Image: Los consejos de la paloma

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Novela

Los consejos de la paloma

Stephen Kelman

31 julio, 2015 02:00

Stephen Kelman. Foto: Helie Gallimard

Traducción de Enríquez de Hériz. Salamandra. Barcelona, 2015. 286 páginas, 20€

Los países europeos han descubierto una manera de acomodar dentro de sus fronteras a los inmigrantes que buscan asilo: los barrios periféricos o las escombreras sociales de los alrededores de París o del sur de Londres, entre otros lugares. Allí los recién llegados pueden establecerse y llevar una vida marginal, donde la violencia forma parte de la vida cotidiana. Un empleado municipal , Stephen Kelman (Luton, 1976), se inspiró para escribir esta novela en el escándalo y la protesta social ocasionados por la muerte de un niño de origen nigeriano, Damilola Taylor, el 27 de noviembre del 2000, a manos de un par de chavales de trece años. El niño fue apuñalado en el muslo cuando salía de una biblioteca en los arrabales londinenses y se desangró camino de su casa.

Kelman cuenta que un día la voz de quien sería el protagonista de la obra, otro niño, amigo ficticio de Damilola, comenzó a dictarle la historia, describiendo al muerto bañado en sangre, tirado en el suelo. El éxito del libro entre los ingleses deseosos de saber más de los inmigrantes invisibles para la mayoría fue inmediato. La idea de presentar la tragedia de unas vidas truncadas a través de las observaciones de un niño de 11 años fue un acierto. El protagonista, Harrison (Harri) Opoku, nacido en Ghana, reside con su madre y su hermana Lydia en un apartamento del sur de Londres. Su padre, un artesano que hace muebles de bambú, y su hermana pequeña, la bebé Agnes, quedaron atrás al cuidado de la abuela en Ghana, ahorrando para reunirse con ellos. El viaje a Londres de Harri, su hermana y la madre, lo pagó su tía Sonia con unos dineros de origen dudoso, quien para conseguir el asilo político se había quemado las huellas de las yemas de los dedos para que no la pudieran identificar.

La brutalidad de este mundo pronto se nos manifiesta a través de la mirada infantil. Su inocencia en las observaciones de la vida a su alrededor permite entender con claridad el machismo reinante y la violencia ejercida hacia las mujeres, que en cierto modo se considera normal. Además del retrato ficticio de la vida en el barrio de Harri se cuenta el desarrollo del drama real mencionado al comienzo. A la vista del escaso éxito de las pesquisas policiales, Harri y su amigo Dean deciden investigar el asesinato de Damilola.

La novela muestra un borrón, que denota que se trata de una primera novela. Me refiero al asunto de la paloma que de vez en cuando visita a Harri, y que resulta un recurso literario que muestra la inocente creencia del autor de que un baño de realismo mágico añadiría a la historia un sentido trascendental. La lengua de Harri, sin embargo, viene estupendamente trabajada, con una mezcla de inglés muy simple entreverado con palabras de origen ghanés, que resaltan la extrañeza de lo real y la cercanía de lo extraño.

@GGullon