Image: El paisaje en las nubes

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Ensayo

El paisaje en las nubes

Roberto Artl

22 enero, 2010 01:00

Roberto Artl. Foto: Archivo

Prólogo de Ricardo Piglia. Edición de Rose Corral. FCE, 2009. 766 pp., 28 e.


La obra del argentino Roberto Artl (1900-1942) cabe entenderla como una línea creadoraparalela a la de Borges. Sus novelas Los siete locos (1929) y Los lanzallamas (1931) son referencia obligada de la narrativa latinoamericana, además del resto de sus libros, cuentos, teatro y colaboraciones periodísticas, algunas reunidas por el propio Artl y calificadas de aguafuertes(1933) y (1936), estos últimos fruto de su estancia en España. R. Corral recopiló 72 publicadas en el periódico El Mundo y reproducidas en México por El Nacional con el título de Al margen del cable. Crónicas publicadas en El Nacional de México, 1937-1941 (2003). Las ahora reunidas son un corpus de 236 e incluye la póstuma, de 27 de julio, que da título al volumen.

Roberto Piglia, en su breve introducción, acierta al considerar que para Artl el periodismo es "siempre una teoría del lenguaje". Constituyen "un registro de la patología y de los cambios en el clima psíquico de la sociedad. Bastaría referirse al modo en que el nazismo es percibido instantáneamente por Arlt como la gran mitología demoníaca de nuestra época".

Artl es un fino analista político, de enorme perspicacia, capaz de advertir en sus crónicas y relatos destructivo el poder del mal en el fascismo y el nazismo rampante. Corral alude en su útil introducción al artículo en el que el escritor describe la táctica de los partidarios de Hitler en las calles de Buenos Aires, aunque profundice mucho más cuando advierta del progreso de la barbarie en una Europa que acabará destruyéndose. Tan sólo un novelista podría haber conseguido dar vida a personajes y situaciones tan dramáticas.
El suyo es también periodismo de ideas, fruto de una concepción coherente del mundo. Artl había regresado a la Argentina en mayo de 1936, tras una estancia de casi un año en España y una breve visita a Marruecos. No es, pues, de extrañar que las referencias a la España que había conocido aparezcan con frecuencia. Pero en una sola se menciona a Franco y nunca se cita la emigración intelectual española republicana. Muestra su entusiasmo por Goya, quien le habría dado la inspiración de sus aguafuertes y menciona en una ocasión a Baroja. Sus ideas literarias se exponen al azar, aunque con la perspicacia de estimar -como Borges- la novela policíaca, y establece una correspondencia entre la novela y la nueva física, aprovechando la lectura de Huxley. A partir de la página 652 trata de la novela como género, de su decadencia (?), del papel de la acción, se plantea el problema candente del realismo y hasta la conveniencia de crear una escuela de novelistas. Por lo general, se sirve de un hecho que expone con afirmaciones contundentes al inicio del artículo. Llevará de la mano al lector hasta sus últimas consecuencias que pueden advertirse hasta en las antípodas de aquella idea inicial. "Señores, soy el doble de Hitler", por ejemplo, se inicia así: "Todos los que rodeamos al Föhrer, a corto o largo plazo, nos sabemos condenados a muerte" y finaliza "… en privado, para Himmler o Goebbels soy ‘el canalla’, y yo, yo vivo una experiencia parecida a la de aquel protagonista de Las mil y una noches que inspiró la titulada ‘Historia del dormido despierto’".

La concepción de los hechos resulta con frecuencia conspirativa y entiende los personajes reales como víctimas de un mundo subterráneo en el que priva la traición. Es capaz de dar consistencia a la figura de Al Capone, de sorprenderse, como tantos, ante el pacto germano-soviético, se sitúa en la piel de los galeotes del Siglo de Oro, sirviéndose del texto de Cristóbal de Villalón; observa el desarrollo de la guerra en Rusia siguiendo a Jenofonte, recuerda a Falla en Granada, escribe textos sobre la política chilena o los problemas "del Delta". Y se deja influir por el cine.

Parte siempre de un hecho, de unos personajes, de lo concreto y elabora tan variada temática siguiendo un esquema que puede resolverse mediante el diálogo. No he logrado prescindir de la lectura de un solo artículo en forma de narración o de breve ensayo. ¡Qué gran acierto reunir lo que no deja de ser auténtica literatura, la verdadera dimensión de tan brillante escritor!