Image: Oído atento a los pájaros

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Novela

Oído atento a los pájaros

Luis Goytisolo

16 marzo, 2006 01:00

Luis Goytisolo. Foto: Archivo

Alfaguara. Madrid, 2006. 216 páginas, 16 euros

El novelista Luis Goytisolo (Barcelona, 1935) forma parte de una promoción literaria caracterizada por la preocupación por los rasgos estructurales y formales del relato. Las referencias en su última novela al mismo arte de componer o a la estética lo justifican cumplidamente.

Goytisolo ha dividido su novela Oído atento a los pájaros en diez partes y cada una, a su vez, se distribuye en seis textos de diverso orden y significado, lo que confiere un carácter fragmentario al conjunto, pese a que las piezas queden al final perfectamente ensambladas. El espacio en el que se desarrolla el relato es el imaginario pueblo de Miralrío. El descubrimiento de un cadáver iniciará un relato complejo que tiene como referencia una Guerra Civil, con sus desatinos esperpénticos y, a la vez, vulgares, que no cabe confundir con la reproducción fotográfica de los hechos de 1936-39, sino como una mezcla de confusos recuerdos que irán descubriéndonos la decadencia de un pueblo agrícola, abandonado o casi, a raíz de aquella guerra fratricida tras la que ni el turismo ha conseguido doblar su decadencia. Los recuerdos dispersos se limitan a las alusiones a un triunvirato revolucionario y libertario, un comité que acabará huyendo a México. La clave del relato no se aclarará hasta sus últimas páginas. Se confunden tiempos y datos, pero los personajes desgranan sus historias, desde perspectivas múltiples. El personaje central es el pintor Ramón Rada, que pretende escribir unas memorias, aunque lo que esperaba Elsa, su marchante y su mujer y, a la vez, una escritora conocida, era la reflexión sobre su obra pictórica. éste será el motivo por el que retorna y recobra el significado mítico de Miralrío. Goytisolo no deja de trazar un amplio friso, donde figurarán Lola Barón, tal vez lesbiana, la madre de Ramón; el Indiano, ya ciego, quien sigue la vida cotidiana del pueblo; Elsa y sus relaciones con Ludwig; El Verdura que ordena fusilar a Antón; el equívoco comportamiento del tío Francisco y los recuerdos infantiles de Ramón, entre las historias que confluyen.

En cada parte figuran algunas pocas páginas desde una vocación de estilo cuyos largos períodos contrastan con las formas más funcionales y hasta familiares del relato: "Cuando se vio que todo estaba perdido, los del Comité levantaron el vuelo en poco más de veinticuatro horas. Lo único, eso sí, que se llevaron a la María Cortizo por delante". Pese a la escasa significación de este personaje, constituirá una clave para desentrañar y ordenar el conjunto. Al margen del pesimismo esencial que subyace y que se explicita en la página 203, cuando arremete contra el progreso, la novela busca destruir tópicos como el carácter épico de la guerra o la desmitificación de la muerte de Eduardo Bondat. Goytisolo aprovechará un viejo periódico que envolvía unos zapatos para dar cuenta de que allí se daba cuenta de la muerte del personaje en un accidente de circulación. He aquí el uso de una perspectiva casual y objetivada. Por el contrario, Elsa no sólo distingue, como novelista, los personajes reales de los de ficción, sino que analiza también el comportamiento de Ramón, cuya complejidad sexual es sólo aparente.

Hay un retorno, por parte de Ramón, al mundo de la infancia y ambos tiempos se cruzan (pasado y presente) en una Naturaleza que, a diferencia del ser humano, parece no degradarse. La muerte de Lola Barón, la madre de Ramón, a causa de un coche bomba cuando éste cuenta apenas nueve años o el papel del padre y del tío, como ya indicamos, nos sugieren, deformados, algunos fragmentos de la biografía de los Goytisolo recuperada literariamente por su hermano Juan en sus memorias. La operación narrativa de Luis Goytisolo equivale aquí a la deconstrucción de un material narrativo, cuya máxima intensidad reside en el asesinato de Silvia Pons, que, irónicamente, no es represalia de la guerra, como se señalará más adelante.

Oído atento a los pájaros es un riguroso ejercicio de composición narrativa, sin concesiones al lector; antitesis del best-seller y la búsqueda de la ironía, no del humor, con la fidelidad a un objetivo que se inició ya en su inolvidable Antagonía.