El editor Josep Janés. Foto: Archivo

En una región de amplia tradición editorial como lo es Cataluña, el nombre de José Janés (1913-1959) ha quedado ligado a la agitación cultural en el sector durante la posguerra. Hoy se cumplen cien años del nacimiento de este Barcelonés de Collblanc que desde temprano comenzó a publicar libros, pues también fue poeta. A los 22 años ya había fundado un sello, La rosa dels vents, que editó a un gran número de autores catalanes, como Salvador Espriu, Martí de Rique y Raimon Casellas, y extranjeros, tales como Joseph Conrad, Oscar Wilde, Virginia Wolf, Stevenson, Huxley, Hemingway...

Comprometido con la causa republicana, ya que durante la guerra civil preparó desde la Generalitat publicaciones destinadas a los soldados del frente, se exilió en enero de 1939 aunque sólo fue por unas semanas, pues Eugenio d'Ors intercedió por él. De vuelta a Barcelona, pese a las dificultades que tenía por "desafecto", "nacionalista" y "republicano", Janés se empeñó en crear una editorial, y, gracias al dinero obtenido de los regalos de su boda, lo logró en 1941.

En sus catálogos figuraron Leopardi, Tolstoi, William Saroyan, Thomas Mann, Marcel Proust, Rudyard Kipling, Maurice Baring, François Mauriac, Chesterton, Stefan Zweig, Mika Waltari, Giovanni Papini, Lajos Zilahy, Somerset Maugham, André Maurois, H. G. Wells, Luigi Pirandello, John Dos Passos y un largo etcétera que incluye también a Cela y a Juan Ramón Jiménez. De sí mismo decía que era un "hombre de letras, pero de letras de cambio".

A pesar de las dificultades económicas, nunca dejó de publicar, bajo la premisa de "un afán de constante superación y un decidido empeño en que el lector español esté siempre à la page en todo cuanto concierne a las inquietudes literarias de estos días nuestros". Entre sus méritos, la publicación de las colecciones Maestros de Hoy, Los Premios Goncourt de Novela y Los Premios Pulitzer de Literatura, así como la reanudación de otra de las que consiguieron un mayor prestigio, Los Escritores de Ahora. Murió en 1959, en un accidente de coche en Santa Margarida i els Monjos, con apenas 48 años. Su editorial la compró Germán Plaza, que lanzó a partir de entonces la marca literaria Plaza y Janés. Cuando se cumple el centenario de su nacimiento, su hija, la poeta Clara Janés, le recuerda con este bello poema que escribió en su memoria.

BRANCAS D'OLIVERA

In perpetuam memoriam

Se cierne el ocaso
sobre el laberinto terrestre
y, en tanto la sombra
se confabula
con la noche del alma,
destella una estela
en el aire y enuncia:
el acto supera al destino
pues le da forma.

En lo más oscuro apareces,
oh plateado olivo agonizante,
con dos ramas nuevas
de vigorosas hojas:
la voluntad de vida
y de palabra.

Así él, en su silencio,
miraba el mar,
enarbolando las aéreas ramas
como una puerta
que se abre inesperada
sobre el mundo confuso
y aquél ya sumergido
bajo el agua.