Lev Tolstói

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Letras

¿Guerra y qué...? Aparece la versión definitiva de 'Guerra y paz' de Tolstói

30 octubre, 2003 01:00

Se trata de una aventura editorial que el propio Muchnik explica en nuestra Primera Palabra y en estas páginas, en las que, además, seis de los más importantes traductores al castellano eligen los títulos que desearían revisar, porque han sido traducidos de manera parcial por culpa de la censura, los prejuicios o la ignorancia.

En realidad, la versión de Guerra y paz de Tolstoi que publica la próxima semana Mario Muchnik no es la primera que se hace directamente del ruso al castellano, al menos supuestamente, porque, como reconoce el propio editor “se han hecho muchas trampas, y en general esta novela, la mejor de la historia, se ha leído a través de supuestas versiones del ruso que en realidad lo eran del francés”. Incluso en las más “auténticas” es posible detectar sospechosos galicismos. Y menciona Muchnik la canónica en castellano, debida a José Laín Entralgo, que trabajó muchos años en Moscú, en la editorial del Estado y que compartió despacho con la traductora de la versión de Muchnik, Lydia Kúper, “por lo que no cabe duda que su punto de partida fue el ruso”, aunque “cotejó el texto con la versión francesa”.

Traducciones de referencia

Quizás por eso, la propia Kúper, nonagenaria traductora de origen ruso, reconoce que su versión “corrige errores perpetrados en otras traducciones consideradas de referencia”, y “demuestra la importancia real de la obra, muy superior a Anna Karerinna o a Resurrección”. Porque, una vez limpio el texto de lecturas llenas de prejuicios y buenas intenciones, “aparece la imagen verdadera del escritor”, subraya.

Lo cierto es que antes Florentino M. Torner hizo una versión directa, publicada en México en 1943, “espléndida”, pero inencontrable hoy día en la mayor parte del mundo”. En Buenos Aires las hermanas Andrescu hicieron también una traducción admirable, aunque con limitaciones. Porque lo mejor de la nueva versión que va a lanzar Muchnik es que, en sus propias palabras, “por vez primera ni se suprimen párrafos ni repeticiones, ni se suaviza el estilo de Tolstoi. Porque -insiste- escribía como un leñador corta árboles, utilizaba el lenguaje con rudeza, insistiendo en las imágenes, de manera machacona. No trataba de sorprender con sus imágenes estéticas, sino de convencer, porque se sentía más predicador que esteta”.

Por eso, su traducción no tiene nada que ver ni con la canónica francesa ni con las inglesas, que no son, en ese sentido, “fieles al autor”. Y de fidelidad se trata, porque según Muchnik los traductores en general han maquillado el estilo reiterativo de Tolstoi. De hecho, lo primero que él se planteó fue recuperar y revisar la traducción clásica de José Laín Entralgo. Sin embargo, tras meses de trabajo, la traductora vio que era necesario hacer tanto trabajo que resultaba más sencillo empezar de nuevo desde el principio. Terminó una primera versión y quiso corregirla de nuevo, “porque había mucho que hacer, y volvió de nuevo a empezar casi de cero, pasando por el molinillo el texto de nuevo”.

Un molinillo por amor al arte

Un molinillo lento y concienzudo. Porque han sido casi cinco años de trabajo lo que esta empresa ha requerido, “por amor al arte y la literatura” y sin dejar casi “ni una frase en pie, al punto de que, comparando las versiones de Kúper y de Laín Entralgo, parecen dos libros distintos”. Para financiar el proyecto, Muchnik ha contado con un grupo de amigos, a los que no quiere identificar “porque quieren mantener el anonimato”, conjurados por los clásicos. Tanto les ha interesado que con los presuntos beneficios que se consigan con este nueva versión, piensan seguir rescatando clásicos (“uno por año”) y desnudándolos de tópicos y falsas versiones. “Ahora estamos discutiendo cuál va a ser el siguiente -explica Muchnik. Hay quien apuesta incluso por el Quijote, otros por Moby Dick, del que existe una traducción de Carlos Fuentes por recuperar. Y algunos creemos que no estaría mal volver a traducir a los clásicos griegos, y ofrecer una nueva versión de la Iliada o la Odisea”. “No queremos más Tolstoi, porque no existe una obra comparable a Guerra y paz por su popularidad, trascendencia y legibilidad”. Pero hay mucho por recuperar, mucho por revisar, mucho por redescubrir.

Actualidad y vigencia

La nueva Guerra y paz no es la única nueva incursión en la obra de Tolstoi: hace meses, la editorial Acantilado publicó la primera parte de sus diarios y ahora anuncia la segunda parte, en versión de Selma Ancira, “una excelente traductora y conocedora de la obra de Tolstoi, que obtuvo una beca mexicana para trabajar los Diarios. En cuanto me enteré, le propuse publicar su trabajo en Acantilado”, explica el editor Jaume Vallcorba.

“Se trata de una nueva traducción y sospecho además de que, en este caso, es la primera. Estoy convencido de que, por lo general y con contadísimas excepciones, hay que retraducir periódicamente las obras literarias. Así como una obra original de calidad no envejece nunca, no sucede lo mismo con las traducciones, que van perdiendo actualidad y vigencia”. A su juicio, “la imagen de Tolstoi está perfectamente fijada, pero quizás esta edición pueda deparar al lector algunas sorpresas agradables. Como sabe, se trata de una generosa antología de sus diarios, que son extensísimos. Su personalidad, sus obsesiones personales, religiosas y literarias aparecen con una total nitidez”. Porque no se trataba tanto de corregir errores como de ofrecer una traducción literaria y fiable. En el mercado existen hoy “traducciones magníficas, medianas, mediocres y francamente deplorables. La traducción también es un arte”.

Y los lectores lo saben: “El éxito de ventas de los libros cuanto menos así lo indica. El lector siempre se da cuenta de cuando algo va bien y cuando no. Me parece fundamental que el lector pueda olvidarse de que está leyendo una traducción y pueda leer el texto como si se tratara de un texto escrito en castellano”.