Recién estrenado el "Año Puccini", el Teatro Circo de Albacete presenta un concierto lírico protagonizado por Ana María Sánchez, Elisabete Matos y Elena de la Merced. Las tres sopranos interpretarán las arias más destacadas del compositor, desde Le Villi hasta Turandot.

El Teatro Circo de Albacete presenta hoy, jueves, un concierto lírico que lleva por título Las mujeres de Puccini. Una gala estructurada en torno a las arias más célebres del músico italiano y protagonizada por tres de nuestras más ilustres sopranos: Ana María Sánchez, Elisabete Matos y Elena de la Merced, acompañadas por la Orquesta Sinfónica Ciudad de Torrent (Valencia) dirigida por José Fabra. Un espectáculo que será presentado en otras localidades españolas con motivo del 150 aniversario del nacimien- to del compositor de Lucca.

A Giacomo Puccini le apasionaban las mujeres. Prácticamente ningún otro compositor (a excepción de Jules Massenet) ha cantado a las féminas con tanta pasión, convirtiéndolas en las auténticas protagonistas de sus dramas, que tituló con los nombres propios de éstas. Fue, además, un gran seductor y un hombre mujeriego, y sus personajes están muchas veces extraídos de modelos de la vida real y de su propia experiencia con el sexo femenino.

Con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, que se cumplirá el 22 de diciembre de este año, el
Teatro Circo de Albacete presenta un espectáculo centrado en las principales arias del compositor. El programa se abre con el poco conocido Preludio sinfónico, de 1876, una de las escasas composiciones instrumentales de Puccini, y sigue un orden cronológico, incluyendo arias de las juveniles Le Villi y Edgar, para pasar ya a la primera ópera realmente importante, Manon Lescaut, que inaugura una serie de obras maestras: La Bohème, Tosca y Madama Butterfly.

Torrencial melódico. A éstas seguirán otros intentos de renovación del melodrama lírico caracterizados por una torrencial inspiración melódica y un dominio de los materiales sonoros y dramáticos. Así nacerán La Fanciulla del West, un western adelantado a su tiempo; la desigual La Rondine o las tres obras que integran el apasionante Tríptico. Para terminar con la magnífica Turandot, para muchos la culminación de la producción pucciniana, y que quedó incompleta a la muerte de su autor, ocurrida en un sanatorio de Bruselas el 29 de noviembre de 1924.

Para dar vida a estas trece heroínas se ha acudido a tres de las sopranos ibéricas más destacadas. La alicantina Ana María Sánchez (que, incomprensiblemente, se prodiga mucho menos de lo deseable en nuestros escenarios), con su centro cremoso y su elegante fraseo, ya ha dado pruebas de su vocación pucciniana en su Tosca del Teatro Real o su Liù del Liceo, y además se encargará de la Anna de Le Villi, de Mimì (Donde lieta uscì) y Butterfly (Un bel dì vedremo).

La portuguesa Elisabete Matos, que se encuentra en un momento espléndido, como han demostrado sus recientes Tosca en Sevilla, Norma en Jerez o la Iphigènie de Gluck en Oviedo, encarnará con sus squillantes agudos y su penetrante metal, los personajes más aguerridos, como la Minnie del far-west o la temible Turandot, con sus squillantes agudos y su atractivo metal; también será la Fidelia de Edgar o Cio-Cio-San (Tu, tu, piccolo Iddio), Manon (Sola, perduta, abbandonata) o la Giorgetta de Il Tabarro.

La valenciana Elena de la Merced demostrará su delicadeza de línea y su precioso color en un repertorio diferente al de sus habituales incursiones barrocas y clásicas, con páginas del Sogno di Doretta de La Rondine y o el O mio babbino caro de Gianni Schicchi. En las próximas funciones, será sustituida por la excelente soprano María José Moreno. Para dar una unidad dramática al montaje, se asocian las piezas musicales con imágenes de actrices de Hollywood y divas de la época.