La sombra del pucherazo se extiende por todas las primarias del partido. 

17 enero, 2021 01:46

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“Bueno… si quieres quedamos, vale. Pero en el reportaje no puede aparecer dónde estoy, ni salir una fotografía que identifique mi localización. Ahora que me he metido en esto, tengo que andar con cuidado. Ya me he llevado algún susto.”

Así, como de primeras, parece que Fernando Barredo (Madrid, 1960) se ha venido arriba con la cautela. Las palabras pintan como una performance más del escultor reconvertido en político y que, en sus días libres, sueña con tumbar al vicepresidente Pablo Iglesias de la secretaría general de Podemos e invalidar las últimas primarias. Pero el “susto” del que habla y que arma sus reservas es real y ocurrió en julio de 2017, cuando alguien se hizo pasar por mensajero, le abrió la puerta de su casa, y le dio una paliza que casi le mata. “Como el tipo llevaba casco y chaleco de motorista, era difícil devolverle los golpes y que los sintiera”, cuenta. Y así acabó, con el tabique nasal, un hueso orbital y el cráneo rotos por varias partes y una vértebra con fisuras. Las cicatrices que todavía luce registran ante notario la agresión.

Días después de aquello, un abogado de Podemos en Castilla-La Mancha -donde Barredo ejerce de corriente crítica al sector de Iglesias- y su hijo fueron detenidos por la agresión y la presunta autoría intelectual. Por eso ahora anda así.

Todo aquello ya ha quedado lejano y, aunque no olvida, Fernando Barredo tiene un nuevo ariete. Viene en formato Din A4, el de los papeles, y se extiende por nada menos que 30 páginas bien argumentadas. Eso es lo que ocupa su demanda contra las últimas primarias en Podemos, las de Vistalegre III, que se celebró el pasado mes de mayo y que acabó -como no podía ser de otra forma- con Pablo Iglesias proclamándose vencedor. Y eso que sólo hubo una participación del 10% de los inscritos, un tercio menos que en el anterior proceso.

Ahora, Barredo lo tiene más claro que nunca: Vistalegre III fue ilegal porque se incumplió la normativa de la formación y hay que anular los resultados. “En Podemos no hay democracia interna, está todo dirigido y manipulado por los de arriba. Es un mal endémico”, cuenta a EL ESPAÑOL. “Nada de esto es personal contra Iglesias. Pienso que él tiene grandes capacidades y es inteligente. En su haber tiene unas conquistas muy importantes. Pero no estoy dispuesto a tolerar que venga vendiendo una cosa y, luego, practique la contraria”, añade.

Fernando Barredo atiende a EL ESPAÑOL, aunque pide que no se desvele su ubicación.

Fernando Barredo atiende a EL ESPAÑOL, aunque pide que no se desvele su ubicación. Jorge Barreno

La historia que aquí acontece, en la que él es sólo un personaje más, tiene todos los elementos para convertirse en un thriller: poder, política, fuerzas oscuras, palizas, candidatos que han atracado bancos, amaños electorales y, todo ello, a fin de cuentas, en el partido de un vicepresidente del Gobierno. Que Paolo Sorrentino coja papel y boli y tome nota.

Barredo ha presentado esta misma semana, en Madrid, la demanda con la que pretende anular Vistalegre III. Pero no está solo: su abogada es Celia Cánovas, la exsenadora de Podemos que salió del partido el pasado mes de septiembre porque decía tener pruebas de delitos de malversación y blanqueo en el partido. Si bien desde Podemos siempre han logrado erguirse como víctimas de fuerzas oscuras, de los poderes del Ibex que atacan y de las cloacas, ahora son sus propios miembros los que se están revolviendo contra el sector de Pablo Iglesias, al que acusan de comportarse como el líder del politburó que hace y deshace a su antojo.

La demanda de Barredo viene a convertirse estos días en el último frente judicial de Podemos y ahonda en la idea de que las primarias en la formación no son todo lo garantistas que deberían. El político de Castilla-La Mancha y su abogada la han presentado impulsados por la sentencia dictada el pasado 28 de diciembre y que anula las primarias de Podemos en el municipio madrileño de Collado Villalba. Ahí, un candidato que había sido condenado a 35 años de cárcel por varios atracos denunció al partido por robarle, esta vez a él, las primarias. Según la sentencia, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el partido de Pablo Iglesias vulneró el artículo 23.2 de la Constitución, manipulando el resultado de las urnas a través de un pucherazo.

Eso mismo es lo que piensa Barredo que le pasó a él. Y, como la duda sobre las primarias en la formación morada es alargada, eso mismo es lo que piensan que pasó también en Canarias cuando Meri Pita, candidata no oficialista, retiró su candidatura ante la falta de transparencia. También opinan similar en La Rioja, donde se detectó que hasta 13 votos salieron del mismo ordenador. Exactamente igual que en Collado Villalba. Es un círculo, como el propio logo de la formación.

El incómodo Barredo

Cuenta Fernando Barredo, con su melena rizada que le da un aire de hevi, con los ojos profundos y siempre vestido de negro como Johnny Cash, que a él, en realidad, todo esto de participar en la política nunca le interesó demasiado. Él es escultor y profesor de profesión, y uno bueno, jubilado hace un par de meses, ha expuesto por medio mundo. Ya tiene la vida resuelta, como dice, y nunca militó en ningún partido, a diferencia de los profesionales de ello que pululan por otros. Pero en el 15-M entendió que era el momento de cambiar las cosas y se afilió a Podemos, donde sigue afiliado, cuando se creó el partido.

“Entré en Podemos porque el 15-M me resultó apasionante y creí que llegaba la hora de los cambios sociales”, cuenta. “El partido venía con unos principios fundacionales que me parecieron encomiables y pensé que sería una gran herramienta para paliar los efectos de la brecha social. Yo sigo en concordancia con aquellas promesas, pero se han olvidado de todo eso, de aquellas máximas. Ahora son profesionales de la política”, añade.

Barredo, en el hospital, tras la paliza que recibió en 2017.

Barredo, en el hospital, tras la paliza que recibió en 2017. Cedida

Aunque llegó a escalar a nivel regional, poco tardó en convertirse en una persona incómoda, siempre yendo en contra del sector pablista. Todavía se pronuncia con cautela, porque aún no ha habido juicio, pero cree que su paliza fue por motivos políticos. Y, aún con esas, vuelve ahora contra el pez gordo, contra el propio Pablo Iglesias.

-¿No le cansa estar siempre batallando?

-A nivel emocional no es un problema porque soy una persona fuerte y ya he denunciado muchas injusticias sociales. En cuanto a energía sí que supone un desgaste. Yo estaba de profesor asociado en Bellas Artes en la Universidad Complutense y, aunque estaba el primero en la lista, perdí el puesto. Por la paliza. Porque la renovación, que es cada tres años, pasó mientras estaba de baja y perdí un trabajo. Ese es un precio, por ejemplo. [...] Es muy duro denunciar malas prácticas en un partido político porque te tachan de traidor aquellos que viven a costa del mismo. Invito a la militancia a que no se resigne y que exija a la dirección del partido igualdad y legalidad.

-¿Por qué se presentó a las primarias de Vistalegre III? ¿De verdad creía que podía arrebatarle el puesto a Iglesias?

-Que me presentara… eso lo decidió el equipo de Iglesias.

-¿Cómo? Eso me lo va a tener que explicar.

-En Vistalegre II se podían presentar candidaturas sólo para el Consejo Ciudadano Estatal [el órgano de dirección interna del partido]. Pero en estas últimas primarias, el equipo de Pablo puso como condición que para presentar candidaturas había que hacerlo también al cargo de secretario general. [Aunque Barredo no lo explica, ese movimiento ayuda a Pablo Iglesias a tener el control absoluto del partido, ya que disminuye las oportunidades a aspirar a la dirección interna]. Yo no quiero ser secretario general, pero si todo hubiera sido legal, deberíamos tener a 12 personas en el Consejo Ciudadano Estatal y nos habría bastado es presencia para ver qué se decide y qué se debate en el partido.

Pablo Iglesias, junto a Juan Carlos Monedero, Irene Montero y Pablo Echenique, en Vistalegre II.

Pablo Iglesias, junto a Juan Carlos Monedero, Irene Montero y Pablo Echenique, en Vistalegre II. Moeh Atitar

Demanda contra Podemos

En esas, Fernando Barredo se presentó a las primarias de Vistalegre III con el único objetivo de entrar en el órgano de dirección del partido. En un principio, se iban a celebrar en un solo acto el 21 de marzo de 2020 pero, entonces, llegó el coronavirus y el estado de alarma decretado por el Gobierno ese mismo mes, y desde Podemos decidieron aplazarlo “sine die”. A partir de ahí, se encargó el Equipo Técnico, controlado por personas afines a Iglesias, de decidir cuándo se realizarían los comicios internos y, aunque la situación era la misma que cuando se habían cancelado, decidieron llevar a cabo la votación entre el 15 y el 21 de mayo.

“Durante el confinamiento estuve promoviendo mi candidatura todo lo que pude y afrontando la inmovilidad desde mi ordenador, haciendo algún post en Facebook y con algún tuit pero era imposible. Ellos estaban en la prensa todos los días. Imagina la invisibilidad, que hasta había algunos medios que decían que sólo se presentaba la candidatura de Iglesias”, comenta Barredo. Cuenta que mientras todos estaban confinados, los cargos institucionales hablaban de ello y, por supuesto, todos eran afines al vicepresidente. La voz disidente no tenía voz, a fin de cuentas.

Pero su denuncia, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, no se limita a la visibilidad que pudo o no tener la candidatura de Barredo. Va más allá. Uno de los puntos más llamativos es que varios miembros de la candidatura de Pablo Iglesias -la ministra de Igualdad, Irene Montero; la diputada y secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra; la diputada y actual secretaria de Estado para la Igualdad, Noelia Vera; y el propio vicepresidente segundo- incumplieron el Código Ético de la formación.

Para presentarse a las primarias hace falta cumplir estrictamente el reglamento interno de Podemos y ellos se lo saltaron. La norma interna dictaba que sólo se puede presentar un candidato que tenga, como máximo, un cargo interno y otro externo. Ellos, todos, acumulan tres: tienen cargos internos, son diputados en el Congreso y ocupan un puesto en el Consejo de Ministros o en las secretarías de Estado ministeriales.

Extracto de la denuncia que Barredo ha interpuesto contra Podemos.

Extracto de la denuncia que Barredo ha interpuesto contra Podemos. EL ESPAÑOL

Tras la suspensión de las primarias, se retomaron y él, como candidato, se enteró por la prensa. No pudo hacer campaña. Se permitió cambiar las listas cuando el plazo ya estaba cerrado, sin exigir los avales que habían exigido al principio. Es decir, se modificó el reglamento sobre la marcha. Y, además, sus quejas no fueron atendidas ni por el Equipo Técnico ni por el Comité de Garantías, todos formados por afines a Iglesias, lo cual vulnera el Reglamento de Procesos Internos.

Por eso, Barredo y su abogada creen que se vulneró el artículo 23.2 de la Constitución, que dicta que los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos y que tienen derecho a acceder a los cargos públicos en condiciones de igualdad. Aunque parece un tanto grandilocuente la sentencia de Collado Villalba, en la que se recoge que eso mismo ha pasado, les ha dado aire y están convencidos de tener la razón. “Es un precedente. Es un juez declarando que el sistema de votación utilizado por Podemos no es garantista sino manipulable”, apuntala.

Pucherazo en Villalba

“Las elecciones primarias en Collado Villalba de noviembre de 2018 fueron muy raras”, cuenta alguien que las vivió de primera mano y que ha pedido permanecer en el anonimato. “Primero se presentó uno, que era el candidato del partido, de Pablo Iglesias, o eso decía él. Pero saltó que había participado en nosecuantos atracos a mano armada y había estado en la cárcel, entonces, el aparato apostó por otro, porque había un tercero pero era errejonista. Luego, después de las votaciones, se descubrió que habían salido varios votos del mismo ordenador y que había estado votando, supuestamente, gente que era del PSOE y que en el juicio dijeron no haber participado en nada de eso”, añade.

Recapitulemos.

El principal protagonista de esta historia en el municipio madrileño es Alejandro Mata. Él había ganado la secretaría general de Podemos en Collado Villalba en verano de 2018 y se presentó a las primarias de noviembre como el candidato favorito del partido. Sin embargo, a medio camino de la campaña, estalló una jugosa polémica por su pasado. Mata había sido condenado a 35 años de cárcel por la Audiencia Nacional por pertenencia a banda armada, cinco delitos de robo con intimidación y otro delito de depósito de armas.

Su historia recuerda a la de Luis Nieto, que el pasado mes de diciembre ganó las primarias de Madrid y también estuvo en la cárcel por atracar un banco. Y, en parte, también recuerda a la de Pilar Baeza, cabeza de lista de Podemos en Ávila y que fue condenada por un asesinato que cometió en 1985, tal y como desveló EL ESPAÑOL.

Alejandro Mata, de Collado Villalba (Madrid). Candidato que denunció las primarias en la localidad.

Alejandro Mata, de Collado Villalba (Madrid). Candidato que denunció las primarias en la localidad. Podemos

Con la polémica de Mata, su candidatura dejó de ser agradable para el sector oficialista y, entonces, optaron por otro, Sergio Asunción, un desconocido que había llegado al partido apenas unos meses antes. Como en Podemos parece ganar siempre el candidato al que Pablo Iglesias mira con buenos ojos, esta no fue una excepción y, entonces, Mata presentó una denuncia, tras varias investigaciones internas, por pucherazo electoral. El pasado 28 de diciembre, en medio de la Navidad, el Juzgado de Primera Instancia 89 de Madrid acabó dándole la razón.

Podemos “vulneró el artículo 23.2 de la Constitución, manipulando el resultado de las urnas”, se puede leer en la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario. “No sólo controlando el censo y la acreditación de los votantes, sino los tiempos en los que las urnas estaban abiertas, provocando de esa manera la alteración de los resultados. Por lo tanto, este sistema crea dudas sobre la integridad y calidad democrática de los resultados”, añade el texto.

De una manera similar a lo que aparentemente ha pasado con Fernando Barredo, Podemos incumplió sus propias normas. Según la sentencia, el partido incumplió su propio Reglamento de Primarias para Instituciones de Representación, abriendo y cerrando las urnas un día antes y un día después de lo estipulado. Además, el partido podía acceder a saber quién votaba qué, se emitieron varios votos desde el mismo ordenador y, lo más llamativo de todo, votaron personas de otros partidos.

Hubo un voto de un tipo de Izquierda Unida, cinco de Cambiemos Villalba, otro del PSOE y otro de Vecinos por Collado Villalba. Todos ellos eran rivales políticos y la normativa prohíbe que voten en las primarias de Podemos. Para más inri, cuando se fueron a comprobar algunos votos, unos directamente no cogían el teléfono y otros no sabían de donde salía su voto: “Había gente sorprendida por todo esto, cuando les llamaban, porque decían que eran militantes de otros partidos, que qué les estaban contando”, aclara la fuente.

Extracto de la sentencia de Collado Villalba.

Extracto de la sentencia de Collado Villalba. EL ESPAÑOL

Sombras en las primarias

A Podemos se le está abriendo una brecha enorme en este frente. Al margen del día a día de la política y de sus vicisitudes, hay una sombra alargada que planea sobre las primarias, tanto las de Vistalegre como otras muchas regionales. El partido, en múltiples plazas, está quedando, no sólo de cara al público, sino también de cara a muchos de sus propios miembros, como una formación incapaz de conseguir un sistema electoral interno justo y garantista. Precisamente, se trata de una de sus más históricas reivindicaciones. 

En Collado Villalba, Podemos usó el programa nVotes, desarrollado por la empresa Ágora Voting, y también lo ha usado en varias primarias, como en la consulta a las bases del chalé en Galapagar de Pablo Iglesias e Irene Montero, que pasará a la historia como el día en el que se difuminaron de una vez por todas las líneas entre lo político y lo personal. A ello hay que sumar una carta anónima que mandaron algunos miembros del equipo de Informática de Podemos que aseguraban que habían comprobado que se había estado usando “un sistema de fraude” en las asambleas y los procesos electorales internos de Podemos”.

El primer resultado de esa misiva tuvo lugar en octubre, en las primarias en Canarias. Ahí, Meri Pita, diputada nacional y candidata no oficialista, retiró su candidatura por falta de transparencia. Denunció que no se cumplían los requisitos necesarios para competir en igualdad de oportunidades con Laura Fuentes, la candidata del aparato y actual cabeza de la formación en la comunidad insular.

Algo parecido pasó en verano de 2020 en La Rioja. La candidata del aparato, Arantxa Carrero, venció a Sara Carreño por sólo 17 votos y, después, se descubrió que hasta 13 votos salieron del mismo ordenador. Uno de ellos fue de Amaya Castro, una concejala morada en La Rioja y miembro de la candidatura afín a Iglesias, y el resto no guardaban relación personal entre ellos, por lo que no se explicaba que hubieran votado en el mismo ordenador.

Alberto Rodríguez y Pablo Iglesias junto a Victoria Rosell y Meri Pita.

Alberto Rodríguez y Pablo Iglesias junto a Victoria Rosell y Meri Pita. Fran Pallero

Cuando la investigación interna se puso a llamar a esos 13 votantes, muchos no contestaban el teléfono, otros sí, pero decían no poder hablar y ya no volvían a contestar jamás y uno incluso dijo que no sabía que había votado porque ni siquiera sabía que había primarias. Esto es prácticamente lo mismo que sucedió en Collado Villalba. Y el resultado siempre es el mismo: las irregularidades siempre benefician al sector oficialista, a los afines a Pablo Iglesias.

Para un partido como Podemos, que nace con carácter asambleario, estas dudas sembradas amenazan con tumbar uno de los principales pilares sobre los que se sostiene. Y resuenan, de nuevo, las palabras de Fernando Barredo: “En Podemos no hay democracia interna, está todo dirigido y manipulado por los de arriba. Es un mal endémico”.