Gurruchaga-y-Montero

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Letras

La maestra

Carmen Gurruchaga y Mariló Montero escriben a cuatro manos una novela que ilumina un periodo decisivo para la mujer

23 diciembre, 2019 07:48

Carmen Gurruchaga y Mariló Montero. La Esfera de los Libros. Madrid, 2019. 340 páginas. 21,90 €. Ebook: 9,49 €.

Hay novelas que nacen con la clarísima intención de arrasar entre los lectores, amparadas por tramas que combinan la divulgación histórica y social con aventuras, crímenes y amores imposibles. Es el caso de La maestra, escrita a cuatro manos por Carmen Gurruchaga (San Sebastián, 1955) y Mariló Montero (Estella, 1965): si la primera es autora de una biografía de Rodrigo Rato, de una trilogía de ensayos sobre ETA y de una novela, La prueba (2010), premiada por el Colegio de Abogados, la periodista navarra debuta como narradora con esta obra que recrea la figura de María de Maeztu y su asombrosa vida.

Las primeras ochenta páginas de la novela ofrecen así el relato en primera persona que la propia María realiza de su aventura pedagógica, desde el momento en que, acompañada por Rafaela Ortega y Gasset, está a punto de abrir las puertas de la Residencia de Señoritas en 1915 y comienza a recordar cómo empezó todo, en noviembre de 1902, dando clases a las niñas más desfavorecidas de Bilbao.

Eran, sí, tiempos difíciles para la mujer, sin derecho a voto y castigada por los prejuicios y la incultura, consecuencia, entre otras razones, de un 80 por ciento de analfabetismo. Las autoras recuerdan, a través de Maeztu, cómo Concepción Arenal se vio obligada a cortarse el pelo y a disfrazarse de hombre para poder ingresar como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, con el fin de evitar “rumores y comentarios insoportables”. Con esos antecedentes, la Residencia de Señoritas fue un oasis que cobijó los sueños de mujeres llamadas a cambiar la historia de España, como Clara Campoamor, Victoria Kent, Carmen de Burgos, Isabel Oyarzábal, Rosa Chacel, María Teresa León, Ernestina de Champourcín, Carmen Conde, Maruja Mallo, Ángeles Santos, Zenobia Camprubí o María Zambrano, impulsadas por las conferencias y clases que impartieron allí, entre otras, Marie Curie, María Lejárraga, Concha Méndez o Gabriela Mistral.

Lo que podía haberse quedado en una novela sin ficción da inesperadamente un giro gracias a que algunas alumnas y profesoras de la Residencia (Mikaela Mendizabal, Rocío Alvear, Victorina Durán) se ven enredadas a lo largo de sus páginas en conspiraciones, amoríos y crímenes que permiten al lector recorrer el convulso inicio de siglo español, del Desastre de Annual a la Dictadura de Primo de Rivera, quizá porque, como narran Gurruchaga y Montero, en la segunda mitad de los años 20 “muchas mujeres pegaron una patada a las puertas de su casa para emprender su camino hacia la universidad, hacia la libertad e independencia”.

Los problemas del Lyceum Club, fundado por María de Maeztu en 1926, la proclamación de la Segunda República, la guerra civil, el asesinato del hermano de la protagonista de la novela, Ramiro de Maeztu, y el exilio de la propia María son otros tantos episodios abordados con buen pulso en un relato entretenido que ilumina un periodo decisivo de nuestra historia y reivindica el papel de muchas científicas, políticas y creadoras injustamente postergadas.