Image: Qué mundo tan maravilloso

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Letras

Qué mundo tan maravilloso

Lola López Mondéjar

14 septiembre, 2018 02:00

Lola López Mondéjar. Foto: Isabel Wagemann

Páginas de Espuma. Madrid, 2018. 192 páginas. 17 €. Ebook: 5,99 €

Una mirada interesante y lúcida la de esta psicoanalista y escritora, Lola Mondéjar (Murcia, 1958), autora de ensayos, novelas (Cada noche, cada noche, 2016, la última) y libros de relatos (el primero El pensamiento mudo de los peces, 2008) que dejan a los lectores suspendidos de su capacidad para diseccionar aspectos callados de la condición humana y fabular con ellos desde un estilo culto y pulcro, afianzado en una experiencia narrativa aplaudida por la mirada de los muchos lectores seducidos con su creación. Advirtamos, de entrada, que no defraudará este nuevo volumen de relatos, ambicioso y audaz por la peculiar manera de estructurar el conjunto y de establecer un sutil diálogo entre el hombre, la naturaleza y el tiempo.

Ambicioso y audaz, este volumen de relatos no defrauda con su sutil diálogo entre hombre, naturaleza y tiempo

Empecemos por este último: el eje temporal por el que discurren las historias va del presente a un futuro indeterminado y lejano, pero imaginable, consecuencia del tiempo que habitamos. Así, los ocho primeros relatos se centran en la situación de un personaje, que arrastra una historia siempre frenada por vanidades, impotencias, miedos… El primero, el más extenso y complejo ("Si empezásemos a pensar con el corazón") desarrolla esa idea, y el resto ofrece diferentes variaciones, cada una limpiamente articulada sobre una tensión interior no resuelta. El motivo recurrente, en cada caso, es un viaje por uno de esos lugares "maravillosos" repartidos por el mundo (Panamá, París, Ecuador, África), siempre destacando la naturaleza deslumbrante (el Amazonas, el valle de Antequera, el archipiélago de San Blas), ancestral a veces, desnuda de artificios, intimidando a los humanos que asisten a ella con sensación de hallar la esencia de lo único que importa, y de perder, frente a ella, la protección de su marco cotidiano saturado de crisis, ansiedades, contrariedades y egoísmos que impiden ver más allá de uno mismo.

De esta confrontación surge la tensión narrativa que marca el ritmo de esta primera parte del volumen, "Estos mundos", afianzada en el presente. La segunda, "Mundos futuros" (formada por "Pipa", "Apoptosis" y "Sacrificio"), da un gran salto hacia un tiempo indeterminado, como una contundente advertencia en forma de historias distópicas, quizá esperables, aunque nada deseables. Con ellas la intención de la autora amplía significado. Así, el título que figura en la portada, Qué mundo tan maravilloso, parece elogiar y lamentar, con ironía, la intervención humana sobre este mundo. Porque la amenaza no está sino en nuestra mezquina manera de no disfrutar de lo que nos ofrece, parece argüir. Hagámoslo fácil, concluye el lector, admirado de que tal sugerencia venga servida con la baza de quien sabe administrar los grandes recursos de la buena literatura.