Image: Ver a Pearl Jam en silencio

Image: Ver a Pearl Jam en silencio

Letras

Ver a Pearl Jam en silencio

Miles de fans acuden en todo el mundo al estreno del documental que celebra el veinte aniversario de la banda

21 septiembre, 2011 02:00

Cameron Crowe y Eddie Vedder en 1993

Los créditos desfilan desde hace un par de minutos por la pantalla pero en la sala no se mueve ni un alma. La ocupan los fans de Pearl Jam que quieren aprovechar en sus butacas hasta el último aliento de Just Breath, el tema final del documental con el que la banda de Seattle celebra sus veinte años de vida dedicada al rock. Después, tímidos aplausos de un público más acostumbrado a chillar, a corear y a dar palmas en el clímax de un concierto que al silencio del cine cuando irremediablemente acaba una película que desean eterna.

Pearl Jam Twenty es, sin duda, un gran regalo de uno de los grupos más representativos del movimiento grunge, a todos sus fans. Seguramente las dos horas de metraje de la película aporten a los más incondicionales pocas novedades sobre la banda, pero sí se pueden ver muchas imágenes inéditas, y quizá lo más valioso, la historia del grupo contada en primera persona por sus cinco miembros: Stone Gossard y Jeff Ament, el germen procedente de Mother Love Bone; Mike McCready, "el infectado" energético guitarrista inspirado en Jimi Hendrix; Matt Cameron, el cuarto batería que el grupo toma prestado de Soundgarden, y, cómo no, el carismático y hermético frontman Eddie Vedder.

Miles de fans acudieron ayer a diversas salas de cine y teatros de varias ciudades de todo el mundo para ver el estreno del documental Pearl Jam Twenty. Los que se lo perdieron tendrán que esperar al DVD que se pondrá a la venta el 25 de octubre y en el que seguro se aporta más material del incluido en la película, el propio tráiler ofrece imágenes, como la entrevista de Eddie Vedder con David Lynch, que no salen en el documental.

La primera parte de la película de Cameron Crowe, amigo íntimo de todos ellos y director de Singles, rinde homenaje a Andy Wood, cantante de Mother Love Bone, desaparecido a causa de una sobredosis. La muerte de Andy no es sólo el punto de partida de Pearl Jam sino la "pérdida de la inocencia" de unos chicos de 20 años que soñaban con tocar en estadios pero que aún no conocían los riesgos de ser estrellas del rock. De lo mejor de la película son las escenas en las que aparece Chris Cornell, cantante de Soundgarden, al que el grupo siempre ha estado muy unido, y que aporta su particular visión de los miembros de Pearl Jam a los que conoce bien. Al propio Joe Ramone le sorprendía la buena relación entre las bandas de Seattle: "En Nueva York si pudiéramos las bandas nos liaríamos a palos". Ese espíritu de amistad fue el que impregnó en los 90 la ciudad de Seattle, aunque hay excepciones...

La morbosa rivalidad entre Nirvana y Pearl Jam se torna evidente aunque se zanja con unas declaraciones algo prepotentes de Kurt Cobain en las que cuenta haber mantenido un par de conversaciones telefónicas con Eddie Vedder: "Es un chico majo". Eddie, por su parte, recuerda "su tono de voz, pero nada de lo que hablamos", no obstante, el día de la muerte del mito grunge reconoció en un concierto: "Todos sabemos que no estaríamos hoy aquí si no fuera por Kurt Cobain".

El carácter tímido y reservado de Eddie Vedder pronto impregnaría al resto de la banda. Son enemigos de las entrevistas, y no se sienten cómodos siendo famosos: "Chico, si no te gusta que te reconozcan te has equivocado de profesión", advertiría ya una camarera en un bar a un joven Vedder al comienzo de su carrera. Después de sus tres primeros discos, Ten, Versus y Vitalogy, Pearl Jam decide construir "un muro" con el No Code que le aparte de las masas, y de paso le salve de ellas. Como prueba del acoso al que se vieron sometidos en la película se muestra cómo un coche se estampó a 80 km/h contra el muro de la casa del cantante con la intención de atravesarlo.

El 30 de junio del año 2000 llegaría el momento más delicado de la historia de la banda. Durante un concierto en el Festival Roskilde en Dinamarca vieron morir frente a ellos a nueve jóvenes de la primera fila aplastados contra las vallas. No pudieron hacer nada. La tragedia haría plantearse por primera vez a sus miembros si seguir unidos. Pero la crisis se supera y Pearl Jam "continúa vivo".

Muy patente queda la implicación política del grupo a través de su música contra la época Bush, que les costó más de un abucheo en sus conciertos, y su boicot al monopolio de Ticketmaster. Las imágenes del juicio en el que los miembros de la banda abogan por el abaratamiento de las entradas en favor de un público adolescente que no se puede permitir pagar 30 dólares por concierto, muestran a un joven Gossard desenvolviéndose con soltura ante un tribunal que poco o nada sabe de música rock. Y, sin embargo, se pasa de puntillas por sus flirteos con las drogas y, haciendo honor a su filosofía, no se desvela ni un dato de sus vidas privadas.

Con un archivo imponente de imágenes, Cameron Crowe pone cara y voz a historias de sobra conocidas por los fans como la primera maqueta de Footsteps grabada por Eddie Vedder y a partir de la que se convirtió en cantante del grupo; el periódico en el que, de nuevo Eddie, leyó la noticia que le inspiró Jeremy... Y otras no tan conocidas como la fiesta de presentación de Singles en la que actuaron totalmente borrachos; el momento en el que se compuso Daughter en un autobús; el genio que sacó Vedder contra el personal de seguridad en un concierto y que acabó para siempre con su timidez en el escenario; o la influencia de un grande como Neil Young al que Vedder recibió como la figura paterna que siempre anheló.

Cualquier fan que se precie, (¡los hay que han ido a 153 conciertos!), habrá cantado al menos una vez Betterman en un directo de Pearl Jam, pero por muchas veces que lo vea y escuche no podrá evitar emocionarse. También resulta complicado asistir a un desfile de temas como Immortality, Porch, Do the Evolution, State of Love and Trust, Hunger Strike, Release, Last Exit, Nothing As It Seems, Given to Fly... y no levantarse de la butaca a corearlas. O escuchar la letra de uno de los temas más emblemáticos de la banda viéndoles cumplir 20 años de vida sin poder gritar "I'm still alive!". Es complicado, sí, pero ayer miles de fans de todo el mundo vivieron algo insólito y se juntaron el mismo día a la misma hora para ver a Pearl Jam en silencio. Y así lo hicieron.