El Cultural

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Letras

Entre el imperio y la globalización. Historia económica de la España contemporánea

13 febrero, 2019 12:32

Crítica. Barcelona, 2018. 512 páginas. 27,90 €. Ebook: 14,99 €

Albert Carreras (1955) y Xavier Tafunell (1956), profesores de Historia Económica en la Universidad Pompeu Fabra, son autores de una obra encomiable, Estadísticas Históricas de España: siglos XIX y XX (2005), de común uso por quienes investigan la evolución de nuestra economía a largo plazo. También elaboraron una explicación propia y articulada de la evolución de la economía española durante los siglos XIX y XX en su Historia económica de la España contemporánea, cuyas dos ediciones (2003 y 2010) han servido de manual a muchos estudiantes.

La presente edición contiene modificaciones importantes respecto a las anteriores; entre otras, el del título, relegado a subtítulo y sustituido por un lema que recoge una conclusión del libro: España, y su economía, dejó de ser cabeza del imperio hispanoamericano, a finales del XVIII y comienzos del XIX, para convertirse en componente periférico de un nuevo centro, cabe pensar que europeo. El argumento subyacente es que la desaparición de aquel mundo condicionó la difícil adaptación de la economía española a un mercado abierto. Recuerdo una conferencia de José Luis Sampedro en la cual negaba que la transformación histórica de España fuese un simple caso de modernización de una sociedad atrasada. Años después, en De Imperio a naciónLeandro Prados de la Escosura desarrolló esta misma proposición, ahora compartida por Carreras y Tafunell, quienes reconocen, en el prólogo, la influencia de las investigaciones de dicho autor. Uno de los muchos méritos de la presente obra es el de incorporar valiosas y recientes aportaciones de otros historiadores económicos. Los dos apéndices estadísticos contribuyen a aumentar su calidad.

Carreras y Tafunell abordan una interpretación que facilita la comparación con otras economías

Carreras y Tafunell abordan una interpretación que facilita la comparación con otras economías, por medio de la selección de variables (Producto y Renta, población, formación de capital, dinero, interés, precios) y la sincronía de cambios (sectoriales, distributivos, espaciales), sobre el relato histórico singular. Ello resulta particularmente visible en los cuatro últimos capítulos -más de la tercera parte del libro- sobre la transición a la democracia y la crisis de 1973 a 1985, España en Europa entre 1986 y 1998, y en la eurozona de 1999 a 2017, junto al balance final de dos siglos, y un epílogo, donde se enfatizan el grado de productividad, desigualdad, bienestar y convergencia alcanzados. Si se añaden a estos los tres capítulos dedicados a la economía del franquismo, tenemos más de la mitad de la obra, en mi opinión, la más lograda. 

Menos conseguida me parece la interrelación entre determinados procesos de naturaleza fiscal y financiera en el período 1850-1936. Sirvan algunos ejemplos: la conversión de deuda pública de Fernández Villaverde, en 1900, no se comprende sin la previa de Camacho, en 1882, que implicó el pago en oro de su servicio en el extranjero, y la huida de capitales españoles temerosos del curso forzoso del papel moneda, lo cual impidió la adopción del patrón oro. Fernández Villaverde y sus sucesores en el Gobierno lo intentarían en los dos primeros decenios del Novecientos, pero los aranceles proteccionistas de Salvador en 1906 y de Cambó en 1922 contribuyeron a impedirlo. En 1874, el peligro de suspensión de pagos internacional del Tesoro había condicionado el monopolio de emisión al Banco de España, posterior al del Banco de Francia. La apertura de sucursales del Banco de España en las provincias fue muy tardía, comparada con aquella nación o Inglaterra, y nada impidió a la banca comercial abrir las suyas propias, como ocurrió en Francia en los años 60 del XIX, y como harían los grandes bancos españoles creados a partir de 1900, compitiendo con el emisor en la extensión de crédito comercial. Probablemente algunos de tales hechos resultan congruentes con la divergencia económica de España en el primer tercio del siglo XX, a la cual apuntan los autores de este libro, cuyo balance final es muy positivo.