El Cultural

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Teatro

Tú en Madrid, yo en Sídney

Claudio Tolcachir desembarca en el Festival de Otoño con 'Próximo', una historia de lucha contra la distancia y de reivindicación de la liturgia escénica

28 noviembre, 2019 09:24

La apuesta escénica más reciente que se ha podido ver en España (La Abadía) de Claudio Tolcachir (Buenos Aires, 1975) fue su versión de Copenhague, la obra de Michael Frayn que recoge el mítico encuentro entre los científicos Bohr y Heisenberg en 1941. Todavía hoy, reconoce el director argentino a El Cultural, es la obra más difícil que le ha tocado realizar.

Quizá para librarse de la presión que supone adaptar un texto ya consolidado decidió apostar por Próximo, una obra empotrada en primera línea de actualidad que protagonizan dos amigos que mantienen una relación virtual separados por miles de kilómetros. La pirueta escénica de Tolcachir en este caso viene de la imposibilidad de los dos actores (Lautaro Perotti y Santi Marín) de tocarse o mirarse en escena. Al fin y al cabo, uno está en Madrid y el otro en Sídney. “Esta imagen contenía muchos estímulos. Es un desafío teatral pedirle al espectador que construya esta distancia ficcional. Jugar con la complicidad del que mira me parece una tarea milagrosa. Puro teatro”, señala Tolcachir de una obra que estará, a partir del 28 de noviembre, en La Abadía dentro de la programación del Festival de Otoño de Madrid.

Asistimos en Próximo a una relación concreta pero también a una reflexión sobre lo que supone estar separados de los seres queridos. Tolcachir ha volcado la experiencia de un momento de su vida en el que, mientras trabajaba en Roma, su padre era operado a corazón abierto en Buenos Aires y su hija se gestaba en Chicago. “Difícil precisar dónde estaba mi corazón y mi mente en esos momentos. La conexión en la distancia me pareció un tema que atrapaba. Y no quería hacerlo desde la crítica a las redes sociales, que de eso ya hay mucho y muy bueno. Queríamos hablar de una historia de amor, por momentos absurda y por momentos árida. Un homenaje a la resistencia del amor me resultaba necesario en estos tiempos. La palabra ‘próximo’ es lo suficientemente ambigüa como para resultarnos excitante”.

"El teatro sobrevive por su defensa solitaria de la presencia física. Esa es su debilidad y su fortaleza". Claudio Tolcachir

La puesta en escena de Sofía Vicini se desarrolla en una carretera, un espacio de todos y de nadie (como las mismas redes sociales) donde uno puede encontrarse o perderse definitivamente. En la periferia del escenario, muebles y objetos donde los actores apoyan sus vivencias… “Es importante subrayar que los actores jamás cruzan sus miradas. Esto nos pidió un nivel muy detallista en la coreografía de movimiento. Es la magia del teatro en estado puro: una historia, dos actores y el público, que puede depositar allí su vida”, añade el director.

Además de la historia de una relación desgajada, el texto de Tolcachir tiene también una lectura metateatral que conecta con la inmediatez de la liturgia escénica: “El teatro sobrevive justamente por su defensa solitaria de la presencia física. Esa es su debilidad y su fortaleza. Todos los que asistimos somos cómplices del peligro de error, de la respiración y la magia. Es la pureza arcaica de algo desnudo y milagroso, un acto en el que nos llevan de viaje y nos emocionan dentro de una ceremonia tan antigua como la cultura. Amo esos instantes en el que el teatro convalida el título de alquimista”.