Adam Hanga realiza una entrada de canasta en un partido de Euroliga contra Maccabi

Adam Hanga realiza una entrada de canasta en un partido de Euroliga contra Maccabi EFE

Baloncesto MACCABI 76-87 REAL MADRID

El Real Madrid se clasifica para la Final Four de la Euroliga tras derrotar a Maccabi en Tel Aviv

El equipo de Laso cuajó un gran partido para sumar el tercer y definitivo punto de la serie y meterse entre los cuatro mejores de la Euroliga (76-87).

26 abril, 2022 22:14

Victoria del Real Madrid ante Maccabi de Tel Aviv en el tercer partido de la serie de playoffs de la Euroliga. Triunfo que vale su peso en oro para los de Pablo Laso que se clasifican de esta forma para la Final Four en la que se pondrá en juego el ansiado título de campeón del Viejo Continente. [Maccabi Tel Aviv 76-87 Real Madrid: narración y estadísticas].

El Real Madrid ha vuelto en su momento más complicado. Después de una contundente crisis que duró casi los cuatro primeros meses del año, los de Laso han sabido rehacerse para mostrar su mejor cara en el punto álgido del curso. Ante Maccabi, han recuperado su mejor nivel y han solventado por la vía rápida la serie con un contundente 3-0 que les mete por la puerta grande entre los cuatro mejores de Europa. Licencia para soñar con el título para una escuadra que ha sufrido y mucho en los últimos meses. 

Los de Laso tenían por delante una papeleta complicada que han solucionado de la mejor manera posible. Eliminatoria por la vía rápida y a esperar a Barcelona o Bayern de Múnich en la Final Four en lo que será una lucha sin cuartel. De momento, cayó temible la Mano de Elías tras un recital de Sergio Llull y Yabusele en la anotación y después de vivir la mejor versión conjunta de Tavares y Poirier en la pintura. En los locales, solo Wilbekin pudo hacer soñar a los suyos con la remontada. Quizás haya terminado de sellar así su fichaje por el equipo blanco para el próximo curso. 

Mucho se jugaba el Real Madrid en Tel Aviv y Pablo Laso fue fiel a su plan de los últimos partidos. Nigel Williams-Goss se ponía al mando de las operaciones para intentar dar continuidad a su buen momento de forma. Y lo hizo con dos entradas a canasta de escándalo para dar la primera pequeña renta del Real Madrid. En los exteriores, Causeur y Hanga ponían la amenaza desde el perímetro y la fortaleza en defensa. El partido del húngaro fue sublime. Yabusele y Tavares conformaban la pareja interior.

Ellos iban a ser una de las claves del partido, especialmente el caboverdiano, que tenía un duelo de altura con un viejo deseo blanco, Ante Zizic. El ritmo del choque fue muy alto desde el principio con mucho protagonismo del juego en la zona por parte de ambos equipos. Los de Laso cargaron casi toda su anotación en entradas a canasta muy certeras aprovechando las posiciones abiertas de Yabusele y Causeur. Parcial de 6-12 en el inicio para los visitantes.

En Maccabi, todo pasaba por el talento de Wilbekin. El base del equipo israelí estaba destinado a ser el gran héroe de la remontada de su equipo y con esa ambición salió. Puesta en escena de diez puntos y un triple colosal para dar la primera ventaja a Maccabi tras responder a los buenos minutos del Madrid. A pesar de eso, los de Laso no perdieron la concentración y consiguieron seguir rindiendo bien en ataque con jugadas trenzadas con mucha movilidad y acierto en el pase.

La salida de Llull le dio mucha claridad al equipo en la ofensiva, encontrando tiros liberados en el exterior y dejando espacio a Tavares para que demostrarse su superioridad en la zona. Lejos de abusar del triple como había sido habitual en partidos atrás, los blancos estaban tomándose el partido con calma y acierto y gestionando muy bien sus posesiones. De hecho, fueron capaces de repartir hasta nueve asistencias en un primer acto que terminó con resultado de 22-25. Poca renta para lo visto.

Laso comenzó a repartir minutos en su quinteto y salieron a pista jugadores como Poirier y Rudy Fernández para abrir con intensidad el segundo acto. El Real Madrid había obtenido una ventaja demasiado pequeña para lo bien que habían jugado en los primeros diez minutos. Sin embargo, la salida en el segundo cuarto volvió a ser buena y efectiva, estirando la renta y acercándola hasta los diez puntos gracias una muy buena gestión de las transiciones ataque-defensa.

Si primero había sido Tavares quien había conseguido cerrar bien el aro, después fue Poirier quien dio continuidad a esa labor. Además, los de Laso estaban teniendo un porcentaje de acierto en el tiro altísimo, incluso en situaciones no muy ventajosas. Era la mejor receta para aplacar el impresionante ambiente de La Mano de Elías. Lo que sí estaba manteniendo el partido en este segundo parcial era el toma y daca de ambos equipos. Combate a los puntos en el que el Madrid se mantenía muy entero hasta el momento con un Sergio Llull estelar. 32-39 para los blancos a falta de 05:30 para el descanso.

La recta final de la primera mitad se desarrolló con ciertos minutos de descontrol. Ataques pocos elaborados en ambas canastas y un poco de corre-calles que provocaron que el ritmo subiera de manera exponencial. Sin embargo, también en el caos, el Real Madrid supo reinar de la mano de un Llull superlativo. El acierto no desapareció y Tavares se encargó de poner el candado al aro madridista, dando un auténtico recital en cuanto a tapones se refiere.

Los de Laso estaban encontrando el camino por dentro y por fuera. Otro jugador que se había sumado también a la fiesta ofensiva era Yabusele. Tras meses de dudas, el galo estaba siendo líder en unos playoffs para enmarcar del Real Madrid. Después de tener rentas considerablemente altas, los blancos no pudieron romper el partido antes del descanso, pero sí marcharse con una ventaja amplia, algo que se había esfumado en la recta final del primer acto. Tras los primeros veinte minutos, el Madrid mandaba 41-51.

Llega el golpe definitivo

Laso repitió el quinteto titular tras el paso por vestuarios, pero la salida no fue buena. Parcial de 5-0 para el equipo israelí que echaba por tierra de alguna forma la renta obtenida en el final del segundo cuarto. La defensa de Maccabi había subido una o dos marchas, con marcajes individuales mucho más duros y reforzando la pelea bajo los aros para cerrar el rebote. Estaba claro que la actitud era completamente otra. Una vez más, Wilbekin se puso al frente de la ofensiva de los locales, pero esta vez bien apoyado por Nunnally y por Derrick Williams.

Maccabi, con un formato más grande, estaba sabiendo hacer una labor más coral. Además, los cambios en la marca dentro de su sistema defensivo también estaban siendo mucho más efectivos. Un palmeo de Poirier, que había salido al rescate del equipo tras la cuarta falta de Tavares, ponía el 51-60 a falta de 05:30 para el final del tercer cuarto.

El equipo de Laso se estaba manteniendo bien en el marcador, adaptándose a un Maccabi muy camaleónico, pero había perdido brillo en ataque. La gran producción a nivel de asistencias de la primera mitad se había cortado en seco. Eso provocaba que los blancos tuvieran que sumar tirando de talento individual y menos de ataques en estático sobre los que ganar ventajas. Volvió a pista Llull para buscar mayor fluidez de cara al aro rival y lo consiguió con dos acciones brillantes, siempre sacando algo de provecho de sus penetraciones. Era un Llull desconocido, pero brillante, superando a Nunnally en su baile particular.

El Madrid estaba notando la falta de Tavares en la pintura, ya que Poirier no estaba sabiendo sacar la buena versión ofrecida en la primera mitad. Sin embargo, la lucidez de un Llull estelar hacia que el Real Madrid viajara muy tranquilo en el partido. Un triple suyo sobre la bocina volvía a llevar la renta más allá de la decena y provocaba la explosión de júbilo del banquillo de Laso, que ganaba 61-73.

El triple de Llull le dio aire al equipo, que en el último y definitivo cuarto volvió a salir con todo, haciendo un baloncesto más pausado, más académico. Llull seguía a los mandos alternándose la labor de dirección con un gran Alberto Abalde. Además, Maccabi empezaba notar la presión y con ataques mucho más nerviosos e improvisados enterraba sus opciones, acercándose a desventajas de en torno a los veinte puntos. El Real Madrid había pasado a controlar muy bien la faceta del rebote ofensivo, especialmente cuando los rechaces salían largos, entrando en el terreno de hombres como Hanga. El mejor Madrid de la temporada estaba volviendo en un último cuarto que había conseguido enmudecer La Mano de Elías. Parcial de 5-16 y victoria momentánea de 66-81 a falta de 05:45 para el final.

Poirier había tardado en entrar, pero el último cuarto también estaba siendo el suyo. Aprendió a tomar el pulso al juego en la pintura para generar ventajas con los giros a izquierda y derecha para romper a Caloiaro, que no era capaz de contenerle. En líneas generales, la actuación del conjunto merengue había sido muy completa y sólida.

Ya dentro de los últimos minutos y con ventaja en el marcador, Laso pidió calma a los suyos para cerrar el partido sin sobresaltos y viendo al reloj derribar los segundos. El puesto en la Final Four había quedado sellado minutos antes y con una serie magnífica, pero Maccabi quiso morir de pie y llevó a los blancos al límite en unos últimos segundos de mucha tensión con errores encadenados. No obstante, la victoria merengue no corrió peligro.

Maccabi Tel Aviv 76-87 Real Madrid

Maccabi Tel Aviv: Wilbekin (22), Evans (2), Williams (8), Zizic (10) y Nunnally (17) -equipo inicial-, Caloiaro (4), Sorkin (2), Dibartolomeo (2), Thomas (-) y Reynolds (9).

Real Madrid: Williams-Goss (9), Causeur (4), Hanga (8), Tavares (9) y Yabusele (16) -quinteto titular-, Randolph (-), Rudy Fernández (3), Abalde (6), Poirier (14) y Llull (18).

Parciales: 22-25 | 19-26 | 20-22 15-14

Árbitros: Damir Javor (SLO), Tomislav Hordov (CRO) y Uros Nikolic (SRB). Eliminaron por faltas a Angelo Caloiaro.

Incidencias: Tercer partido de 'playoff', al mejor de cinco, disputado en el Menora Mivtachim Arena ante unos 11.500 espectadores.