Image: Juan Pedro Cosano: sobrepasar al abogado

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Letras

Juan Pedro Cosano: sobrepasar al abogado

15 agosto, 2017 02:00

Juan Pedro Cosano

Juan Pedro Cosano, apasionado de su Jerez, ha sido abogado de varios de los casos más mediáticos de los últimos años. Sin abandonar del todo la ciudad natal en sus argumentos, ha creado un personaje, el abogado de pobres, a través del cual entendemos la evolución en su escritura. A pesar de la retroalimentación entre la abogacía y la Literatura, escribe por huir de la árida prosa jurídica.

Entre la campiña y las cepas, entre la bodega y el motero, entre Roma y Tartessos hay un puerto sin mar. Una ciudad donde cohabitan apellidos extranjeros, pecosos, junto a canasteras que cantan por alegrías desde que se tiene memoria. Jerez de la Frontera. Ciudad interior, alegre, de plazas anchas y antiguas, de rotondas y bullicio. Ciudad interior con alma de puerto donde llega el eco del Atlántico, pero ciudad elegante que pasea de domingo por la Calle Larga. Jerez de la Frontera. Ciudad donde el coñac se disfraza de noviembre para no infundir sospechas, donde los caballos bailan por Falla, donde se manufacturan flamencos y señoritos. Barrio de Santiago de la Lola Flores de España, con los gitanos soñando ritmos en la fragua. Jerez: "¿Quién te vio y no te recuerda? /Dejadla lejos del mar,/sin peines para sus crenchas" (Lorca). Jerez se vive en una ristra de tópicos inabarcables que forman parte de la idiosincrasia más genuinamente andaluza. Y es aquí, en estas calles historiadas, donde un abogado, casi una fuerza viva de la localidad, viene desde hace un tiempo novelando sus cuatro esquinas cotidianas: en este siglo o en el XVIII. Juan Pedro Cosano, nacido en el 60, es leguleyo de vocación y oficio. Bien es cierto que las aspiraciones literarias no siempre han encontrado acomodo en la carrera judicial, pues la Filología no es arma cargada de futuro; también es cierto que las estadísticas nos dan por contraste un gran número de abogados que escriben frente a otras disciplinas como la Veterinaria o la Astrofísica, que arrojan menos narradores. Sabemos, incluso, que hay un Premio "Abogados" de Novela que ganó el perfilado Cosano. Pero lo que nos importa de JPC, aparte sus novelas, es el día a día con el que se sale de horma como escritor, como abogado y como convencido prócer jerezano. Con fina estampa de 'cantaor' fino.

Decir 'juampedro' por Jerez

Tiene Juan Pedro Cosano (decir 'juampedro' es decir Jerez) una vena grafómana y cierta facilidad -como buena novia- cuando se pone a escribir a la sombra del Código Civil, del Fuero Viejo de Castilla y de algo de Hegel. Cosano igual se inventa un abogado que desface entuertos en el Jerez dieciochesco, que acude a una tertulia televisiva o se le ve brindar en la Feria del Caballo: puede que hasta en el mismo día y con un traje claro. Es un hombre plural y renacentista dentro de los márgenes de su bufete, con una sana preocupación por España como sujeto literario (Hispania, 2003), y una teoría moral del Derecho que intenta compartir en sus creaciones. ("Escribo desde que tengo memoria. Primero, poemitas, como todos: una vía de escape para el hervidero de las sensaciones y las pasiones. Y luego, algo más talludito, narrativa. Hispania, una novela ambientada en el siglo I a. de C., con la acción discurriendo en Gades, fue mi primera novela. La escribí en 1987 y la autopubliqué en 2003. Aún me la siguen pidiendo"). Cosano no agota Jerez, sino la ciudad le alimenta y él la alimenta. Para qué inventar otras cartografías si a partir de su terruño la Literatura le viene dada.

Casos de renombre

Un escritor vocacional, de método y persistencia, no vendría a salirse tanto de horma si un abogado no asumiera tantas vidas ajenas. En el caso de Cosano, su actividad como defensor abarca casos de sumarios voluminosos, brillo mediático y complejidad en todos los frentes: la pieza jerezana de la Gürtel o los ERE por dar unas pinceladas. También hay una vertiente humanista del abogado, y en Jerez lo recuerdan y medio lo bendicen como asesor de Francisco Holgado: el famoso "Padre Coraje" de los cantares, el heroísmo y la crónica negra.

Literatura, abogacía y alopecia

No es raro que las niñas quieran ser princesas y los abogados escritores y por eso el escape de horma de Juan Pedro Cosano se comprende por un CV profesional que es un catálogo de vivencias. Él, en todo caso, arguye socarrón que eso de escribir, "de la pasión literaria, es como la alopecia"; por "la genética" y por lo inevitable. ("Escribo hasta en el móvil. No es infrecuente que vaya caminando (soy peatón por convicción) y me pare para escribir una frase. Y en la mesilla de noche tengo siempre boli y libreta"). Sobre si la abogacía y el escribir se complementan, él sostiene que "la abogacía es conjugación casi irrepetible de vocación y don, de idealismo y sentido proverbialmente pragmático". Y aunque con pesar admite que "ya el abogado no es el "letrado" de antaño (hoy te encuentras faltas de ortografía en cualquier escrito forense y el lenguaje de los jueces en las sentencias debería estar penado con cárcel)", la Literatura "es un terreno cercano".

Su abogado de pobres

Pedro Alemán y Camacho, su principal criatura, su abogado de pobres de mediados del XVIII es una creación fieramente humana. Un letrado con principios que asesoraba a los menos pudientes, sí, pero un abogado con todos los temores y todas las debilidades posibles en un oficio que, como el Tenorio, baja a las cabañas y sube a los palacios como razón de ser. Anótese que aquí que el abogado de pobres le ha dado para una trilogía (El abogado de pobres, Llamé al cielo y no me oyó, y Las monedas de los 24). Y entremedias, La fuente de oro, un novelón sobre el Jerez señoritingo en los años 30 donde abandona cualquier mención a la abogacía y ya nos sale por otros derroteros y otras hormas argumentales.

La inspiración del probo abogado

Como a todos los que ya vienen procesionando en esta sección del #Fueradehorma, a Cosano le preguntamos por el método: "Habitualmente, escribo en el ordenador, sin metas y sin pasarme minutos mirando la pantalla en blanco. Si las musas no llegan, que les den por saco y a otra cosa. Hay días que escribo cinco mil palabras y días en que no escribo ni una puñetera línea. No soy nada disciplinado. Pero es verdad que cuando estoy enfrascado en una novela, pienso en ella constantemente aunque no escriba." Promete una novela sobre la televisión. Radicalmente en tiempo presente, con su tantito de crítica social. Otras hormas creativas en las que se tienta. @JesusNJurado