La escritora Cristina Morales ha ganado este lunes el Premio Herralde convocado por la editorial Anagrama y dotado con 18.000 euros gracias a su novela Lectura fácil. El jurado ha destacado la inteligencia y comicidad de la obra, así como el "hallazgo genial de cuatro voces desternillantes que gozan de la impunidad imprescindible a toda literatura verdadera". Por su parte, ha quedado finalista Alejandra Costamagna con la novela El sistema del tacto.

La novela ganadora cuenta la historia de cuatro primas con discapacidad intelectual que viven juntas en un piso tutelado tras haber pasado casi toda su vida en centros especializados y son mujeres que viven libremente y sin complejos todos los aspectos de su vida cotidiana y su sexualidad. Según la editorial, "este libro es un campo de batalla: contra el machismo imperante, contra la opresión del sistema, contra la injusticia. Pero es también una novela que celebra el cuerpo y la sexualidad, el deseo entre mujeres, la dignidad de quien es señalada con el estigma de la incapacidad intelectual y la capacidad transgresora y revolucionaria del lenguaje. Es

sobre todo un retrato -visceral, vibrante, combativo y en femenino- de la sociedad

contemporánea con la ciudad de Barcelona como escenario".

Las cuatro protagonistas del libro son fruto de la visión que Morales tiene de la creación literaria como acto de insurrección ante el statu quo y que explicó así en su última entrevista en El Cultural: "No somos inocentes al construir personajes: un personaje varón, blanco, heterosexual, sin ninguna discapacidad física o intelectual, de clase media o alta, de edad comprendida entre los 25 y los 50 años y habitante de una ciudad occidental, ya condiciona los argumentos y los temas que la novela va a abordar. Si, frente a ello, construimos personajes a los que la Tradición Literaria (levantada por varones que comparten las mismas características que aquellos) no ha prestado atención, las vicisitudes a las que se enfrentarán nuestros textos serán muy diferentes".

Cristina Morales (Granada, 1985) es licenciada en Derecho y Ciencias Políticas y autora de las novelas Los combatientes (Caballo de Troya, 2013), galardonada con el Premio INJUVE de Narrativa 2012; Malas palabras (Lumen, 2015); y Terroristas modernos (Candaya, 2017). Sus cuentos han aparecido en numerosas antologías y revistas literarias. En 2017 le fue concedida la Beca de escritura Montserrat Roig, en 2015 la de la Fundación Han Nefkens y en 2007 la de la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores. Actualmente es artista residente en la Fábrica de Creación La Caldera (Barcelona) como miembro de la compañía de danza contemporánea Iniciativa Sexual Femenina.

El sistema del tacto, la novela finalista escrita por Alejandra Costamagna, cuenta la historia de Ania, que recibe de su padre la misión de despedir a su agonizante tío Agustín en nombre de la familia. Para hacerlo emprenderá un viaje de mil quinientos kilómetros, que será también una huida del presente y un desplazamiento hacia la memoria.

Alejandra Costamagna (Santiago de Chile, 1970) ha publicado las novelas En voz baja (1996, Premio Juegos Literarios Gabriela Mistral), Ciudadano en retiro (1998), Cansado ya del sol (2003) y Dile que no estoy (2007, finalista del Premio Planeta-Casa de América y Premio del Círculo de Críticos de Arte), el cuento largo Naturalezas muertas (2010), los libros de cuentos Malas noches (2000), Últimos fuegos (2005, Premio Altazor), Animales domésticos (2011), Había una vez un pájaro (2013) e Imposible salir de la Tierra (2016) y el libro de crónicas y ensayos Cruce de peatones (2012). Ha escrito para las revistas Gatopardo, Letras Libres y El Malpensante, entre otros medios. En 2003 obtuvo la beca del International Writing Program de la Universidad de Iowa, Estados Unidos. En 2008 recibió en Alemania el Premio Anna Seghers de

Literatura.

A esta 36.ª edición del Premio Herralde de Novela se han presentado 445 obras. Han formado parte del jurado la editora Silvia Sesé, los escritores Gonzalo Pontón Gijón, Marta San, Juan Pablo Villalobos y el librero Rafael Arias, de Letras Corsarias, en Salamanca. Entre las siete novelas consideradas por el jurado en la última fase también figuraban Cristatus, de Cor Hilkema (seudónimo), Argentina; Degenerado, de Ariana Harwicz, Argentina; Los hombres más altos, de Fabián Martínez Siccardi, Argentina; Trayectoria, de Silván Salas (seudónimo), España; y Una casa con jardín, de Itzel Guevara, México.