Novela

Los Once

Pierre Michon

8 octubre, 2010 02:00

Traducción de Teresa Gallego. Anagrama. 137 pp., 14'50 e.


Con casi 40 años, Pierre Michon (1945, la Creuse) publicó su primer libro, Vidas minúsculas (1984), un conjunto de historias cortas sobre gentes que el narrador conoció en su infancia. La obra obtuvo el premio France Culture y le consagró como un autor de culto en Francia. Después vinieron Rimbaud el hijo (1991), conjunto de textos cortos sobre el destino del poeta, y Señores y sirvientes (1990), entre otros.

Educado por su madre institutriz, actor en una pequeña compañía de teatro que viajaba por toda Francia, Michon no ejerció realmente ninguna profesión estable hasta que entró en el mundo de las letras. Su escritura ha sido siempre estable, reflexiva y de una perfección absoluta. Cautivó a la crítica por la pureza de su lenguaje. Los Once, su último libro, ha recibido el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa. Con la simple observación del cuadro, evoca la historia de Corentin y de los once miembros representados en la obra que incitaron los sangrientos años del Terror en la Revolución Francesa.

En el Louvre existe un cuadro de François-Élie Corentin llamado Los Once que es un retrato de los once miembros del Comité de Salvación Pública creado en la Francia revolucionaría de 1794. ¿Quiénes fueron los responsables del Terror durante la Revolución? Michon los nombra, uno a uno, mientras el narrador los observa en el Louvre: Billaud, Carnot, Prieur, Prieur, Couthon, Collot, Barère, Lindet, Saint-Just, Saint André y, en el centro, Robespierre. El famoso Comité del gran Terror. "Quien se queda a pie firme delante de él" tiembla, se explica en la página 43. Como una novela policiaca, el libro gira en torno a las preguntas de quién encargó y pagó dicho retrato sin el permiso de los retratados, cuándo aceptó el pintor el encargo y las razones por las que lo hizo, ya maduro, una noche en la que entraron en su casa los sans-culottes.

En realidad, la pintura es invención de Pierre Michon. El libro, en su argumento y en su estilo admirable y poético, roza el manierismo. El narrador lo ve y lo describe como si tuviera delante de sus ojos una película del pasado. Las imágenes saltan en el tiempo, algunos momentos se pierden en las elipsis, pero el lector reconoce la cronología sin problema. em>Los Once es una auténtica meditación sobre el arte y su poder de transmisión, una reflexión sobre la corrupción en ese trágico momento de la Historia que se llamó el Terror, una verdadera carnicería humana cuando en teoría la razón, el enciclopedismo y las Luces imperaban en el arte.