Umberto Eco.

El escritor, filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco ha fallecido este viernes en Milán a los 84 años, según comunicó su familia al diario La repubblica. Nacido en 1932 en Alessandria (Italia) Eco se dio a conocer al gran público con su thriller histórico El nombre de la rosa (1980), que contaba la investigación de una serie de asesinatos en una abadía medieval y cuya adaptación cinematográfica, dirigida por Jean-Jacques Annaud y protagonizada por Sean Connery, tuvo una gran repercusión. También es el autor de otra novela imprescindible, El péndulo de Foucault (1988).

En el año 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, era doctor honoris causa por varias universidades de diferentes países, recibió varias medallas al mérito en la cultura y el arte tanto en Italia, como en Francia y Alemania y fue miembro honorario de diversas instituciones, como la de Academia de Ciencias de Bolonia, la Academia Europea de Yuste, la Academia Americana de las Artes y las Ciencias o la Real Academia de Bélgica.

Eco era capaz de construir novelas de alta calidad literaria que alcanzaban con facilidad el estatus de best-sellers. Entre ellas figuran, además de El nombre de la rosa y El péndulo de Foucault, La isla del día de antes, Baudolino, La misteriosa llama de la Reina Loana y El cementerio de Praga. Pero, como contó en Confesiones de un joven novelista, Eco llegó al género de la novela cuando ya era un consumado ensayista. Escribió decenas de ellos: de historia, filosofía, literatura y semiótica, como Kant y el ornitorrinco, Sobre literatura, Historia de la fealdad, Decir casi lo mismo. La traducción como experiencia, El vértigo de las listas y Nadie acabará con los libros, entre muchos otros. Incluso enseñó a muchos estudiantes universitarios Cómo se hace una tesis.

En Confesiones de un joven novelista, Eco explicó también cómo preparaba cada una de sus novelas antes de ponerse a escribir, cómo creaba sus personajes y la realidad que los rodea y de la buscada ambigüedad en que el escritor se mantenía a veces para que sus lectores se sientan libres de seguir su propio camino en la interpretación de un texto.

Su última obra fue Número Cero, una novela en la que sondeó la cara oscura del periodismo y la manipulación informativa, otro de los temas que le interesaron a lo largo de toda su carrera. Escribe Eco en el libro: "Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder el tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores".

La cita anterior sintetiza el carácter humanista de un autor que contagiaba a sus lectores su enorme pasión por el conocimiento y que era considerado un "hombre del Renacimiento", aunque él mismo negaba este atributo con ironía en su perfil de Twitter. Su último trino en esta red social, publicado hace tres meses, vaticinaba "un retorno al papel, el periódico no desaparecerá, al menos en los años que se me permita vivir".