Letras

Francisco Pino, la Vanguardia, el amor y la guerra

25 octubre, 2002 02:00

Francisco Pino

Pocos poetas como Francisco Pino han dejado abiertas todas las ventanas de su obra para permitir que entrasen en ella lo mismo la canción al modo tradicional que la poesía visual (de la que fue pionero en España a finales de los 60), la tradición y la vanguardia.

Francisco Pino nació en Valladolid en 1910, en una familia de la alta burguesía vallisoletana dedicada al comercio y a la exportación. En 1927 comenzaría estudios de Derecho. Durante esa época son frecuentes sus viajes a Biarritz, San Sebastián, Angouleme y París, y participa de un modo activo en las huelgas universitarias que precedieron a la llegada de la República. Su actividad literaria comienza ya por entonces a ser intenta; conoce a Jorge Guillén quien, junto a José María de Cossío, respalda la revista Meseta, editada por Pino junto a José María Luelmo e inspirada en la Generación del 27. En 1928 publica Francisco Pino su primer libro de poemas, Diecisiete primaveras. En el 31 funda una nueva revista, también junto a José María Luelmo como compañero de aventura y con la Generación del 27 como influencia principal.

En 1933 se marcha a Inglaterra, donde permanecerá por espacio de dos años. Desde allí editará, siempre junto a Luelmo, una nueva revista, A la nueva ventura. En esas revistas ve la luz buena parte de la obra poética que Francisco Pino publica esos años en forma de libro: Inversos anversos, Méquina dalicada.

Encuentro con la guerra
Cuando regresa a España se instala en Madrid, donde le sorprenderá la Guerra Civil. El 19 de julio del 36 se salva de ser fusilado por las milicias gracias a la intervención de un teniente de asalto que le mandó a la Dirección General de Seguridad y de allí a la Cárcel Modelo; allí vivirá el asalto a la cárcel por los milicianos del 22 de agosto. Pino, que era republicano, no fue liberado. El 17 de noviembre las fuerzas nacionales se están aproximando ya a Madrid y Pino es trasladado a la cárcel de Ventas. Gracias a las gestiones de su padre pasa como rehén al Banco Español de Crédito, lo que le da cierta libertad. Comienza a cortejar a quien será su futura mujer, María Jiménez.

En 1937 entra en el Socorro Rojo Internacional como delegado de cultura. Pero los servicios de información descubren sus actividades y es encarcelado de nuevo, esta vez en la prisión de Porlier. Un tribunal médico le declara inútil para el servicio de armas y Pino se retira al hotel Laris hasta que las tropas de Franco entran en Madrid.

En 1940 rechaza una agregaduría cultural en el extranjero y comienza a gestionar una empresa de barnices y pintura en Madrid. Dos años después publica Espesa rama, libro de sonetos amorosos a María Jiménez, conquien se casará en 1947.

Tiempo para la literatura
A partir de ahí, los hitos de su vida dejan de estar marcados por la guerra y pasan a estarlo por la literatura. Publica La vida de San Pedro Regalado (1956), reflexiones sobre lo sagrado y la poesía; Vuela pluma (1957), cancioncillas tradicionales; Textos económicos (1969), poesía experimental. Seguirán Siete silvas (1981), Cuaderno salvaje (1983), Así que (1987), Hay más (1989), libro de poemas amorosos dedicados a su mujer fallecida dos años antes), Siyno sino (1994), Pasaje de la niña muerta (1999), Tejas, lugar de Dios (2000), y en 2002 El pájaro enjaulado y Claro decir. Muere el 22 de octubre de ese mismo año en su casa de Pinar de Antequera, en pleno esplendor creativo.