Opinión

El planeta y otros cuerpos celestes

La papelera

24 octubre, 1999 02:00

Cuando siempre es octubre es en la cita del premio Planeta, que ha caído en las mejores manos posibles: las de mi delicada Espido Freire. Quizá los planetarios no sean conscientes todavía del gran bien que Espido le ha hecho al premio al presentarse a rostro descubierto a un certamen caracterizado por los tapados y las figuras danzando bajo cuerda. ¡Oh, sabia Espido, que no has pisado el palito que te puso el dragón Sánchez en su inefable programa y que o caíste en las provocaciones de otros cuerpos celestes! Déjala morir de envidia.

U no que ya está viejo y ha visto de todo un poco, no se cree que a Francfort vaya el personal sólo por los libros. A Francfort peregrina la canallesca literaria y editorial para vender libros como si fueran salchichas. De Francfort, naturalmente. Luego resulta que nos atizan con reportajes fariseos acerca de lo perverso que es publicar best-sellers y de lo perjudicial que resulta para la literatura la concentración industrial-mediática-editorial. Una pregunta: ¿cuánto cuesta poner el careto de unbest-seller en la portada del colorín dominical de los guardianes de la ética? Con salchichas por medio, ya nadie se vende por un plato de lentejas.

Quizás pensando en este ganado, Jorge Vigil y Alianza Editorial publicarán muy pronto un Diccionario razonado de los vicios, pecados y enfermedades morales. Pero ya digo, uno es perro viejo y reconoce que su pecado es la soberbia. ¿Para qué sirve un diccionario políticamente correcto después de haber leído al Dante y a Gracián? Una obra que pretende iluminar las conciencias de las desconcertadas gentes, no puede poner al mismo nivel la "cursilería" y el "genocidio", porque gana lacursilería.

Y ya que hablamos de cursilerías, ¿han oído alguna vez los mensajes que ciertas vacas sagradas de la literatura graban en sus contestadores? Hay uno que dice con voz de castellano triste: "Si no es de vida o muerte, no dejes ningún mensaje". ¿Y qué me dicen de este otro, perpetrado por una parejita que tanto monta monta tanto?: "Hola. Los martes y los jueves escuchamos los mensajes y sólo contestamos si nos interesa". Pero el que se lleva la palma es el de un famoso y exquisito editor: "Comienza a hablar porque siempre estoy en casa, pero si no contesto es porque no me provoca ¿Viste?".

O h, Buenos Aires... ¡Qué bien me trataron durante los actos del centenario de Borges! Mi papelera rebosa de postales. No paran los argentinos. Más de diez museos se inauguran en estos días. Los hay de arte y arquitectura y hasta uno del Boca Juniors. O sea, pro-Boca. Como el contestador. A eso le llamaría uno hervor de Buenos Aires.

Robert Wilson, a quien veremos en "Los días anteriores" del Festival de Otoño, prepara un montaje sobre Poe, ahora que se cumplen ciento cincuenta años de su muerte. Una química extraña pero efectiva la del autor de "El cuervo" con uno de los nombres más vanguardistas de la escena mundial. Muchos deberían tomar ejemplo y seguir buscando tramoyas en la buena literatura.

Caperucita Roja no está sola. Y no lo dice uno por la abuela o el lobo, sino por Harry Potter, el famoso personaje creado por Joanne Rowling. Los americanos ellos, tan políticamente correctos, no soportaban que una pre-adulta como Caperucita obligara a una persona de la tercera edad a comer a deshoras, y que encima le llevara la desgracia a un animal en peligro de extinción. Pues otro tanto de lo mismo ha ocurrido con el pre-adulto Harry Potter, censurado por las autoridades de Carolina del Sur. La que podrían armar en el bosque Caperucita y Harry Potter.

Qué conmovedora escena, la de los patronos del Cervantes en el chiquitrén. Sin embargo, en Nueva York la escena es algo más que conmovedora. Es para llorar. Según parece, en la nueva sede cervantina no habrá espacio suficiente para la magnífica biblioteca de la calle 42 -¡la más consultada por usuarios de habla hispana en USA!- y alguna eminencia chusca ha dado la orden de liquidar lo que sobre. ¡Hala! Así promovemos el español en Estados Unidos: mandandobibliotecas al desguace.

Por cierto, a ver si Televisión Española no escatima medios a Sánchez Dragó. Qué lástima que no pudiese reunir en el mismo cuadrilátero -negro sobre blanco- a Nativel Preciado y a mi apreciada Espido Freire. La entrevista del púgil escritor estuvo plagada de lugares tan comunes que la flamante y merecida ganadora del planeta supo terciar con la mayor inteligencia. Más que un combate fue un "buen partido "que ganó Freire por goleada.

Mario Benedetti amenaza con volver a la poesía con un libro de haikus. El poeta diarreico que es Benedetti se habrá gastado un dineral en "fortasec" para disfrazarse de vate estreñido, lo cual, sospecho, no será suficiente para evitar que su corpachón retórico entre en el breve molde de los pentasílabos y heptasílabos como un elefante en una cacharrería. Pero no seamos malpensados y esperemos a ver el estropicio.

Estamos en la era del arte por encargo, se les escucha decir con cierto desdén y muy ufanos de su descubrimiento a algunos petimetres. Que si a menganito le han encargado una novela, que si zutanito anda escribiendo un cuento navideño a petición de un periódico. ¿Y cuándo no fue la era del arte por encargo? Que se lo pregunten a Miguel ángel, o a Velázquez, o a Chéjov -del que acaba de publicarse una espléndida antología- o a Bach-del que celebramos el 250 aniversario-. El problema no reside en el encargo, sino en el destinatario del encargo. Y lo que a muchos les duele es no haber recibido nunca ninguno bien remunerado. Encargadme una ópera cómica y yo asombraré al mundo, que podría haber dicho Mozart, pongo por ejemplo.

Nuestro predicador favorito, el señor Gönter Grass, ha vuelto a abrir el pico -en realidad no lo ha cerrado desde la concesión del premio sueco- para colocar otra línea de oro en su avejentado sermón: "La literatura sólo sobrevivirá si es subversiva", ha dicho. Pues mire usted, señor Grass, la literatura sobrevivirá, incluso parte de la subversiva, solamente si es buena, que es la única obligación que -como sabe casi cada hijo de vecino sin que le den el Nobel- tiene la literatura. Seguiremos atentos a su próxima homilía.

Más nombres sobre las tablas del gran teatro. Sigue imparable el éxito de Josep Maria Flotats, Josep Maria Pou y Carlos Hipólito con "Arte", pero la gallina de los huevos de oro va a dejar de poner huevos. Me huelo que el gallinero anda alterado y la producción, de los huevos se entiende, comienza a peligrar. Y que nadie piense que es porque se van de viaje. Nadie se mueve de su sitio. De momento, sigue la función.

En fin, menuda temporada teatral llevamos. Más que temporada, esto es un temporal que amenaza con no retirarse de nuestros cielos escénicos. La gente mueve las manos pero sonar, no suenan. Aplausos mudos y caras inexpresivas dominan las butacas de nuestros palcos. Menos mal que me voy de festivales y me siento más fino, más culto. Estos encuentros, que cada año llegan a la capital con una frondosidad a veces impracticable, son una gracia que no nos merecemos los amantes del buen teatro. Una curiosidad. Me ha parecido que Alberto Ruiz-Gallardón cada día está más Moreno. ¿Por qué será? Si apenas hemos visto el sol de otoño y, que sepamos, no se ha ido de vacaciones.