La escritora Cristina Morales ha obtenido hoy el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Narrativa correspondiente a 2019, por su obra Lectura fácil. El jurado ha elegido esta novela, galardonada anteriormente con el Premio Herralde, por “tratarse de una propuesta radical y radicalmente original, que no cuenta con una genealogía en la literatura española y que destaca por la recreación de la oralidad, unos personajes extraordinarios y su lectura del contexto político en el que se desarrolla”. El premio, dotado con 20.000 euros, lo concede el Ministerio de Cultura, a propuesta del Jurado, y distingue una obra de un autor español, escrita en cualquiera de las lenguas oficiales y editadas en España durante 2018.

La novela ganadora cuenta la historia de cuatro primas con discapacidad intelectual que viven juntas en un piso tutelado tras haber pasado casi toda su vida en centros especializados y son mujeres que viven libremente y sin complejos todos los aspectos de su vida cotidiana y su sexualidad. "Charneguismo, locuacidad disruptiva, azotainas al progre y al cupaire, sexualidad instintiva descrita con avidez celebratoria… Lectura fácil hace emerger un mundo político que aspira a ser libre, que pocas veces logra serlo, y que cierra 2018 asistiendo a la certeza de nuevas regresiones en el horizonte", valoraba nuestro crítico Nadal Suau en su reseña de la obra. "La escritura de Morales es demoledora, desbordante, y Lectura fácil, un desafío al criterio del ‘gusto’ literario".

"Debemos ser jueces muy críticos de nuestro presente, y lo primero que debemos atacar es la cultura en la que estamos inmersos", afirmaba Morales en una conversación con El Cultural en la que también apuntaba que “atacar el lenguaje es el paso más necesario para la revolución, ya que sabemos que la democracia se legitima por sus discursos y por cómo se trasladan a las leyes. Poner en entredicho esos textos y discursos ataca la piedra angular de la democracia”.

No obstante, a pesar de estos mensajes, la escritora desvinculaba su novela, con alto contenido político, de mayores intenciones que las puramente críticas al asegurar que “no se me pueda exigir como escritora que tenga un programa político de construcción de una utopía. Eso es algo para los líderes de los movimientos políticos o cívicos. Creo que ya es muy valiosa la tarea de diseccionar y de hacer una crítica radical y pormenorizada de los temas que se tocan en la novela, y hacerlo además con el lenguaje de la literatura”. Para ella, “si la novela revela al lector su posición de sumisión o de cómplice silente, el objetivo está cumplido, no era otra mi intención. El objetivo era que la novela fuera un espejo de la miseria cívica y democrática”, explicaba.

Y es que las cuatro protagonistas del libro, son fruto de la visión que Morales tiene de la creación literaria como acto de insurrección ante el statu quo y que explicó así en una entrevista anterior: "No somos inocentes al construir personajes: un personaje varón, blanco, heterosexual, sin ninguna discapacidad física o intelectual, de clase media o alta, de edad comprendida entre los 25 y los 50 años y habitante de una ciudad occidental, ya condiciona los argumentos y los temas que la novela va a abordar. Si, frente a ello, construimos personajes a los que la Tradición Literaria (levantada por varones que comparten las mismas características que aquellos) no ha prestado atención, las vicisitudes a las que se enfrentarán nuestros textos serán muy diferentes".

Además de escritora, Cristina Morales (Granada, 1985) es licenciada en Derecho y Ciencias Políticas y además de novelas ha publicado libros de cuentos como La merienda de las niñas (2008) y Los combatientes (2013), donde narra la historia de una pequeña asamblea de indignados, por el que obtuvo el Premio Injuve. Sus relatos también han aparecido en la colección Nuevos relatos para leer en el autobús (Cuadernos del Vigía, 2009), en las antologías Cuento vivo de Andalucía (Universidad de Guadalajara, México, 2006), Ficción Sur: Antología de cuentistas andaluces (Traspiés, 2008), Pequeñas Resistencias 5. Antología del nuevo cuento español 2001-2010 (Páginas de Espuma, 2010) y Velas al viento. Los microrrelatos de La nave de los locos (Cuadernos del Vigía, 2010).

Entre los numerosos galardones que ha recibido están el primer, segundo y tercer premios en la modalidad de relato breve del diario El Mundo (2001, 2002 y 2003 respectivamente). También en 2002 recibió el primer premio del I Concurso de Escritores Noveles convocado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en la modalidad de relato breve. En 2006, recibe este mismo premio pero en la modalidad de novela corta y el año pasado se convirtió en la ganadora más joven del Premio Herralde con la novela ahora premiada, a la que precedieron otras dos, Malas palabras (2015), una novela sobre Santa Teresa de Jesús, y Terroristas modernos (2017), ambientada a comienzos del siglo XIX. Ambas serán reeditadas próximamente por Anagrama.

El jurado ha estado presidido por la directora general de Industrias Culturales y Cooperación, Adriana Moscoso del Prado Hernández, y la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Begoña Cerro Prada, ha actuado como vicepresidenta. Han actuado como vocales: José María Iturralde Uria, por la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia; Martí Domínguez Romero, por el Instituto de Estudios Catalanes/Institutd'EstudisCatalans; José María Micó, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Noemí González Sabugal, por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE); Ascensión Rivas Hernández, por la Asociación Española de Críticos Literarios; Alfonso Sánchez García, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Marina Sanfilippo, por el  Centro de Estudios de Género de la UNED; Ignacio Echevarría, propuesto por el ministro del Ministerio de Cultura y Deporte; y Almudena Grandes, autora galardonada con este mismo Premio Nacional en 2018.