Image: Fuentes Reta espanta sus Demonios

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Teatro

Fuentes Reta espanta sus Demonios

3 febrero, 2017 01:00

Paola Matienzo y David Boceta en Demonios. Foto: Javier Jimeno

La dramaturgia contemporánea tiene un valedor en Julián Fuentes Reta. Tras Derek Ahonen, Brian Nelson y Andrew Bovell, el director ha elegido Demonios, una obra del sueco Lars Noren que habla de los conflictos sociales a través de los problemas de una pareja de clase media.

Síntesis, violencia y belleza son los tres reclamos que Julián Fuentes Reta descubrió en Demonios, la obra del dramaturgo sueco Lars Noren (Estocolmo, 1944) que estrena el próximo 9 de febrero en el Teatro Galileo de Madrid de la mano de Paola Matienzo y su productora AZarte. El director zaragozano suele subir al escenario a autores contemporáneos, muy comprometidos con la actualidad. Ahí está el Hard Candy del guionista estadounidense Brian Nelson o Cuando deje de llover, del australiano Andrew Bovell. Esta vez se ha apartado de la tradición anglosajona y ha optado por la que denomina "legendaria sensibilidad nórdica".

Fuentes Reta continúa así explorando el binomio violencia-belleza que iniciara con la obra de Nelson, perteneciente a la tradición anglosajona: "Los autores anglosajones -explica a El Cultural- también poseen esa suerte de sequedad pero tienden a ser más deterministas o sociales, a otorgar moralejas y cierres a sus historias, cosa que los nórdicos parecen eludir de una manera misteriosa. Ahí está el Peer Gynt (de Ibsen) como ejemplo". Con una puesta en escena cargada de humor ácido y de violencia (sugerida y explícita), Demonios, "cruel, elegante y áspera", según sus palabras, está construida con muy pocos elementos pero, eso sí, buscando mostrar un paisaje más amplio. Ese horizonte está fijado en la pareja y sus vicisitudes. "La pareja per se no es el tema central del texto -matiza Fuentes Reta-. Ya hay una plétora de textos sobre el tema desde ¿Quien teme a Virginia Woolf?"

La escena se desarrolla en un piso

Lars Noren nos dice las verdades sin adornos. En seco. Tiene una dramaturgia huesuda y afilada".

en el que viven Katarina (Paola Matienzo) y Frank (Alberto Berzal). Ambos empezarán un juego dialéctico en el que no falta la violencia soterrada. Asistirán al espectáculo sus vecinos Jenna (Ruth Díaz) y Tomás (David Boceta). Rápidamente se verán atrapados en un estrecho camino de conflictos donde sus destinos estarán predeterminados y sus palabras programadas. Los adolescentes de los ochenta se han convertido en adultos de clase media, modernos en la superficie pero heridos en su interior. Quisieron liberarse pero se han conformado con aprender a vivir en el infierno cotidiano...

"Creo que hablar de la pareja es una herramienta para hablar de otras muchas cosas -aclara-. Así como existen otros textos que hablan de la familia, las historias de la pareja delatan las elecciones que nadie te obliga a tomar. Hablar de la pareja, por tanto, es hablar también de cómo podemos destrozarnos o apoyarnos en cosas positivas desde esa soledad que nos da la libertad de elección". Para Reta, reflexionar sobre la pareja es ácido y terrible pero también tierno y potencialmente positivo porque muestra la estupidez o la nobleza que tenemos para elegir a nuestros compañeros: "Creo por eso que Demonios y las obras que abordan el tema en realidad hablan de la insólita libertad que tenemos para destruirnos o construirnos con nuestras decisiones. Este tipo de historias en países con otros sistemas éticos serían inconcebibles. Así pues, disección de la pareja sí pero también disección de un sistema de pensamiento entero".

Una obra divertida y cruel

En sus manos, Demonios se presenta como una obra divertida y cruel. "Espero -puntualiza el director de Los iluminados, de Derek Ahonen - que nadie pueda levantar un muro moral para juzgarla. O, si lo hace, que sea porque se encuentra tan alejado de sus propios demonios que no puede ni mirarlos. Y eso no es muy sano. El montaje es visceral, fluido, roza el absurdo, camina en ese límite hermoso. Nos dice verdades como quien escupe un diente después de un puñetazo, sin adornos. En seco. Eso es lo que aporta Noren, una dramaturgia huesuda y afilada y sin embargo llena hasta los topes de cientos de capas sedimentadas".

Fuentes Reta se ha consolidado como uno de los directores imprescindibles de nuestra escena. En sus trabajos se delata la huella de nombres como Antonio Latella, con el que trabajó en Italia, Castelluci, Castorf, Ostermaier, Stein y Marthaler. Eso sí, el tándem en el que encuentra respuesta a muchos de sus planteamientos escénicos procede del cine: Kubrick y Lynch: "Siempre me encuentro hallando una lógica interna en las cosas que planteo como una especie de conversación entre la filmografía de estos dos directores.

Es un diálogo muy divertido y extraño".

@ecolote