Cristina-Cerrada

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Letras

Cristina Cerrada y la desesperanza humana

La nueva novela de la escritora, 'Hindenburg', alcanza una extraordinaria fuerza comunicativa en su denuncia del mal y el dolor

6 julio, 2020 05:41

HindenburgCristina Cerrada

Seix Barral. Barcelona, 2020. 288 páginas. 19 €. Ebook: 5,99 €

Apenas un par de años antes de Hindenburg, Cristina Cerrada (Madrid, 1970) abordó el desamparo y la vulnerabilidad humanos en Europa. Si no fuera tan absoluto su alegato, podría decirse que en su nueva novela da una vuelta de tuerca más a esos motivos. Siendo esto casi imposible, Hindenburg asume la meta de explayar la denuncia mediante un argumento distinto, tal vez el primero de otros que pudieran venir en el futuro. Lo sugiere la insistencia en un mismo escenario de los sucesos, el territorio de los Balcanes.

La geografía aludida o insinuada del Este europeo, un marco alegórico de pesadilla (especie de distopía situada en el presente: un personaje utiliza un iPod), contrasta con un argumento tradicional y preciso. Una mujer, Razha, trabaja, a pesar de su cualificación profesional, como limpiadora en una fábrica. A ello le obliga el cuidado de su anciana madre enferma y la preocupación por prepararle un buen futuro a su hija, Heidi, todavía universitaria. La dificilísima situación económica de un interregno durante una larga guerra la llevan a robar para vender en el mercado negro y al tráfico de drogas. También asumirá sumisiones sexuales. Además, en ella pesa un episodio de antaño en que mató al padre en defensa de la madre y por el que fue castigada con un año de internamiento.

La lacerante trayectoria vital de Razha y el conjunto de sucesos de la novela están marcados por múltiples manifestaciones de la violencia. De ello se desprende un ambiente de temor y de impotencia. La mujer encarna una lucha épica contra las mil formas de la injusticia. Frente a la adversidad despliega una energía redentora que se remata con un final trágico justiciero.

'Hindenburg' alcanza una extraordinaria fuerza comunicativa en su desesperanzada denuncia del mal y el dolor omnipresentes en el mundo

Complementan el contenido del libro unas secuencias interpoladas que hablan del dirigible Hindenburg y refieren la tragedia que dio fin a ese experimento aéreo en 1937. Este extraño injerto –tan importante que el nombre de aquella fallida máquina voladora da título a la novela– funciona como una metáfora: simboliza tanto lo positivo, el encantamiento del progreso que permite ascender a los cielos, como el fracaso que implica el derrumbe de las falsas ilusiones.

La terrible historia de Razha tiene un anclaje realista, pero se incluye con verosimilitud en un marco visionario y expresionista. La desesperación de la mujer se intensifica por medio de lo misterioso y absurdo que la rodea, por la amenaza de unas ubicuas guerrillas urbanas, por las arbitrariedades de un ejército invasor y por difusos conflictos raciales. El acierto de Cristina Cerrada reside en la habilidad para aunar sustancias tan alejadas.

El recurso capital consiste en recrear el conflicto individual y colectivo mediante secuencias narrativas muy breves que encadenan los despiadados sucesos con vertiginosa rapidez. La prosa lacónica cuya sintaxis solo utiliza oraciones simples, yuxtapuestas o coordinadas potencia el angustiante ritmo del relato. Estas técnicas sirven para que Hindenburg alcance extraordinaria fuerza comunicativa en su desesperanzada y revulsiva denuncia del mal y el dolor omnipresentes en el mundo.