Cristina Narbona, presidenta del PSOE y senadora, en una imagen de archivo.

Cristina Narbona, presidenta del PSOE y senadora, en una imagen de archivo. Jorge Barreno

España

El bloqueo de Iceta resucita a Narbona como favorita para presidir el Senado

La exministra, cercana a Sánchez y querida por amplios sectores del PSOE, ya sonó antes de que el líder sorprendiera con Iceta.

16 mayo, 2019 02:30

Es la figura senatorial por excelencia. Cristina Narbona, presidenta del PSOE, ex ministra de Medio Ambiente y exdiputada, ya era la favorita en todas las quinielas para presidir el Senado antes de que Pedro Sánchez sorprendiera a todos haciendo saber que quería que Miquel Iceta, líder del PSC, ocupase ese puesto.

El  bloqueo este jueves de su nombramiento como senador por designación del Parlament de Catalunya debido al "no" de los partidos independentistas devuelve inevitablemente el foco a Narbona. Faltan cinco días para que se constituyan el Congreso y el Senado y se elija a sus órganos de control y en el PSOE hay otros senadores que podrían presidir la Cámara, pero ninguno indiscutible como Cristina Narbona. 

La exministra cuenta con una discreta pero intensa actividad como presidenta del PSOE. Su cargo es poco menos que protocolario, ya que el poder recae en el secretario general, pero Narbona ha estado al frente de los últimos programas electorales del partido y es querida y respetada tanto por los cercanos a Sánchez como por otros sectores y referentes del partido. 

El cáliz que Narbona aleja de sí misma

Narbona tiene 67 años y hace tiempo que asegura querer alejar de sí los cálices del poder en pos de la reflexión y un poco de vida privada. Sin embargo, desde que arropó a Sánchez en las primarias contra Susana Díaz de 2017 (ahí también tuvo una protagonismo en el programa), no ha dejado de ganar peso, sonando para entrar en el Gobierno.

En las últimas elecciones generales encabezó la candidatura del PSOE al Senado por Madrid mientras que Sánchez hacía lo propio al Congreso. FYa entonces comenzó a sonar su nombre como posible presidenta de la Cámara Alta, donde ya tiene su asiento garantizado, a diferencia de Iceta, que primero tenía que ser nombrado senador por el Parlament. Resultó ser la candidata más votada al Senado. 

El PSOE quiere dar más protagonismo al Senado en la legislatura que comienza. En esta última aprobó por primera vez la aplicación del artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía en Cataluña y tumbó los objetivos de déficit y deuda del Congreso de los Diputados.

Los retos del Senado

Ahora, los socialistas tendrán mayoría absoluta y sólo tendrán que preocuparse por lograr las mayorías suficientes en la Cámara Baja, a la que la legislación le reserva un rol decisivo. Pero los socialistas han hecho en muchas ocasiones propuestas sobre el Senado. El propio Sánchez sugirió trasladarlo a Barcelona y también reformarlo para que se convirtiese en una verdadera cámara territorial o cerrarlo si no se conseguía revitalizarlo. 

El PSOE asegura que su candidato sigue siendo Miquel Iceta y el PSC ha anunciado un recurso ante el Tribunal Constitucional por el bloqueo como senador por designación autonómica en el Parlament de Cataluña. Nunca antes un candidato propuesto dentro del cupo que le corresponde a cada partido había sido tumbado por el pleno, que suele apoyar mayoritariamente a todos los candidatos, independientemente de su perfil o adscripción política. Así, los partidos independentistas votaban a favor de candidatos de Ciudadanos, PP o PSC y viceversa. 

La incógnita de Borrell

Fuentes cercanas a Narbona declinaron hacer declaraciones, pero desde hace tiempo ella asegura buscar ocupaciones más tranquilas, menos expuestas y no en la estricta primera línea.

En principio, el mismo espíritu inspira a Josep Borrell, marido de Narbona, ahora ministro de Exteriores y cabeza de lista a la Eurocámara. El futuro tras el 26 de mayo tampoco es fácil de planificar para Borrell, que tendrá a su disposición un acta como parlamentario europeo, probablemente la opción de convertirse en uno de los altos cargos de las instituciones europeas y quién sabe si ministro de nuevo en caso de que Sánchez decida que lo necesita en el Gobierno.