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Letras

Guillermo Martínez, Premio Nadal 2019

6 enero, 2019 01:00

Una noche como hoy hace 75 años, Carmen Laforet inauguraba con su novela Nada el palmarés del que en la actualidad es el galardón literario más antiguo de nuestro país. Un Premio Nadal que, una vez más, se ha fallado en el Día de Reyes tras la tradicional cena organizada por la Editorial Destino en el Hotel Palace de Barcelona, que este año ha dejado una sorpresa poco habitual. En las siete décadas y media de antigüedad del galardón, éste sólo había sido concedido a cuatro escritores latinoamericanos. El quinto es el ganador de esta 75ª edición, el escritor argentino Guillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962) que ha resultado vencedor por su novela Los crímenes de Alicia, una historia de corte policiaco ambientada en Oxford que investiga varios asesinatos relacionados con el universo creado por el célebre escritor y matemático inglés Lewis Carroll. Martínez se embolsará 18.000 euros y contará con el privilegio de engrosar una lista de premiados entre los que se encuentran autores de la talla de la propia Laforet, Miguel Delibes, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio o Ana María Matute.

Presentada originalmente bajo el título Los papeles de Guildford y firmada con el pseudónimo de G., la novela galardonada nos transporta de nuevo al Oxford del profesor de Lógica Arthur Seldom, protagonista de la exitosa novela de Martínez Los crímenes de Oxford, por la que obtuvo el Premio Planeta Argentina 2003 y que fue llevada al cine con título homónimo en 2008 por Álex de la Iglesia con un reparto encabezado por los actores John Hurt, Elijah Wood y Leonor Watling. En esta ocasión, la ciudad oxoniense está sufriendo una ola de crímenes centrados en el seno de la Hermandad Lewis Carroll, a la que pertenece el profesor Seldom, que deberá sumergirse, con ayuda de su fiel alumno argentino Guillermo, en los símbolos presentes en el universo de Alicia creado por el escritor y matemático inglés en las dos novelas Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, para detener al responsable.

La pareja protagonista "discute a lo largo de la novela de lógica, de filosofía y de las muchas facetas de la controvertida vida de Carroll", en una estrategia que podría recordar, según el propio autor, al Borges de La muerte y la brújula. La idea inicial de la novela, según Martínez, tuvo que ver con "un hecho real que descubrí escribiendo un artículo biográfico de Lewis Carroll: el descubrimiento de unas páginas arrancadas de sus diarios y el hallazgo del contenido de una de esas páginas". Un contenido que el asesino quiere mantener oculto a toda costa mientras los crímenes se van sucediendo. El escritor ha confesado también que uno de sus propósitos en Los crímenes de Alicia, era emular el Pierre Menard, autor del Quijote de Borges, quien imagina a un personaje que se propone reescribir el Quijote línea a línea. "Yo quise con esta novela hacer una operación similar, que es la que aparece en un segundo nivel".

Como afirma uno de los personajes de otra de sus novelas, La muerte lenta de Luciana B., para Martínez, lo que cuenta en una novela policiaca no son los crímenes, sino las conjeturas. "El género impone desde el principio al lector la obligación de concebir sus propias conjeturas, de leer entrelíneas, muchas veces yendo en contra de lo dicho en el texto". Asentado en la tradición de Borges, del que es apasionado confeso o del Umberto Eco de El nombre de la rosa, novela próxima a cumplir los 40 años, el relato de Martínez, que será publicado por Destino el 5 de febrero, deja de lado en esta ocasión las complicadas secuencias matemáticas protagonistas del anterior relato, como el teorema de Gödel o las prácticas de las sectas matemáticas de la antigüedad, para presentar como eje del misterio enigmas literarios.

Un cuentista precoz

Licenciado en Matemáticas por la Universidad Nacional del Sur en 1984, Martínez se doctoró en Buenos Aires en Lógica en 1992 y posteriormente completó estudios posdoctorales en Oxford, lo que dota a esta novela, al igual que a Los crímenes de Oxford, de cierto componente autobiográfico. Su primer libro de cuentos, La jungla sin bestias, escrito en la adolescencia, obtuvo el Premio Roberto Arlt en categoría juvenil, y el primer premio en cuento en la I Bienal de Arte Joven (ex aequo) en 1985. En 1989 publicó Infierno grande, con el que ganó el premio del Fondo Nacional de Artes de Argentina.

Además de las novelas citadas, de entre la obra de Martínez cabe destacar títulos como Acerca de Roderer, La mujer del maestro o Yo también tuve una novia bisexual, además los ensayos Borges y la matemática, La fórmula de la inmortalidad, Gödel para todos y La razón literaria, y el libro de cuentos Una felicidad repulsiva, Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. En la actualidad, además de escritor es colaborador habitual de los principales diarios y suplementos argentinos, La Nación, Clarín y Página 12, donde publica artículos, cuentos y reseñas en los diarios.

Martínez releva en el pódium del premio decano de las letras españolas al escritor catalán Alejandro Palomas, galardonado en la 74ª edición por su obra Un amor, una indagación en esas pequeñas emociones que componen nuestra vida en la que retoma la peculiar familia protagonista de sus anteriores narraciones. Este año el jurado, formado por Alicia Giménez-Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello y Emili Rosales, ha tenido que escoger el texto premiado de entre 343 novelas originales procedentes en buena medida de España, pero especialmente este año del extranjero, de países como como Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Canadá, Chile, Cuba, Estados Unidos, Francia, Reino Unido o Uruguay. En cuanto a la temática, se mantiene la habitual riqueza de registros, pues los textos oscilan desde la novela social, reflejo de esta época convulsa, hasta obras sobre conflictos personales y familiares, pero también las hay policíacas, de intriga o históricas.

51° Premio Josep Pla

Durante la velada también se ha dado a conocer el ganador de la 51ª edición del Premio Josep Pla de prosa en lengua catalana, que ha recaído en el escritor y dramaturgo Marc Artigau por su novela La vigília, protagonizada por Raimon, un hombre que recibe el encargo de una mujer mayor de escribir su biografía. Artigau, autor a cuatro manos junto con el periodista radiofónico Jordi Basté de dos novelas (Un home cau y Els coloms de la Boqueria), sitúa a su protagonista como escritor de cuentos en la radio, que vive con un hermano, que quedó trastocado por un accidente en su infancia. El jurado de este premio, dotado con 6.000 euros, lo han conformado, como es habitual, Genís Sinca, Rosa Cabré, Antoni Pladevall, Àlex Susanna y Glòria Gasch, y el año pasado fue a parar a manos del periodista Antoni Bassas (Barcelona, 1961) por su libro de crónica periodística Bon dia, són les vuit, unas memorias que recogen sus años como presentador del programa estrella de la emisora Catalunya Ràdio, el histórico El Matí de Catalunya Ràdio, que mantuvo 14 años consecutivos (1995-2008) de liderazgo de audiencia en Cataluña, con puntas de casi medio millón de oyentes diarios.

Además, la editorial Destino ha aprovechado la efeméride del galardón para publicar junto a Booket 4 de los títulos más emblemáticos de la historia del premio: la citada Nada, de Carmen Laforet, La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes; Entre visillos, de Carmen Martín Gaite; y La soledad era esto de Juan José Millás.