Image: Últimos poemas de los últimos poetas

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Letras

Últimos poemas de los últimos poetas

Celebramos el Día Mundial de la Poesía con inéditos de Mercedes Castro, Ana Merino, Julio Mas Alcaraz, Luna Miguel, Martín López-Vega, Agustín Fernández Mallo, Pablo Fidalgo...

21 marzo, 2012 01:00

Instalación de sombras 'One Day Poem Pavillion' del diseñador Jiyeon Song


Decía García Lorca que "la poesía no quiere adeptos, quiere amantes", y para ellos, y para todos los que aún no lo sois, van estos versos inéditos en el Día Mundial de la Poesía que se celebra hoy, 21 de marzo.

Diez de los más interesantes poetas jóvenes españoles (Agustín Fernández Mallo, Luna Miguel, Pablo Fidalgo, Ana Merino, Martín López-Vega, Julio Mas, Mercedes Castro, Ana Pérez Cañamares, Pilar Adón y Unai Velasco) nos regalan sus últimísimos poemas, sabiendo, como cantó el clásico, que "la poesía le da a la humanidad lo que la historia le niega"



Mercedes Castro

Mercedes Castro Díaz (Ferrol, A Coruña, 1972) publicó en 2001 el poemario La niña en rebajas y tres años después la primera edición bilingüe castellano-gallego de la Antología poética de Rosalía de Castro (2004). Su primera novela, Y punto (Alfaguaram 2008) fue distinguida como mejor ópera prima en castellano por el Festival de Chambéry (Francia). En 2010 publicó en la misma editorial Mantis, una absorbente obra de intriga psicológica.

QUERIDO
Querido,
no es que estuviera
dormida.

Es que necesitaba
despertar.

APRENDIZAJE FORZOSO
Cuando era más pequeña
todo iba bien,
o al menos eso parecía
según mis recuerdos.

En días como hoy
me pregunto
para qué coño habré crecido.


Ana Merino

Ana Merino (Madrid, 1971) es profesora de escritura creativa y estudios hispánicos en la Universidad de Iowa (Estados Unidos). Ha publicado cinco libros de poesía, Preparativos para un viaje (Rialp, 1995), Los días gemelos (Visor, 1997), La voz de los relojes (Visor 2000), Juegos de niños (Visor, 2003), Compañera de celda (Visor, 2006) y Curación, (Visor, 2010). Ha ganado los premios Adonais y Fray Luis de León de poesía, y el premio Diario de Avisos por sus artículos sobre cómics para la revista literaria "Leer".

EPIFANÍA QUE DUELE
El día se ha filtrado
debajo de mis uñas,
qué extraña efervescencia
la de la luz en mis dedos
aderezada por un cosquilleo
de sangre perezosa,
esa respiración parecida al pensamiento,
ese querer estar viva
para poder contarlo,
y que vuelvan a su lugar
los propósitos soñados,
y el deseo ambiguo
de las insatisfacciones más leves.
Poner el paladar en su lugar,
que no se escape el aire,
ni la lengua se ahogue
en la saliva seca
de una intuición asustadiza.
Un instante luminoso,
un mal presentimiento
parecido a un olvido que empalaga
y va arrastrando flecos
por un laberinto
de palabras perdidas.
Epifanía que duele
como un mordisco gris
debajo de los párpados,
fogonazo en la sombra
del vértigo enhebrado
en una aguja gruesa
que se adentra en los ojos
y deshace el umbral del sentimiento.


Julio Mas Alcaraz

Julio Mas Alcaraz (Madrid, 1970) es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y MBA. Su primer poemario fue Cría del ser humano (2005). Como traductor ha publicado La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola. Antología de poesía norteamericana contemporánea (2007), Vive o muere (2008), de Anne Sexton, y El juramento de la pista de frontón, de John Ashbery (2010). Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas y aparecen en diversos libros colectivos y antologías. Su último poemario es El niño que bebió agua de brújula (Calambur, 2011)

A Miguel y su niñez por cumplir
La realidad de los destinos imaginados con la misma inmediatez con la que nos separamos de la infancia. Cuando los cuadros de las rayuelas se movían hacia nuestros pies sin que nos diéramos cuenta. Acercarse a los miedos y sentarse en una silla ante la montaña. Una dificultad similar a la que encontraban en la antigüedad los dibujantes de mapas. Espérame en las huellas que dejarás en el futuro. En ese futuro los sueños no serán sólo aquello que perdimos. Soñar. Soñar el primer abrazo del soldado a su hijo cuando ha terminado la guerra.


Luna Miguel

Luna Miguel (Alcalá de Henares, Madrid, 1990) ha publicado los poemarios Estar enfermo (La Bella Varsovia, 2010), Poetry is not dead (DVD Ediciones, 2010) y Pensamientos estériles (El Cangrejo Pistolero, 2011); así como el relato Exhumación (Alpha Decay, 2010), escrito junto con Antonio J. Rodríguez. Es editora de la antología de joven poesía española Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011) y de VOMIT (El Gaviero Ediciones, 2012) centrada en poetas norteamericanos. Actualmente ultima Sailor's Grave, su cuarto libro de poemas y traduce, junto con Laura Rosal, Una temporada en el infierno, de Arthur Rimbaud (El Cangrejo Pistolero, 2012).

De Los estómagos (inédito)
HILOS DE SANGRE
Pensemos en un hospital lleno de gatos
pensemos, los huesos se comen a los huesos,
las uñas son un gesto
el esqueleto felino
su olor
pensemos en gaviotas y en carroña
en ese color que maúlla
en ese color
como aquel momento sólo como aquel momento
en que las ratas se esconden
miau
miau
se esconden porque el cielo habla de tormentas
o ese momento exacto en que hasta el sol se
marcha y el cielo suena vacío revolviendo la mañana
para que caigan sucios sus copos
ese aquel ese aquel miau ese
pensemos quimioterapias y pulmones
pensemos en derramar nata sobre ciruelas muertas
pensemos en ese y en aquel
el gato está en la silla y se ha portado mal como se portan los mundos
cuando maduran
y aquí el mundo ya no crece porque hay vacas que nos guiñan el ojo
y aves defendiéndose del cuchillo
pensemos como ciudades como mujeres como mujeres que olvidan
pensemos en el nombre de Joan-Marc
pensemos la lectura en la cocina
ahora que con las flores me mudo a Marruecos
pensemos en el ruido en el premio
en la siesta de los sábados
pensemos que el hospital está lleno de gatos y no hay manera
no, no hay manera de sacarlos.


Martín López-Vega

Martín López-Vega (1975, Po de Llanes, Asturias) es poeta, crítico literario y traductor. Ha sido redactor del suplemento El Cultural del diario El Mundo, librero en La Central de Madrid y Barcelona y director editorial de Vaso Roto ediciones. Ha publicado los poemarios en castellano: Objetos robados (SPPA, 1994), Travesías (Renacimiento, 1996), La emboscada (DVD, 1999), Mácula (DVD, 2002), Árbol desconocido (Visor, 2002) -por el que recibió el Premio Emilio Alarcos de poesía-, Elegías romanas (La Veleta, 2004), Extracción de la piedra de la cordura (DVD, 2006), Gajos (Pre-Textos, 2007) y Adulto extranjero (DVD, 2010).

PARA EL TIEMPO QUE VENDRÁ
Para el tiempo que vendrá
burilamos nuestra huella,

para que sobre ella pise
y la borre,

para el tiempo que vendrá
y nos conocerá por un libro de estampas
en las que buscará a los audaces,
a los libertos, a los abnegados,
y en las hileras de iguales acomodados
reparará apenas en un estilo, en un peinado,
un motivo de risa repetida
a costa de quienes sus afanes empeñaron
en vanos prestigios fugaces;

para el tiempo que vendrá
a descubrir ruinas nuevas que revelarán
nuestros equívocos sobre el pasado,
y habrá hecho de nuestra lengua
una jerigonza deliciosa en la que hablar
de cosas prodigiosas que nunca hubiéramos soñado,

para el tiempo que vendrá y querrá saber
cómo nos amamos, el motivo de nuestro sufrimiento
y en qué nos distinguimos del triste rebaño,

para el tiempo que vendrá a culparnos
mientras nos imita, para ese tiempo también nuestro.


Agustín Fernández Mallo

Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967) es licenciado en Ciencias Físicas y autor de los poemarios Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus (2001), Creta lateral travelling (2004), Joan Fontaine odisea (2005) y Carne de píxel (2008, premio Ciudad de Burgos de Poesía). Su libro, Postpoesía, hacia un nuevo paradigma, fue finalista del Premio Anagrama de Ensayo 2009. En el 2006 publica su primera novela, Nocilla Dream, a la que siguieron Nocilla Experience (2008) y Nocilla Lab (2009). Mantiene, junto con Eloy Fernández Porta, el dúo de spoken word: «Afterpop Fernández & Fernández».

FRAGMENTO, de Antibiótico (próxima publicación en mayo 2012, Visor)
la esperanza cóncava que se forma
al mear sobre nieve,

mapa:
genoma y cassette de territorio,
el cuerpo:
fundir pistas, alterar pistas,

vemos en el alma cristal,
materia pulida,
pero es rugosa y en sus crestas
radiaba incandescente el espectro
de lo que vendría,

los valles tampoco eres tú,

un átomo emite un electrón
y reordena el mundo

[repetimos]

un átomo emite un electrón
y reordena el mundo,

aunque hay flashes y humus allí abajo
los acordes están hace tiempo repartidos,
pasa un coche

sin luces, se lleva por delante
todo cuanto le es irreversible: su propia luz,
la mujer que cruza de acera, una bolsa
de basura que

emite sus residuos
y reordena el mundo,

en el mismo centro de masas de tu edad
no hay masa, luz
que avanza a hachazos
hasta la bombilla desnuda del dormitorio

[agua, espacios blandos],

toda bombilla es polvo de orina,
incolora pupila,

me apago, y una ninfa susurra desde el televisor,

tranquilos, vengo del futuro
para traeros algo mejor,


y sin embargo faltan muescas
en mi sistema métrico decimal,

encontraste un papel con grasa
del primer bistec de la Creación, latas
de Fanta Free aplastadas,
el envoltorio de unos Panini de Knorr
que se venden a pares por si se vive a pares,
[y contienes la risa]
residuos de un espacio tomado
por la sordomuda expansión
de las costumbres,

una tecla muy rara en mi teléfono
concentra todas las letras en ceniza
[también las no escritas],

y fresas y monigotes copiados
para un jersey tricotado, tira del hilo, una luna
llena de quimioterapia,

qué cubo de hielo en un desierto
hubiera sido tu nariz operada,
damos vueltas a la Tierra en espiral para pensar
que todavía es plana, que el Equipo-A y Jorge Luís Borges
no son la misma cosa,
que el verano es
el aparato cazamosquitos en su enchufe: vigila
cada noche el Universo por ti,

pero tarde o temprano amanece, el sol,
tabulado en la persiana indica
que su verso es siempre el mismo verso,
y que además

está vacío,

suspensivos de luz,
pero, ¿qué luz?,

un átomo emite un fotón
y oscurece el mundo,


Ana Pérez Cañamares

Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. En poesía ha publicado La alambrada de mi boca (2007 y 2009) y Alfabeto de cicatrices (2010). Fue finalista en La Sonrisa Vertical, dentro del colectivo Cori Ambó, con el libro Allegro Nada Moderato, publicado por LcL y premio de relato hiperbreve del Ateneo de Gijón (2002). Colabora con algunos de sus poemas en las antologías Qué nos han hecho (Editorial IslaVaria), Resaca/Hank Over. Un homenaje a Charles Bukowski (Random House Mondadori/Caballo de Troya) y 23 Pandoras. Poesía alternativa española (2009).

LUCHAS CADA MADRUGADA
Luchas cada madrugada
con la penumbra que dice
que podría esperarte otro mundo.

Abril también está confundido
llega con ánimo de fiesta
a un salón vacío en el que
nadie quiere arriesgarse
a ser el primero en bailar.
Sólo si estás enfermo
se te permite espiar tras las cortinas.

Esta primavera te prescribo
pastillas contra la esperanza
dosis de sol y de pájaros
un patio donde sentirte
un dios bueno y paciente.

Te prescribo una gran fiesta
a la que no estás invitada.

Abril se marchará triste
con un ramo de flores
marchitándose en sus brazos.


Pilar Adón

Pilar Adón (Madrid, 1971), escritora y traductora, es autora de los libros de relatos El mes más cruel (Impedimenta, 2010) y Viajes inocentes (Premio Ojo Crítico de Narrativa 2005), de las novelas Las hijas de Sara (Alianza, 2003) y El hombre de espaldas (Premio Ópera Prima de Nuevos Narradores, 1999), y de los poemarios La hija del cazador (La Bella Varsovia, 2011) y Con nubes y animales y fantasmas (RH, 2006). Forma parte de las antologías poéticas Cien mil millones de poemas (Demipage, 2011); Los jueves poéticos (Hiperión, 2007); La voz y la escritura (Sial, 2006) e Hilanderas (Amargord, 2006).

LA VIDA REPETIDA
A veces sucede que toda la ingenuidad
de los seres adoptados como propios
se acerca y se adhiere para llenar los ya colmados vasos
de incertidumbre.
Abriendo los párpados al eterno insomnio
e impidiendo la respiración feliz -o, al menos, sosegada-
de la hija que descansa en el hijo,
tiritando. Como un animal.

Salvajes las mareas, pero no hay otra cosa.
Ritmos y palabras.
Llegar al lodazal.
Que las masas de vapor acuoso se sostengan sobre su cabeza
y que el cuerpo de frágil hija humana se transmute
en frágil líquido.
Mientras el sol mantiene su centelleo tardío.

El hijo ha vuelto a casa caminando
tras sus clases en la mansión Lady Hood.
Siempre ha valorado la práctica del ejercicio físico,
con una asfixia en el cuello, vulgar.
Empezar no es sencillo, pero cuando se empieza...
Ha deseado echar a correr. Apartarse.
Girar y girar. Hasta volar.


 

Unai Velasco

Unai Velasco (Barcelona, 1986) es poeta y crítico de literatura. Poemas suyos han aparecido en revistas como Quimera, Nayagua, Paraíso o Catálogos de Valverde así como en la reciente antología Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011). Su poemario En este lugar se publicará en breve en la editorial Papel de Fumar. Está terminando su segundo libro, que llevará por título El silencio de las bestias y al cual pertenece este poema.

INTROITO
Para Gema, que giró conmigo
omnes in...

Lo que se lleva esa casa de ahí por delante es un viento muy fuerte.

Por eso queríamos crecer a salvo buscar
un lugar mejor nos llamaban los cazatornados
era la mayor serie de tormentas en doce años mejor
permanecer juntos vivíamos
para esto nos decíamos
que vivíamos para esto comiendo hamburguesas en casa
de la tía Meg y todo el rato pensando en el área de succión
cuál

pensábamos y no sabíamos hacia dónde crecer qué viento
volteaba los postes sin desperdigarlos no teníamos
ni idea teníamos a Dorothy I y a
Dorothy II y a cuatro Dorothys más y las hamburguesas sabían
tan bien y el cielo se estaba poniendo verdaderamente verde
por donde crecía crecíamos juntos en la canción o el
torbellino buscar el eje cuál comer la carne
de Oklahoma besar la mejilla de la tía Meg siempre
siempre siempre juntos Rabbit Joey Heinze y
Dusty y Joe y Bill también hacia el centro hacia el eje de succión
cuál

crecer como un perro que corretea junto al porche
y no se aleja demasiado era
la mayor tormenta de los últimos doce años y nos parecíamos
tanto a las mazorcas ni te imaginas uno y luego otro y otro como
postes de pino en hilera poderosa
al viento

al viento distinto que nos reúne
que no nos tumba y nos mantiene aquí porque
gira sobre sí mismo.

Hacia ese lugar crecíamos.


Pablo Fidalgo

Pablo Fidalgo (Vigo, 1984), dramaturgo, guionista y poeta, estudió Dramaturgia en la Resad de Madrid. Accesit del Premio Minerva de poesía en gallego con el libro A idade do ar, publicado por la editorial Galaxia (Vigo, 2002), participó en Cosmopoética 2007. Hace lecturas dentro de la Red de Arte Joven de Madrid y tiene una compañía que se llama La tristura. Su primer poemario publicado en castellano La educación física (Pre-textos, 2010), fue elegido por los críticos de El Cultural como uno de los cinco mejores libros de poesía del año.

CORSO REGINA MARGHERITTA
Dejemos que las cosas ocurran, esta vez de verdad.
No nos perdamos otra vez en el viaje
de lo grande a lo pequeño.
Llegarás a Torino en avión, atravesando los Alpes.
Prende il Pullman y baja en la estación de Porta Susa,
camina San Donato y al pasar el cine Roma Blue
gira a la derecha. Yo no saldré a encontrarte.

Será de noche, poco después tu cara será iluminada
por la luz naranja de la parada del tranvía: Livorno.
Una ciudad bien iluminada por la noche
nos conducirá a la revolución,
de momento es la felicidad.
Japón. La terra torna ancora a tremare.
Y siento que ha sido el comunismo,
su éxito y su fracaso, la idea del comunismo,
lo que permite que nos encontremos año tras año
en ciudades tan lejanas, en poemas tan distintos.

Un poco más, y estarás conmigo.
Si consigues orientarte solo con mis palabras,
sin otros mapas ni otros libros,
tu mente se irá reparando y llegarás curada.
Creo que me has descubierto.
Palabra por palabra, recordamos la lengua en la que crecimos,
y aún pienso que uno de los dos morirá joven.

Nos hemos quedado en Europa definitivamente
y eso es lo que distingue nuestro odio
del odio de los demás.
Si me he tomado el tiempo de explicarte esto
es para que entiendas que sé llegar a cualquier sitio,
y que como tú dijiste un día: la geografía me salvó.
Sigue un poco más y ya estarás en casa.
Por la mañana abrirás la ventana
y verás la nieve sobre la que hoy volaste.

Hemos vivido mucho tiempo solos.
La casa es pequeña,
nos costará aprender a movernos sin molestarnos
pero eso ya será parte del camino de vuelta.