El Instituto Nova Història ha establecido que Leonardo da Vinci, Cervantes, El Cid, Santa Teresa y Colón eran catalanes. Y, por supuesto, el origen de Shakespeare y Beethoven también está en Cataluña. El delirio secesionista de algunos personajes cutres ha llegado a extremos que provocan la carcajada de los historiadores serios y de los lectores con sentido común. Así cuando afirman que Joan Miguel Servent (Cervantes) huyó de España y en Inglaterra publicó sus obras bajo el seudónimo de Shakespeare.

El Instituto Nova Història asegura que la identidad catalana ha sido usurpada por la perversa Castilla. Según los investigadores del Instituto Nova Història, Gonzalo Fernández de Córdoba no existió y se le ha confundido con Joan Ramón Folch de Cárdenas i Urgell. La vida y la obra del “Gran Capitán” es una camelancia castellano-aragonesa para desdeñar y enmascarar las hazañas de Juan Ramón Folch.

La Reconquista, según las sabias enseñanzas del Instituto Nova Història, no comenzó con Don Pelayo en Asturias. Fue iniciada por los catalanes y las hazañas que se atribuyeron a Don Pelayo corresponden en realidad a la valentía catalana y comenzaron en Llivia.

El descubridor de América se llamaba Joan Colom i Butren y nació en Barcelona, en una casa de la calle Miralles, situada junto a la iglesia de Santa María del Mar. Naturalmente, el Instituto Nova Història establece que, en su primer viaje, Colón no salió del puerto de Palos, sino del gerundense puerto de Pals. Arturo Mas, por cierto, es descendiente de Colón. Y en las tres carabelas, la Niña, la Pinta y la Santa María se cantaba en catalán Y, por supuesto, Hernán Cortés era el catalán Ferrán Cortés; Juan Sebastián Elcano se llamaba en realidad Joan Cacirea de Canós; Bartolomé de las Casas es el nombre adulterado del fraile catalán Bartolomé Casaus; los hermanos Pinzón eran los Pinçó. Y Pizarro no había nacido en Trujillo sino en Cataluña y se llamaba Francesc de Pinós de So i Carrós. Por añadidura, Erasmo de Rotterdam, Américo Vespucio y Marco Polo también eran catalanes.

Y Leonardo da Vinci. El mayor genio de todos los tiempos era, conforme al Instituto Nova Història, catalán, familiar de Cesar Borja, pariente de los reyes catalanes. Y por supuesto Mona Lisa se llamaba en realidad Isabel de Aragón, de origen catalán.

“América fue descubierta, conquistada, evangelizada y poblada por catalanes”, afirman los historiadores del Instituto de marras. Incluso, según sus sabias investigaciones, la bandera estadounidense tiene un claro origen catalán. El Instituto Nova Història estudia ahora la procedencia de varios de los grandes genios del siglo XX: Einstein, Proust, Disney, Chaplin, Picasso, Heidegger y varios nombres relevantes más están siendo escudriñados porque los responsables del Instituto no admiten que pueda haber grandes genios que escapen a la ejecutoria catalana.

Cataluña, en fin, es una de las más bellas regiones españolas y no necesita caer en el ridículo de tórpidos secesionistas que empañan su grandeza. Su historia deslumbra. Dotada de una bellísima lengua, es cuna de grandes escritores, de excepcionales pintores, escultores y arquitectos, de asombrosos músicos. A Cataluña no le hace falta adornarse con plumas ajenas porque se la reconoce como una de las regiones españolas y europeas de expresión más culta y civilizada. Algunos de sus exégetas dan pena, provocan carcajadas y encienden los fuegos del más espantoso ridículo.