Image: ¿Quién compra un rinoceronte?
Ilustración de ¿Quién compra un rinoceronte?
El olfato de Kalandraka para rescatar libros clásicos de la literatura infantil sigue siendo exquisito. Nos conquistó con El árbol generoso hace unos meses y lo vuelve a lograr con este nuevo título de Shel Silverstein que vio la luz en 1963 y nos enseña su cara más divertida.Porque, ¿quién quiere perros o canarios cuando se puede llevar a casa un hermoso y barato rinoceronte? Aunque alguno objete ciertas dificultades de espacio, el narrador nos brinda todo tipo de ingeniosos argumentos en favor del portentoso animal. Desde usarlo como perchero o servirse de su cuerno para ensartar rosquillas a otras recomendaciones en las que siempre reina el humor: "Cuando la noche es glacial, arrebujado en tu cama da un calorcillo especial… No hay cosa que más le excite que jugar al escondite". A estas alturas, pocos lectores aguantarán la carcajada, pues la gracia radica tanto en la originalidad del texto rimado, como en esos expresivos dibujos en blanco y negro capaces de zambullirnos en la mirada más gamberra del autor. Todos los elementos se complementan para que nadie se resista ante el encanto de esta singular mascota.