Novela

Escalera hacia el cielo

Luis Goytisolo

28 febrero, 1999 01:00

Espasa. Madrid, 1999. 201 páginas, 2.700 pesetas

Escalera hacia el cielo puede situarse en el mismo ámbito de su novela anterior, Placer licuante (1997), donde el erotismo pasó a convertirse en tema fundamental. A la vez Luis Goytisolo renuncia a algunos experimentos formales que le habían dado excelentes frutos principalmente en la serie que tituló Antagonía (1984-1987). Tal vez por ello, porque había penetrado por caminos no hollados, la presente novela puede pa-
recer menos ambiciosa, técnica y temáticamente; aún tomando en consideración, por ejemplo, el inteligente juego de perspectivas que ofrecen los cambiantes puntos de vista, a modo de espejos: el de cada personaje u observador.
La trama tiene algo de vodevil, con un cierto sentido del humor, que le evitará caer en el ridículo, aunque en etapas anteriores hubiera podido ser tratado en forma de drama. El autor, que ya ha vivido mucho, contempla a distancia el papelón de sus personajes con cierta sorna y algunos guiños a sus lectores habituales que deben ser muchos, ya que me he servido de una segunda edición. Poco después recibí la primera. Tal vez los editores debieran cuidar algo más estos detalles. La novela transcurre en dos escenarios: Madrid y Barcelona. Las referencias a esta última ciudad nos llevarán necesariamente a algunas escenas de sus primeras producciones: Las afueras (1957) y Las mismas palabras (1962). La ciudad se contempla, por ejemplo, desde la perspectiva del cínico abogado Sanromá, quien se lamenta de la destrucción del viejo núcleo.
En realidad no sólo son las ciudades las que han sufrido cambios tan notables. Las formas de vida de los personajes, situados en una clase media alta, tiznada por los flecos de la falsa modernidad, poco tienen que ver con los del pasado. La vara de medir será el comportamiento social. El posible "hombre nuevo" está representado por Patrick Izaguirre un español, de origen vasco, nacido en Siberia (hijo de aquellos "niños de Rusia") cuya madre es estadounidense y sus ancestros hindúes. Por él, que trabaja aquí en unos almacenes, aunque resulta un fotógrafo de consideración, se siente atraída Beatriz Llorac, una tópica periodista y presentadora de televisión, casada, a la sazón, con Estanislao, a quien no le importan las veleidades de su mujer, sino que, antes al contrario, las favorece y participa de ellas. Estos y la figura de María José, periodista también, en trámites de divorcio, atraída, asimismo, por Patrick constituyen los ejes de un relato que tiene mucho de "comedia de equivocaciones". Beatriz, en una fiesta, superados ciertos límites alcohólicos, cree acostarse con Patrick, cuando de hecho lo hace con un negro que desaparece de la trama de inmediato. Estanislao supone que la relación, a la que contribuye con su discreción, se ha producido con Javier Lozano, un joven ejecutivo de medio pelo, dispuesto a situarse a cualquier costa. Mientras la experimentada Beatriz deja mensajes en el teléfono equivocado, su marido se esfuerza por complacer a Javier, dispuesto a pasar por todo. Mientras tanto, Patrick y Mª José entablan una relación más profunda que ha de llevarles a abandonar Madrid, España y hasta Europa para encaminarse a la India, porque éste ha recibido una oferta para realizar un reportaje fotográfico. Al margen de los equívocos, de los que cada personaje extrae sus propias conclusiones, Goytisolo trata el tema de la sexualidad con una naturalidad que puede parecer provocadora. Goytisolo ha utilizado el perspectivismo para ofrecernos las matizaciones. Así, Sanromá llega a admitir que "- ... Vivir como veinte o treinta años atrás. ¿Te acuerdas? Entonces no había democracia. Y, sin embargo, todo era más divertido". Se contraponen diversas filosofías vitales, aunque el autor parece decididamente inclinado a tomar partido por Patrick y María José, que planea pasarse a escribir novelas. Algunos personajes adquieren un tono que roza lo grotesco, como RH, el jefe de Patrick en el almacén.
Escalera del cielo se construye como un juego de oposiciones, de formas de mirar una realidad que rezuma ficción o literatura, como se prefiera. La novela está escrita con pulcritud estilística, abundante en diálogos, según acostumbra el novelista barcelonés, ahora residente en Madrid. El motor que impulsa la mayor parte de las acciones de los personajes es el sexo y sus variantes. Pero en su comportamiento aparecen fugazmente otras consideraciones: el trabajo, la diversión, las ansias frustradas de felicidad y un pesimismo general que, salvo la pareja que asciende al cielo, a través del viaje iniciático final, es compartido. Resulta, asimismo, la relocalización del mundo narrativo anterior de Goytisolo, en el que no sólo sus personajes, sino el entorno social queda ahora situado entre el cinismo, la amargura y la infelicidad, en un hedonismo inconsciente, decididamente tópico y vulgar.