Image: Buenos días, pereza

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Ensayo

Buenos días, pereza

Corinne Maier

16 diciembre, 2004 01:00

Corinne Maier

Traducción de Zoraida de Torres. Península. Barcelona, 2004. 124 págs, 12’50 euros

Si hemos de creer a Freud y a Adler (dos de los fundadores, junto con Jung, del psicoanálisis) la sexualidad y el trabajo son dos aspectos centrales de la vida humana. Destripada la intimidad de la alcoba, Corinne Maier entra en un territorio hasta ahora reservado a los hombres: el trabajo.

Nacida en Ginebra en 1963, economista y psicoanalista de profesión, Maier acaba de lanzar un torpedo a la línea de flotación del capitalismo. Contra el trabajo se ha escrito mucho. Dostoievski puso en solfa a los burócratas rusos, y sobre el funcionario español se pueden leer páginas magistrales. La novedad reside en que una mujer que trabaja para la compañía eléctrica de Francia (edf) escriba una crítica tan demoledora del mundo empresarial. Tras invocar al perezoso que todos llevamos dentro, Maier se instala en el horizonte de los mandos intermedios empresariales. Desde ese punto de mira disecciona las relaciones laborales que se establecen entre los directivos, los ejecutivos y el resto del personal que compone la estructura habitual de las grandes y medianas empresas en el actual capitalismo globalizado. Junto a esta disección de la dinámica de interrelaciones entre los distintos estamentos empresariales, Maier, armada con una ironía fina, saca a la luz las contradicciones del mundo de la empresa y cuestiona su modelo de gestión. Para ello recurre a los estruendosos fracasos de varias de las grandes empresas francesas. Se detiene en la crisis financiera de Vivendi, que tras comprar un estudio de Hollywood entró en 2002 en dificultades económicas que evidenciaron su mala organización y el despilfarro faraónico de su patrón, Jean-Marie Messier.

Para Maier, el mundo empresarial es el reino de los mediocres, un territorio en el que sólo triunfan los obedientes que han sabido aprender la jerga típica de toda empresa, base del nacionalismo corporativo inherente a todo conglomerado empresarial. En Francia las cosas se agravan porque "nadie da ni golpe". La receta de Maier es mimetizarse con el paisaje propio de cada empresa, no aceptar responsabilidades y trabajar lo menos posible. El problema de este manual destinado a la autodefensa del asalariado es que requiere altas dosis de cinismo, algo no al alcance de cualquiera.