El pequeño hoplita

Ikustración de F. Vicente para El pequeño hoplita

Con Fonchito y la luna, de Vargas Llosa, más este título de Arturo Pérez-Reverte, Alfaguara estrena colección, álbumes ilustrados en los que autores de la literatura de adultos escriben para niños.

El asunto de El pequeño hoplita no es de los que suelen aparecer en los libros infantiles. Se trata del famoso episodio histórico en el que trescientos espartanos defendieron a muerte el paso de las Termópilas frente a los persas. Trescientos hombres y un niño, cuya misión es vivir para contarlo. Breve, intenso y bien medido, el texto pone el acento en la gesta heroica de aquellos hombres, y sabe conmover. No menos fuerza tienen las ilustraciones; atléticos guerreros, como figuras de un friso en armoniosa composición, contrastan con la gracia espontánea y la vitalidad del niño que va a la guerra, a la muerte, como al juego.

Necesariamente, en el pequeño lector este relato que habla de valentía, vida, muerte, traición y libertad, suscitará preguntas y más preguntas (quizá la más apremiante: ¿qué hace un niño en una guerra de hombres?). Lo recomendable sería que lo compartiera con un adulto dispuesto a responderlas; el diálogo podría dar pie a internarse por los caminos de la historia. Leído en solitario por niños sin la suficiente madurez, y que difícilmente conocerán el contexto, puede resultar un trago amargo e incomprendido.