Andrés Neuman. Foto: Antonio M. Xoubanova

Edición de Andrés Neuman. Páginas de Espuma. Madrid, 2010. 512 páginas, 29 euros.



En el año 2010 aparecieron dos importantes antologías de cuentos españoles: Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual, preparada por G. Pellicer y F. Valls (Ed. Menoscuarto), y el quinto volumen de Pequeñas resistencias, a cargo de Andrés Neuman, que coincide con los diez años de andadura editorial de Páginas de Espuma. La lectura de ambas confirma el auge que el cuento está viviendo en la literatura española de nuestros días, desde la última década del siglo XX, representada en el volumen inaugural de Pequeñas resistencias (2002), hasta la primera del XXI, de la que se ocupa esta quinta entrega, en la cual se incluyen cuentistas nacidos a partir de 1960 (como en el volumen primero) que dieron a conocer sus primeros libros de relatos entre los años 2001 y 2010.



El esplendor del cuento español en la actualidad, tanto en su relevancia en el sistema literario como en la elevada calidad media y la cantidad de libros de relatos que se publican, se debe a múltiples factores. Entre los más importantes hay que destacar la labor de algunos escritores de generaciones anteriores, como José María Merino, Luis Mateo Díez, Cristina Fernández Cubas y otros que, en los años ochenta, llevaron a cabo una consciente defensa y cultivo del cuento que acabaría por liberarlo de su consideración como género menor, como así lo entienden ya las promociones jóvenes de cuentistas incluidos en las dos citadas antologías. Aquello fue el caldo de cultivo que luego se vería enriquecido por la conjunción de diversos factores que han propiciado la creación, difusión y lectura de cuentos en los últimos lustros, como, por citar los más influyentes, el prestigio de editoriales especializadas (Menoscuarto, Páginas de Espuma), el crédito ganado por algunos premios literarios (Setenil, NH Vargas Llosa), la proliferación de talleres literarios, las enormes posibilidades ofrecidas por los blogs, webs e Internet en general y la atención prestada por algunos estudiosos, entre los que destacan los autores de estas dos antologías, que, por cierto, coinciden en la elección de 22 autores de los 35 incluidos en la de Pellicer-Valls y los 40 seleccionados por Neuman.



Dicha coincidencia se produce con frecuencia en autores de más edad, como Sáez de Ibarra, Cristina Grande, Manuel Moyano o P. A. Escapa, y también, aunque algo menos, en los más jóvenes, representados por Matías Candeira, Daniel Gascón o Elvira Navarro. Pero se ha evitado siempre coincidir en la selección del relato.



Esta antología de Neuman comienza con un inteligente prólogo de Eloy Tizón, cuentista no incluido en el quinto volumen por estar ya en el primero, y una introducción del propio Neuman, en la cual explica los criterios de selección de autores y textos, todos procedentes de libros de cuentos publicados entre 2001 y 2010. El corpus de la antología está formado por 40 relatos de otros tantos autores, de todas las edades comprendidas entre la de Germán Sierra (1960), el mayor, y C. García Morales (1985), la más joven, y de una gran variedad temática y formal, desde el realismo depurado en la visión crítica de las relaciones de pareja (Berta Marsé, M. Moyano) y el tratamiento de lo literario en homenaje a los grandes maestros del género (M. Á. Muñoz) hasta la inmersión en lo fantástico e incluso en lo surrealista (Muñoz Rengel, J. C. Márquez), pasando por situaciones de pesadilla crecidas en soledad (Sáez de Ibarra, C. Cerrada) y experimentos formales de varia índole (V. L. Mora, Jon Bilbao), entre otras manifestaciones.



El libro se completa con varios apéndices de notable riqueza por la información que aportan. En primer lugar figuran las respuestas de todos los autores a un cuestionario de seis preguntas sobre el cuento. Y al final, las "Pequeñas biografías" de todos ellos, con su bibliografía. Por todo ello esta antología resulta del máximo interés y utilidad. Porque los textos elegidos ofrecen un amplio abanico de la espléndida diversidad del cuento en la literatura española actual y de sus transformaciones en las últimas décadas, como la hibridación de géneros, la mayor presencia de lo fantástico, el descrédito de las historias cerradas y los finales efectistas, la primacía de los detalles sobre los argumentos, la fragmentación y la elipsis, y el predominio de lo urbano, manteniéndose como aspiraciones irrenunciables la tensión y la intensidad y el arte de sugerir, que, como dice Tizón, hace que "ningún cuento está completo si no le falta algo".