Image: Roth versus Lott

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Música

Roth versus Lott

La Zarzuela estrena "La voix humaine" en su doble versión teatral y operística

22 septiembre, 2005 02:00

Cecilia Roth y Felicity Lott en La voz humana. Foto: Javi Martínez

El Teatro de la Zarzuela inaugura el 23 de septiembre su temporada con un espectáculo que reúne, en un doble programa, la obra teatral de Cocteau "La voz humana" y la ópera homónima de Poulenc. Un acontecimiento que juntará a dos damas de la escena, la actriz Cecilia Roth y la soprano Felicity Lott, quienes estarán guiadas por los directores Gerardo Vera, escena, y José Ramón Encinar. El Cultural ha hablado con ellos.

Francia, final de la década de los cincuenta. En la soledad de su apartamento, una joven, bella, sofisticada y sin aliento, llama por última vez a su ex-amante, que al día siguiente va a casarse con otra mujer. En la conversación telefónica, llena de angustia, interrupciones, sollozos y cruce de líneas, sólo escuchamos a la protagonista quien, ya sabiéndose abandonada, pasa de la dignidad a la desesperación, dejando ver a su interlocutor que no tendrá ningún problema en quitarse la vida... éste el argumento de La voz humana, el monólogo de cuarenta minutos que el escritor Jean Cocteau estrenó en la Comedie-Française en 1930 y que veintinueve años más tarde el compositor Francis Poulenc convirtió en la ópera homónima.

Palabra y música se reúnen desde mañana, y hasta el próximo 1 de octubre, en un imaginativo programa doble con el que el madrileñoTeatro de la Zarzuela ha querido inaugurar su temporada por todo lo alto. En la primera parte será la actriz Cecilia Roth quien, en la traducción española de Luis Antonio de Villena, se ponga, tras años alejada de la escena teatral española, en la piel de la protagonista. Para lo que supone el estreno de la versión operística de Poulenc, La voix humaine, con libreto del propio Cocteau, se cuenta con la reconocida y veterana soprano británica Felicity Lott y la batuta de José Ramón Encinar al frente de la Orquesta de la Comunidad. Mientras que la dirección de escena corre a cargo de Gerardo Vera, titular del Centro Dramático Nacional.

Poulenc excepcional
Poder asistir a la representación de la obra de Poulenc, última de las cuatro creaciones líricas que compuso para la escena, no deja de ser algo excepcional, y más aún si viene precedida por su primera versión teatral. Desde su estreno en 1959 en la ópera Cómica de París, con Denise Duval, la musa del autor que inspiró el papel principal, y George Prête, en el foso, apenas han aparecido media docena de registros discográficos -entre los que sobresale la grabación realizada por los protagonistas de su primera representación- y no son muchos los teatros que, quizás por su breve formato, se animen en la actualidad a incluirla en sus temporadas.

Algo que ilustra la propia experiencia de la cantante Felicity Lott -volcada con extraordinaria disciplina en su nuevo reto madrileño- ya que la única vez que ha afrontado el título en su versión escénica completa fue en el Festival de Glyndebourne de 1977. Pese a este hecho, en estos casi treinta años ha podido pasear el papel de "Ella", personaje único del monodrama de Poulenc, por un buen número de salas de concierto y con su propia lectura semiescenificada: "Me basta con una chaise-longue, una mesa, una pequeña lámpara y el teléfono que siempre llevo conmigo. Pero esto es distinto. No tener que compartir escenario con una orquesta hace que se cree un ambiente muy diferente, lo que ayuda mucho… Va a ser mi primera verdadera producción de La voz".

Su responsable, el director y escenógrafo Gerando Vera, se muestra fascinado por estas dos artistas con las que ha tenido que preparar ambas versiones: "Son dos mujeres distintas. Roth, mediterránea y temperamental, y Lott, una gran Dama inglesa, para las que he tenido que crear dos puestas en escena también diferentes. La primera es muy directa y dolorosa, en ella se descubren los abismos del alma femenina cuando, aun sabiéndose abandonada, se entrega a esta pasión acabada. Mientras que la traslación musical nos lleva a una idea mucho más onírica. Como si Cecilia se durmiese y soñara esa música tremenda de Poulenc, con esos chirridos y un trato irreal del tiempo". Vera cree haber sido muy respetuoso con los dos géneros y asegura no haber querido crear "ninguna boutarde contemporánea que mezclase las dos obras". De igual forma, se muestra admirado por el trabajo de ambas artistas: "Cuando empezamos a dibujar el proyecto con José Antonio Campos, por entonces director de la Zarzuela, ya hablamos del ideal de poder contar con ellas. Y aquí están, tenemos los mimbres que necesitábamos. Ambas poseen la disciplina e ingenuidad de la principiante pero el talento de una grande".

Muy pocas sopranos -Jessye Norman recientemente en el Châtelet de París- se han atrevido con esta "ópera telefónica", un exigente monólogo con más carga emocional que muchas obras teatrales que requiere total entrega por parte de la intérprete. Felicity Lott incide en lo tremendamente absorbente que resulta la obra: "Me llega al alma. Como ve, lloro tan sólo hablando de ella. Estoy segura que tanto Poulenc como Cocteau escribieron sus obras justo después de finalizar una tormentosa relación. Creo que su argumento refleja quizás una de las peores circunstancias a las que puede enfrentarse una mujer: los últimos minutos en que va a poder hablar con el hombre que ama. Es muy dramático, y hay que cantar sintiendo todas esas emociones. ¡Y eso es muy difícil! Porque para cantar bien hay que respirar bien, tener el cuerpo relajado, y claro, no puedo estar sollozando todo el tiempo... Disfruto cantando esta obra, pero es también un trance terrible. Aún así no hay otra forma de hacerla, si no te entregas al drama y te rompes un poco por dentro, resulta aburrida". Lott, buena conocedora del opus de Poulenc, de quien siempre ofrece en sus recitales alguna pieza, encuentra en este monodrama todos los rasgos característicos del autor: "Creo que está maravillosamente traducido en música, aparece el más auténtico Poulenc. Su belleza de colores, su suavidad, construye una alfombra de terciopelo que envuelve y acompaña cada suspiro del cantante. Y está también el drama, la tensión, la desesperación. Además, Poulenc siempre escribe muy claro lo que quiere, es muy detallista y conciso. Basta ceñirse al pentagrama, no valen arrebatos románticos ni intentar cantar la obra como si se tratara de una ópera del diecinueve". Lott, que se siente más preparada psicológicamente que nunca para cantar La voix, incide en lo complicado que resulta memorizar el texto de Cocteau, "porque nadie nunca te responde al teléfono. La entrada te la da realmente la orquesta, un manto de música donde agarrarme".

La voz del hombre
Lo confirma el titular de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, José Ramón Encinar, al señalar que la obra está concebida para que sea la orquesta la encargada de dosificar las frases y pausas de ‘Ella’: "Es el interlocutor de la mujer, la voz del hombre. Reproduce las frases que se supone que éste le diría a ella, las palabras, las interrupciones violentas". El director señala sentirse muy cercano a la obra de Poulenc: "Me atrae esa falta de trascendencia, esa ligereza y facilidad melódica de los franceses con respecto al repertorio alemán. Justamente La voix se encuentra a medio camino, entre Les mamelles de Tirésis y Diálogos de carmelitas -que está programada también esta temporada en el Teatro Real-, entre el Poulenc más frívolo y el más serio respectivamente. Frente a la tragedia del monodrama de Cocteau, Poulenc se esfuerza en su obra en equilibrar esa tensión dramática con algunas pincelazas humorísticas". Para Encinar la música está "en el aire", no hay un episodio orquestal largo, el diálogo es continuo: "Tanto por los sonidos como por los silencios, protagonistas también. Para conseguir este resultado hace falta que la relación orquesta-cantante sea muy orgánica, que salga de manera natural".


La verbena de Lavapiés
Junto a La voz humana, nada menos que cuatro son las nuevas producciones que anuncia la Zarzuela para este curso. En diciembre llegará la incombustible Verbena de la Paloma en una lectura del argentino Sergio Renán. Le seguirá, en febrero, el que para muchos es quizá el trabajo más bordado de Calixto Bieito, El barberillo de Lavapiés. Para abril está prevista La tabernera del puerto de Sorozábal, donde Luis Olmos, actual gerente del Teatro, firma la escena y en cuyo reparto destaca la presencia del tenor José Bros. La boda de Luis Alonso y El baile de Luis Alonso, ambas de Gerónimo Giménez, se escucharán en abril en una lectura de Santiago Sánchez. Por el foso de la calle Jovellanos pasarán las batutas de Miguel Roa, Miguel Ortega y Manuel Gandulf.