El exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato.

El exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato. Efe

España Los criterios de la Justicia

Por qué el testaferro de Rato está en la cárcel y él no

La Audiencia de Madrid no teme riesgo de fuga en el ex vicepresidente pero sí en su supuesto testaferro, Portuondo. 

9 octubre, 2015 02:57

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La decisión judicial de mantener a uno de los presuntos testaferros del ex presidente de Bankia Rodrigo Rato en prisión incondicional mientras el principal implicado está libre, con la únicas medidas de entregar el pasaporte y firmar en el Juzgado una vez al mes, está levantando ampollas entre las partes del caso. Los motivos argumentados para dejar a Alberto Portuondo encarcelado podrían extrapolarse a las circunstancias del exvicepresidente del Gobierno.

Las principales razones por las que el presunto testaferro debe seguir en la cárcel son que, dada la gravedad de los delitos que se investigan, retirarle el pasaporte no es suficiente para que no se sustraiga de la justicia; teniendo en cuenta el complejo entramado que tenían montado, puede haber documentos no incautados por la Guardia Civil en su poder que pueden ser destruidos; y, finalmente, la cantidad de dinero embolsado por su participación en la adjudicación de contratos de Bankia -dos millones de euros-, hace que sea necesario tenerle controlado en prisión.

Con la única diferencia de la nacionalidad, los tres razonamientos pueden ser aplicados al propio Rato. La cuestión es si, ante estas semejanzas, Portuondo debería quedar libre o Rato preso. La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado la decisión del juez de instrucción de que el testaferro tiene que permanecer en la cárcel, aunque lo más probable es que su defensa vuelva a solicitar su puesta en libertad alegando precisamente que el principal imputado de la causa sigue con libertad de movimientos dentro de España y en el resto de la Unión Europea.

Gravedad de la causa

Cuando este martes Rato fue citado a declarar como imputado por los delitos de blanqueo y corrupción entre particulares, en el ambiente sobrevolaba la idea que tras finalizar su interrogatorio pudiera acabar en prisión, al igual que Portuondo. Sin embargo, el juez estimó que era suficiente retirarle el pasaporte.

En su mesa ya tenía el auto de la Audiencia Provincial confirmando la prisión del testaferro. En la resolución, la Sala de apelación sostiene que “el mero hecho de haber sido privado del pasaporte no representa absolutamente ningún obstáculo para ausentarse de España, y no solo desplazándose a países del ámbito de la Unión Europea”.

Así, el tribunal indica que no se puede “identificar en exclusiva la fuga de un imputado con su desplazamiento a países remotos”. Portuondo fue detenido el pasado mes de agosto en el aeropuerto de Barajas cuando pretendía volver a México, lugar donde trabajaba, después de pasar unos días en España por vacaciones. Tras su detención, perdió el trabajo en el país latinoamericano, motivo que esgrimió para intentar convencer a los jueces de que ya no tiene motivo por el que desplazarse allí.

Sin embargo, no convenció al tribunal. Que ya no viva en México no es suficiente razón para creer que se “ha cercenado” su capacidad de movimientos. “La instrucción en la actualidad de una causa relevante en su contra, y en cuyo seno se ha dictado ya una medida cautelar como la que ahora se analiza, así como la acusación ante la que, de momento, puede verse sometido, son elementos objetivos que conforman la base del riesgo”.

Otro de los motivos con los que se podía hacer un paralelismo con Rato es el ofrecido por la Audiencia Provincial al asegurar que la prisión está justificada por “la necesidad de que se encuentre a permanente –y garantizada- disposición del órgano instructor”. Van más allá y subrayan que la experiencia en este tipo de casos es que otras medidas alternativas, como puede ser la retirada del pasaporte, “resultan mucho más ineficaces en supuestos de la gravedad del que es objeto de esta causa”

Embolso de importantes cantidades de dinero

Las “importantes cantidades de dinero” embolsadas sin justificar es otra de las razones por las que permanece en la cárcel el administrador de Albisa, sociedad que, según los investigadores, medió para pagar comisiones ilegales a Rato por parte de dos empresas de publicidad adjudicatarias de campañas de Bankia.

Portuondo habría obtenido dos millones de euros “por intermediar primero y luego participar decisivamente en la adjudicación de determinados contratos a empresas”. Parte de ese dinero terminó en la sociedad Kradonara 2001, perteneciente a Rodrigo Rato.

En el caso del exministro de Economía, los investigadores sospechan que ha recibido 6,5 millones de euros en divisas de origen desconocido de Gibraltar, Reino Unido y Luxemburgo y por los que no ha tributado. Es más, parte del dinero obtenido por Portuondo acabó en manos de Rato. El propio juez Serrano-Arnal mantiene que ha usado parte de los fondos ilícitamente obtenidos mediante la evasión fiscal y gracias a operaciones de adjudicación de contratos de manera aparentemente irregular para sostener económicamente a una de sus empresas que explota un hotel en Berlín (Alemania).

Investigación compleja

El último de los motivos por los que uno está preso y el otro libre es por el riesgo de destrucción de pruebas. Tras su detención, a Portuondo se le requisaron sus dos teléfonos móviles, dos pen drive, un ordenador y dos agendas. Sin embargo, el tribunal mantiene que este empresario puede destruir documentos si queda libre porque sospecha que con el entramado societario montado por Rato y con el que se le relaciona debe tener más soporte documental que el incautado.

Rato está en libertad y, por tanto, con una completa libertad de movimientos para acceder a los documentos a los que, en su caso, no hayan accedido los investigadores en los registros que han efectuado en su vivienda y en sus oficinas.